23

138 28 8
                                    

Abrí mis ojos al sentir algo templado en mi frente, tocando esta y tomando la bolsa de hielo.

Volví a recostarme al sentir el cuerpo demasiado pesado como para ponerme en pie, pero fue entonces cuando me obligué a mí misma a reincorporarme en el futón.

—¡Karma...!—grité débilmente llamando su atención.

Sus ojos me miraban con asombro, y corrió hacia mí en cuanto me desplomé por tercera vez.

—¡Nagisa!

A pesar de encontrarme un poco mejor, la fiebre seguía sin bajar y la cabeza tampoco dejaba de dolerme. Abrí mis ojos un poco para mirar a Karma, quien me tendía una medicina rara.

—Tómate esto—acarició mi cabeza—. Tranquila, todos están a salvo.

—¿De verdad?—esbocé una pequeña sonrisa antes de tomar la medicina—. Eso es...—comencé a cerrar los ojos con cansancio—una buena noticia...

—Te llevaré a descansar—anunció tomándome en brazos para levantarme.

Quería preguntarle por qué estaba temblando incluso antes de levantarme, pero no tenía las fuerzas suficientes para hacerlo, solo quería dormir, así que junté mi cabeza al pecho de Karma y me dejé caer en un sueño profundo.

Al día siguiente desperté renovada y con la energía al máximo. No me sentía agotada y mucho menos de un ánimo pésimo.

Me iba a levantar de la cama de un salto, no sin antes estirar cada extremidad de mi cuerpo como es debido. Entonces, no me levanté como tenía planeado, sino que me caí al suelo al ver a Karma en mi cama.
Iba a pedir una explicación inmediata, pero mis palabras se desvanecieron en el aire al verlo mejor.

Me acerqué con cuidado de no despertarlo. Se veía demasiado atractivo durmiendo de esta forma tan tranquila y profunda.

—Mierda—tiré de las sábanas—. Estúpido y sensual Karma. ¿Cómo puedes ser mi amigo? No es justo tener amigos más atractivos que yo.

Como siempre, me mataban las ganas de tocar su pelo, y lo hice. Pero no fue muy buena idea.
Grité sorprendida al sentir mis muñecas apresadas contra el colchón y todo mi cuerpo inmovilizado y apretado por otro ajeno.

Abrí mis ojos para encontrarme con los de Karma. Me estremecí ante su mirada amenazante que suavizó tras haber analizado la situación detenidamente.
Se apartó enseguida, sujetando su cabeza con ambas manos y suspirando.

—¿Estás bien?—toqué su cabeza para llamar su atención.

—¿Por qué lo preguntas?—habló con una risa irónica—. Debería ser yo el que te lo pregunte.

Apartó la mirada al ver mis muñecas con las marcas enrojecidas de sus dedos.

—Estoy bien.

—Lo siento—suspiró dejándose caer a mi lado, sobre el colchón, apoyando la cabeza en sus brazos—. Me sentía exhausto.

Recordé cómo temblaba la noche anterior cuando me trajo a la cama.

—Claro. Seguro que la misión fue muy dura, te habrás dormido.

—Eres muy lista. Te mereces un premio por llegar a esa conclusión tú solita—canturreó con los ojos cerrados.

—Oh—le di un empujón—. Me gustabas más dormido.

—¿Hm?—me miró de reojo.

—Deberías ir a tu habitación—abracé mis piernas—. Como el profesor Karasuma nos vea estaremos metidos en un buen lío.

NUESTRA PEQUEÑA REALIDAD || KARMA AKABANE X LECTORATempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang