Andrew y Edgard

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Era una fría y siniestra noche, la luna iluminaba cada rincón de una peligrosa cuidad, una ciudad donde el peligro rondaba cada esquina, la policía siempre ignoraba todos los asesinatos o violaciones, en esa zona lo que más abundaba era la violencia contra los omegas; "son mafiosos de todos modos, hay que dejar que se diviertan con los omegas a que lo hagan con la gente normal, si intervenimos nos matarán a nosotros y a nuestras familias." Esas eran las constantes excusas de aquellos que eran considerados la ley, un viernes, específicamente en la madrugada en un callejón completamente oscuro, en aquel lugar dónde ni la brillante luz de luna podría asomarse; un terrible silencio en donde ni un grillo, ni siquiera el leve maullido de un gato o el escandaloso ladrido de perro se podía escuchar, intentaba escapar completamente desorientado, aquel joven apenas podía mantenerse de pie y avanzar, Andrew Giovanni Vitali (un precioso Omega, su cabello era negro, como el carbón de una chimenea, sus ojos tan azules y claros como dos preciosas joyas de lápiz lazulí, llevando un collar de dicha piedra preciosa, pequeño, aproximadamente 1.56, a su joven edad de 21 años)

El joven omega iba apoyándose de las paredes de aquel solitario callejón, aferrándose a su vida, su único objetivo era sobrevivir, necesitaba escapar, necesitaba poder volver a ver la luz de un nuevo día... justo antes de todo aquello, durante la noche en el bar de su amigo Bruno Lombardi, Andrew buscaba clientes; ya que no tenía trabajo o forma de sustentar sus necesidades como sustentar su hambre, necesitaba como poder sobrevivir, vendiéndose con alfas mafiosos, se concentraba en los líderes o manos derechas que tuvieran dinero o claro, buen rostro y proporciones, para estar satisfecho y al menos disfrutar un poco de su trabajo. Esa noche se había reunido con el quinto jefe al mando de la mafia Mozzarella, (un nombre bastante temido a pesar de llamarse como un delicioso queso) conocidos por sus crueles torturas, compuesta por cinco grandes líderes, respetados y temidos, a excepción del quinto, Fred, un hombre abusivo, era muy repulsivo a pesar de ser increíblemente rico.

 Andrew acompaña a ese hombre, el cual llevaba demasiados guardaespaldas, terminan en un motel alejado de el bar, todo iba bien esa noche, aunque a Andrew le desagradaba su cliente, había reunido una buena cantidad después de haber trabajado, pero el hombre al terminar con lo suyo, se comportó agresivo hasta darle una horrible paliza a Andrew, el joven esperó a que aquel repulsivo viejo se durmiera, para poder intentar asesinarlo y robarle, tal vez huir a una ciudad lejana, ya que nadie reclamaría por la muerte de aquel estúpido alfa, e incluso pensaba que le podrían agradecer. Andrew se arma de valor y se levanta de la cama, toma un cuchillo que se encontró en la ropa de el alfa, apunta a la garganta de su objetivo, se encontraba a punto de apuñalar a ese viejo asqueroso, se oye un fuerte disparo afuera de la habitación y el viejo se despierta muy al mirar a Andrew sobre él a punto de asesinarlo.-


-¡TÚ! ¡MALDITA PERRA, QUE NO SE ESCAPE!-


Empuja con fuerza a Andrew para sacárselo de encima y llama a sus guardaespaldas, ellos toman con fuerza a Andrew y lo amarran a la cama, dónde comienzan abusos y torturas, las cuales son cesan hasta que el alfa estaba satisfecho de ver sufrir a aquel que le intentó quitar la vida y lo dejan tirado a su suerte, al menos le quitaron las cuerdas, el omega se intenta ir de aquel terrible lugar con las pocas fuerzas que tenía, se cae de la cama y se logra arrastrar hacia una puerta, (se fue arrastrando hacia la salida que llevaba a un callejón) logra llegar al final del callejón, el omega se sintió desesperado al ver que su supuesta salvación de ese lugar no tenía salida, se termina cayendo al suelo agonizando. A punto de quedar inconsciente escucha unos fuertes pasos acercándose, parecían de varios hombres, solo esperaba o ser salvado o morir de una buena vez, intenta levantar la mirada pero solo logra ver unas botas tacón, aquel chico se detiene frente a él.

Soy de tu propiedad, mi alfa...Onde histórias criam vida. Descubra agora