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Le mandaba mensajes, alguna que otra vez la llamaba, pero no le contestaba o le evadía con pequeñas excusas.

Alteró sus cabellos rojizos con desesperación, sintiéndose impotente por no saber nada de ella. Aunque tenía razones más que suficientes para no querer ni hablarle.

—Menudo imbécil estás hecho—se regañaba a si mismo, suspirando antes de dejarse caer sobre la cama.

Se repetía una y otra vez que no debería haberlo hecho y que de no ser por eso estaría ahora mismo disfrutando de sus vacaciones de verano junto a ella. Pero tuvo que estropear todo por comprobar sus sentimientos que estaban más que claros desde hace algún tiempo. ¿Tratar de besarla para ver si en verdad se ponía nervioso por su cercanía? Menuda estupidez.

Pero...

A pesar de que en un principio el plan no fuera besarla de verdad...

Al final sí que quiso hacerlo, pero ella tuvo más tiempo de reacción.

—¡No puedo más!—cubrió su cara con la almohada—. ¡Estúpido Karma! ¡Te odio!—ahogó un grito.

Y pensar que ella esperaba que lo hiciera...

—¿Por qué me hace esto?—dejó escapar un suspiro, apartando la almohada de su cara para abrazarla—. No es justo.

Estaba a punto de maldecir todo, tomando el móvil para ver otra notificación de una llamada o mensaje del chico que le estaba haciéndola sufrir su propia existencia. Pero su expresión amargada cambió a una de asombro al ver el nombre que se encontraba en pantalla.

[Hola, seré breve. Quiero que nos veamos un día de vacaciones, a lo mejor te apetece salir en el festival de verano. Espero tu respuesta.]

—Vaya invitación de mierda, Asano—frunció en ceño sin saber si estar molesta o sentir pena.

Estuvo refunfuñando por la espera de algún mensaje extra que nunca llegó.

Meditó.

Llegó a una conclusión.

—¿Por qué me escribe?

Entó en pánico.

—¡Me está escribiendo!

En efecto. El chico le estaba escribiendo para salir y a penas se daba cuenta de la situación.

—¿Qué?—volvió a leer el mensaje—. El día del festival...—sus ojos se iluminaron y su corazón sintió un soplo de esperanza.

Por otra parte, Karma no salía de su cabeza. Sentía que le estaba dando demasiada importancia, así que decidió aceptar la salida de Asano de manera impulsiva al querer deshacerse de esos pensamientos.

Hasta que el día tan ansiado llegó.

Canceló a Koro-sensei, excusándose al tener otros planes de salir justo el día del festival y comprometiéndose a pasar después a saludarlo a él y a sus compañeros.

Eso le jugaría una mala pasada al maestro, pues no estaba en sus planes este pequeño inconveniente. Quería que sus alumnos, y según él, futura pareja con futuros hijos, se reconciliaran. Pero las cosas parecían complicarse.

Le había prometido al pelirrojo que la chica asistiría junto con el resto de sus compañeros, pero ahora debería apañarselas y salir de la desastrosa situación en la que se había comprometido, o tratar de solucionarlo.

Mientras tanto, otros parecían pasarlo mejor.

—Te ves bien—espetó serio.

Ella estaba ansiosa, tratando de preparase con antelación, tratando de anticiparse al chico en cualquier situación. Sin embargo, no dejaba de darle vueltas a una cosa.

NUESTRA PEQUEÑA REALIDAD || KARMA AKABANE X LECTORANơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ