𝑺𝒐𝒚 𝒆𝒍 𝒗𝒊𝒍𝒍𝒂𝒏𝒐, 𝒑𝒆𝒓𝒐 𝒆𝒔𝒕𝒐𝒚 𝒆𝒎𝒃𝒂𝒓𝒂𝒛𝒂𝒅𝒐.

Capítulo 82

—Es porque hay cosas buenas, ya sea su apariencia o sus feromonas. Depende de si le gusta o no, pero yo no soy diferente de esos alfas.

—Ah....

Pensó que Kang Se-hun respondería que era porque era mejor que nadie y que era especial. La mente de Seo Da-rae se quedó en blanco ante la inesperada respuesta de Kang Se-hun y olvidó qué decir.

—Antes de ser alfa, soy una persona que ama a alguien, así que no hay necesidad de pensar demasiado en ello. ¿Has dicho todo lo que querías decir?

Seo Da-rae bajó profundamente la cabeza mientras escuchaba a Kang Se-hun. Simplemente habló sin ninguna emoción, pero cuando escuchó eso, su cara se calentó como si fuera a explotar.

Vino a verlo porque estaba pasando por un momento difícil. Esperaba algo de curación, pero obtuvo más que eso. Como si eso no fuera suficiente, prendió fuego a su corazón.

《Quiero ser el omega de este alfa.》

Quería a Kang Se-hun, quien le consoló con unas pocas palabras casuales.

《¿Yoon Tae-soo se sintió así?》

Me preguntaba si lo que le molestaba a Yoon Tae-soo cuando Kang In-hyuk mostraba interés por mí era también algo que él no tenía. Mis celos por Yoon Tae-soo se estaban filtrando lentamente a borbotones y carcomiendo mi corazón. Seo Da-rae estaba a punto de darse la vuelta, sin saber qué decirle a Kang Se-hun en ese momento, cuando alguien llamó su atención.

《¿Yoon... Tae-soo?》

Los ojos de Seo Da-rae volvieron rápidamente. No era el momento de preguntarse por qué Yoon Tae-soo estaba aquí. Ésta era la compañía de Kang Se-hun, así que mi presencia era aún más extraña.

En cualquier caso, Yoon Tae-soo lo había encontrado y se estaba acercando. Si pudiera aprovechar esta situación, ¿no sería posible convertir a Kang Se-hun en mi alfa?

—Bueno... ¿Puedo oler tus feromonas sólo una vez?

—No.

Seo Da-rae quedó desconcertado por el brusco rechazo de su solicitud y movió los ojos.

—Mis feromonas son caras. Algunos creen que es perfume y me preguntan dónde lo he comprado, pero no quiero rociarlas para que los demás lo huelan. Ni siquiera se ofrecen a pagarlas.

Kang Se-hun hablaba profundamente, pero estaba claro que estaba apartando el significado implícito. Sin embargo, Seo Da-rae, que fue rechazado, parecía reírse a carcajadas. Su rechazo no sonó ofensivo.

—Entonces encontraré el aroma restante y lo oleré.

—¿Hay alguna razón para hacer eso?

Kang Se-hun habló como si fuera reacio.

—Por favor, quédate quieto.

Las oscuras cejas de Kang Se-hun se movieron en respuesta, y Seo Da-rae extendió las manos hacia él. Fue para oler sus feromonas que flotaban en la base de su cuello. No agachó la cabeza, así que no tuve más remedio que acercarme porque era alto. En realidad, las feromonas eran una excusa. Sólo quería que Yoon Tae-soo lo viera siendo amable conmigo.

Seo Da-rae sintió que iba a reírse con solo pensarlo, así que se mordió el labio inferior para contener la risa. Y justo cuando estaba a punto de tocar su cuerpo,

—No.

En el momento en que Seo Da-rae se detuvo, Kang Se-hun echó ligeramente la cabeza hacia atrás. Sólo eso lo hizo parecer aún más alto, y Seo Da-rae no pudo ocultar su expresión de desconcierto.

—No es porque signifique otra cosa......

—En ningún sentido.

Seo Da-rae sintió que algo se le revolvía en el estómago cuando Kang Se-hun lo miró con un descarnado rechazo en los ojos.

—Vi un video sobre el director general hace un tiempo. Hubo muchos elogios por lo flexible que era en el trabajo, pero no esperaba que fuera tan testarudo.

—El amor es inflexible. Y no quiero ser tocado por nadie que no sea Tae-soo.

No puede creer que lo golpeara tan fuerte contra una pared de acero. Seo Da-rae se detuvo con los brazos extendidos torpemente. Incluso se había olvidado de ser cariñoso delante de Yoon Tae-soo. Era hora de pensar en cómo alejarse.

—No puedes.

La inesperada interrupción sobresaltó a Seo Da-rae, mientras que Kang Se-hun empezó a sonreír. Seo Da-rae bajó lentamente la mano cuando vio a Tae-soo acercarse con mucha emoción. No pudo poner sus brazos alrededor del cuello de Kang Se-hun, pero debió malinterpretarlo.

Tae-soo rápidamente redujo la distancia y se interpuso entre Kang Se-hun y Seo Da-rae. Los ojos de Kang Se-hun se llenaron de curiosidad mientras miraba a Tae-soo, quien apareció de repente. La última vez que lo vio con Jeong Hae-jin, él apareció de repente y dominó el ambiente, así que tenía curiosidad sobre cómo sería hoy.

Pero contrariamente a sus expectativas, Tae-soo permaneció quieto. Calmó su respiración y no dijo nada. La expresión de Kang Se-hun cambió ligeramente cuando el habitual enérgico Tae-soo estaba callado.

—¿Por qué no dices nada? ¿No te sientes bien?

Kang Se-hun tiró de Tae-soo por el hombro para mirarlo. Y en el momento en que sus ojos se encontraron, el rostro de Kang Se-hun se endureció ante la expresión seria de Tae-soo.

Tae-soo, mientras tanto, intentaba calmar su estómago hirviente. Consiguió alejarlo de Seo Da-rae, pero no se le ocurrió nada más. Estuvo tentado a seguir su personalidad, pero este es el lugar de trabajo de Kang Se-hun, así que no pensó en ello.

《Con Seo Da-rae.》

Ojalá la relación pasada hubiera terminado ahí mismo. Kang In-hyuk confesó que le gustaba y Seo Da-rae se acercó a Kang Se-hun. No sabía por qué estaba tan enredado, y tenía un mal presentimiento al respecto. Quizás por eso su estado de ánimo se hundía sin cesar.

Pero de repente, su cuerpo fue elevado en el aire. Tae-soo, que abrió mucho los ojos, luchó instintivamente tan pronto como se dio cuenta de que Kang Se-hun lo había cargado.

—Vayamos primero al hospital.

—¿Qué? No. Por qué el hospital......

—Si te sientes mínimamente mal, debes ir al hospital de inmediato.

Cuando Kang Se-hun se dio la vuelta, Tae-soo hizo contacto visual con Seo Da-rae, quien estaba igualmente sorprendido. Ambos estaban tan aturdidos que no podían abrir la boca.

—Cancela todos los horarios.

Mientras tanto, Kang Se-hun le ordenó al secretario que vino a buscarlo que coordinara su horario y luego llevó a Tae-soo al estacionamiento subterráneo. Cuando subieron al auto que los esperaba, la mirada de Tae-soo, que había estado en blanco antes, volvió a enfocarse.

—No estoy enfermo.

—Lo sé.

—Pero ¿por qué quieres ir al hospital...?

—Creo que deberías.

Kang Se-hun acarició el rostro de Tae-soo. Aunque parecía sorprendido, no estaba sudando y su piel no estaba fría. Preguntó Kang Se-hun después de confirmar que Tae-soo estaba bien después de tocarlo con sus propias manos.

—Ahora dime. ¿Por qué hiciste eso?

—...... le estabas sonriendo a Seo Da-rae.