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Me sentía entre la espada y la pared mientras conducía hacia mi hogar con mi madre y mis hermanos. Había descubierto una historia trágica y una encrucijada aún peor que la mía, pero esta parecía no tener una solución.

La última carta la había recibido hacía ya dos semanas y de alguna forma me hacía sentir que algo me faltaba. Sin embargo, un pensamiento seguía cruzando por mi cabeza cada vez que sus letras me hacían falta.

Cada vez que quería sentir algo hacia la mujer de las cartas, la imagen de Cara en la corte venía a mi cabeza y me impedía sentir la más mínima emoción hacia ella. Me fastidia el control que tiene esa bruja sobre mí.

Cuando estaciono el auto frente a la entrada de mi casa, me doy cuenta que esto es real, finalmente estoy aquí, no es un sueño como todos los demás. Dejo escapar el pesado aire antes de abrir la puerta y respirar el aire puro que choca contra mi rostro.

Mil recuerdos se arremolinan en mi cabeza de mi padre, mi madre, mis hermanos, mi vida y todo lo que amo que dejé aquí en este sitio. Todo es limitado pero lo disfrutaré hasta el último segundo.

–¡DERECK!...-grita mi hermana desde la distancia.
–Creo que tu voz podría escucharla desde la otra ciudad...-pone los ojos en blanco antes de abalanzarse sobre mí y abrazarme con fuerza.
–Déjame abrazar a mi pequeño, hija...-le dice mi madre a mi hermana para que le dé espacio para abrazarme.-bienvenido a casa, cariño...-dice en un susurro en mi oído. Esto es real, finalmente estoy en casa con todas las personas que amo.

Su abrazo duró unos segundos más antes de que me dejara ir para dejarme avanzar así hacia mi casa. Sé que si mi padre estuviera aquí, me hubiera dicho un par de bromas de las que me reiría hasta llorar y mi madre lo regañaría porque no serían bromas de su gusto.

–Bonito color, ¿eh?...-dice Apolo rodeándome con su brazo y avanzando a mi lado hacia el interior de la casa.-al parecer el color que papá había escogido para la casa ya no está disponible, así que tuvimos que decidir que otro color ponerle...-eso explica por qué al principio me parecía una casa diferente.-llevaré tus cosas a la habitación...-dice mi hermano antes de despeinarme el cabello y comenzar a subir las escaleras.

Todo aquí trae recuerdos de mi infancia, adolescencia y un poco de mi vida adulta. O al menos los días donde tuve que vivir aquí para acompañar a mamá mientras mi padre estaba en el hospital.

Todas las fotografías que mi madre acostumbra tener sobre la chimenea siguen ahí, pero hay una que llama especialmente mi atención y es una de Enzo con su esposa vestida de blanco.

–Fue una boda increíble...-dice mi madre antes de rodearme con sus brazos.-estoy segura de que la hubieras disfrutado...-asiento con la cabeza en respuesta y planto un pequeño beso en la cabeza.
–Ya están tus maletas en la habitación...-dice Apolo cuando ya ha bajado las escaleras.-debo volver al trabajo, mamá, pero vendré antes de la cena...-sus palabras me sacan un poco de órbita y cuando ha desaparecido de mi campo de visión, me atrevo a preguntarle a mi madre sobre esa duda que me inquieta.
–¿Antes de la cena? ¿Vendrá con su esposa a cenar con nosotros?...-ella se aleja un paso de mí y en su mirada se puede ver algo muy extraño.
–Se van a divorciar...-dice mi hermana cuando entra a la habitación.
–¿Qué?...-vuelvo mi mirada hacia mi madre y su expresión cargada de dolor me deja ver que es cierto.-¿porque?...-parece que esa es la única pregunta que todos se han hecho desde que ella le pidió el divorcio y él, con su nobleza, solamente aceptó.

Ellas me cuentan con lujos y detalles la historia del día en que Apolo llegó a la casa desesperado porque su esposa le había pedido el divorcio. La teoría que tenía sobre las mujeres gracias a la perra de Cara se vuelve más fuerte gracias a la ahora ex mujer de mi hermano.

–Tengo la teoría de que puede ser por el embarazo...-dice mi hermana de repente y provocando que mi madre le dé una mirada de advertencia.
–¿Está embarazada?...-pregunto con latente sorpresa.
–Tu hermana vio a Gabriela en la zona de pediatría y piensa que debe estar embarazada...-esa revelación me deja con más dudas de las que ya tenía anteriormente.
–No tiene sentido que se quiera divorciar del hombre que será el padre de su hijo...-en este momento nada de la situación tiene sentido.
–Dereck...-dice mi hermana antes de acercarse a mi oído para susurrar.-Apolo no puede tener hijos...-todo mi cuerpo se tensa y mi mente decide dejar de maquinar los pensamientos por unos instantes.-después de verla a ella en la zona de pediatría decidí ver el expediente de Apolo para confirmar si había venido a hacerse exámenes para comprobar que todo estuviera bien y todo eso, pero en su expediente médico solo encontré un registro de una operación...-si eso es cierto, si Apolo realmente se operó para no tener hijos, quiere decir que esa bruja se quiere divorciar para irse con el padre del bebé.
–Dios mío, Apolo debe estar devastado...-mi madre toca mi hombro con delicadeza como con la intención de darme consuelo.
–Apolo ya sabía que ella estaba embarazada y tenía la intención de quedarse a su lado para ser el padre del bebé...-esa revelación parece tomar de sorpresa también a mi madre porque su agarre en mi hombro cesa.
–¿Q-Qué dices, Freya?...-paso una mano por los hombros de mi madre y la abrazo con delicadeza para que se tranquilice.

Cuando la puerta se abre de repente y hace cesar la conversación, mi mente parece volver a su sitio y a su labor normal al traer consigo muchos pensamientos que cargan soluciones para este problema de mi hermano.

–¡Llegamos!...-dice Enzo con una sonrisa de oreja a oreja que se borra cuando ve nuestras expresiones.-oh mierda...-siento que me he perdido muchas cosas de mi familia por estar pensando en mi propia agonía.

De cierta forma, me he dado cuenta que estaba viviendo en una especie de sueño que yo mismo me había creado para no volver a sentir felicidad, pero ya he despertado gracias a un par de palabras escritas en una hoja que me ha traído a la vida nuevamente.

Mi querido profesor. ♡ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora