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No puedo creer que en medio de mi enojo, haya aceptado que una loca me envíe sus cartas de amor y yo me haya planteado en darle una oportunidad para que me enamore.

Jalo mi cabello ligeramente como por quinta vez desde que me senté en el sillón y, con los nervios hasta el cielo, solamente aguardo a que el estúpido de Matt llegue para qué se burle de mí por esta ridiculez.

Cuando escucho el sonido de la llave introduciéndose en el llavín, me apresuro a llegar a mi escritorio para esconder la carta en el primer cajón.

Una breve descripción de mi compañero de apartamento es esta: adicto al sexo.
Y por la expresión que trae parece que le fue muy bien ayer.

–Viejo, creo que he tocado el cielo y he caído en picada a la tierra...-vuelco los ojos con fastidio y levanto la cabeza hacia el techo.-oye no es mi culpa que no quisieras ir a la cita doble en la que conocí a esta sexy mujer con la que tuve la noche más espectacular...-lo miro con ironía y le brindo un aplauso para celebrar su tan dichosa victoria.-siento que tu mal humor tiene que ver con tu falta de sexo, ¿sabías?...-le doy una mirada de odio antes de girarme hacia el desayunador para pegar mi frente contra el.-te prometo que te ayudaré con tu problema apenas tenga un tiempo libre, pero ahora no lo tengo...-suelto un suspiro cargado de fastidio en respuesta.
–Estoy metido en un puto problema y tú en lo único que piensas es en el sexo, ¿en serio?...-el silencio reina en el apartamento por un breve instante hasta que escuchó sus pasos acercándose lentamente hacia mí.
–¿Con Cara?...-me dice cuando se coloca en la dirección donde tengo puesta mi mirada, a lo que yo respondo con una negación de cabeza.-¿perdiste el trabajo?...-pregunta alarmado, a lo que yo respondo con un fruncimiento del ceño.-si no tiene que ver con la zorra ni con el trabajo, no sé qué otra cosa pasaría como para que te encuentras tan fastidiado de la vida...-me incorporo rápidamente y me acerco a mi escritorio para sacar la maldita carta de la primera gaveta.
–Esto responderá a tu duda...-digo pegándosela en el pecho y alejándome hacia la refrigeradora.

Luego de sacar una botella de agua fría, giro y veo como él se inclina sobre el desayunador para comenzar a leerla. Me resulta perturbador como una sonrisa se dibuja en sus labios al leer quién sabe qué.

–Santa mierda...-dice levantando los ojos hacia mí y con una sonrisa bastante estúpida en sus labios.-creo que esto ha sido un poco intenso, ¿no crees?...-le doy un enorme trago a la botella y asiento con la cabeza en respuesta.-realmente quisiera saber cómo vas a rechazar a esta persona, realmente la vas a romper en mil pedazos, viejo...-dice en medio de risas burlonas que se detienen al ver que yo me mantengo con la misma expresión.-la vas a rechazar, ¿cierto?...-llevo la botella nuevamente hacia mis labios y me lleno la boca de agua para evitar responder.-Dereck...-al ver que no respondo nada, abre los ojos y la boca un poco más de lo normal.
–Tenía la intención de rechazarla, de decirle que me deje en paz, de que deje de mandarme sus estúpidas cartas y de repente vi, en un puesto de esos de revistas o no sé qué mierda era, la cara de esa zorra y n-no pude...-sin cerrar su boca, coloca sus dos manos sobre su frente y baja la mirada hacia la carta que tiene frente a él.
–Amigo, esto que estoy leyendo no tiene absolutamente nada de normal, viejo esta chica está enamorada de ti y tú tienes esa cosa extraña en ti que rechaza a cualquier persona que intente acercarse...-en eso tiene mucha razón, sin embargo no es como que esté planeando aceptar a esta extraña mujer.-¿cómo planeas dejar que esta mujer siga enviándote sus cartas si eres como un repelente del amor?...-paso una mano por mi cabello y suelto el pesado aire que tengo dentro antes de responder.
–No tengo ni lo más mínima idea, la verdad es que todo esto es culpa de mi hermano y su estúpida idea de que debo encontrar algo de inspiración en alguna muestra de amor para poder escribir algo romántico para el concurso...-con la punta de su dedo toca la carta un par de veces y la arrastra hacia mí.
–Pues yo creo que has encontrado la muestra perfecta de amor...-me dice con una expresión cargada de fingida pena antes de girar en su sitio para retirarse.

Dejo escapar el aire con frustración y bajo la mirada hacia la hoja que él ha dejado frente a mí. Me da un poco de curiosidad cómo es que a alguien se le ocurrió hacer una cosa así y no esperar nada a cambio más que enamorarme.

Y extrañamente también me da curiosidad como puede lucir esta mujer y si realmente luce como una de esas acosadoras extrañas que se roban hasta el cabello de la persona que quieren. Un escalofrío recorre mi espalda ante ese pensamiento y me hace alejarme con asco de la carta.

–Como si me importara una mierda como es...-digo antes de sentarme en el escritorio y comenzar a trabajar en las notas de las clases del día de mañana.
–Viejo, creo que encontré el sitio ideal para mudarme, así que ya no te molestaré más...-mi concentración es tanta que mi única respuesta a eso fue un simple asentamiento de cabeza.

No me doy cuenta de que ha oscurecido, que las horas han pasado a máxima velocidad, hasta que suelto el lapicero y estiro mi espalda antes de levantarme de la silla.

Mientras me encamino hacia el refrigerador, la vista que se ve desde mi ventana me hace detenerme en mi sitio de repente.

En mi hogar jamás se vieron tantas luces ni tanta soledad mezcladas en un solo sitio, pero aquí se percibe en cada esquina y en cada persona que pasa junto a mí.

No puedo creer que mi vida diera un giro drástico y que en un chasquido de dedos haya perdido todo lo que conocía por culpa de una persona.

–"A eso y a la confusión de mis pensamientos, qué es tal que no valgo para nada, es a lo que me refiero cuando digo que eres mi ruina"...-digo recitando las últimas palabras del escrito de Dickens.

Mi querido profesor. ♡ حيث تعيش القصص. اكتشف الآن