30. Es mi cumpleaños.

73 8 0
                                    

A pesar de lo sucedido, ya no siento ninguna carga con katsuki.

Soy libre.

Por muchos años me aferre al pasado mis traumas del bullying y maltrato, también mis pensamientos suicidas.

Pero saben una cosa...

No me siento arrepentida

Justo ahorita estoy comiendo un algodón de azúcar aunque no puedo.

Y soy consciente de que no puedo.

Pero quiero ser feliz... Por primera vez en tantos años no probaba un dulce.

Nada es imposible.

Aunque todo acto trae sus consecuencias....

No muchos tienen un final feliz respecto a sus repuntes, pero...

No vean las cosas negativas chicos

Porque al final del día...

Pensarás ¿y si nada de esto hubiera pasado?

Si las cosas no pasarán no podemos aprender a levantarnos y seguir adelante.

Se que es difícil.

Mire el cielo.

Tú espectador sabes que lo es.

Si es que en algún lugar mi vida es un libro o una película.

Empecé a llorar al ver unos lindos fuegos artificiales.

—¿Está bien? — pregunto Deku—¿No te gusta el ruido?—volvio a insistir — ¿Quieres que nos vayamos? — se volteó a verme

Lo abrace.

—Estoy bien, Izuku — le besé la frente mientras conteste.

Estamos en un lindo parque de diversiones.

A las 11pm de la noche, parece una linda feria pero es un parque.

Él me sujeta de la mano mientras caminamos por el parque buscando que atraccion utilizar.

— ¿Que tal la montaña rusa?— menciono sonriendo.

— Ya nos hemos montado tres veces, Ceni— dice con cara de que ya no quiere más.

— Pero es divertido subir y bajar — sonreí y el me miró con una segunda intención..

Aaaaaa

Si tienen doble sentido.

UPS.

— Eres un pervertido — comenté sonrojada.

— ¿Yo? Yo no he dicho nada — con su sonrisa pícara.

Volteo los ojos.

Me agarra desprevenida y me empieza hacer cosquillas.

La verdad estoy súper feliz.

Vi una tienda del destino, la verdad en pleno siglo XXI no debería creer en esas cosas pero..

— Izukuuu, vamos a ir allá — señalé la tienda de la Fortuna.

El me miró con cara de ¿En serio?

— Anda Izuku— lo empecé a jalar de la mano a la tienda.

— Esas brujas siempre cobran una fortuna y no dicen nada ochako— suspira y se le ve la respiración por el frío que hay.

Le hice ojitos de ternura para poder convencerlo.

— Está bien— cedió ante mi súplica.

Al entregar a esta tienda todo tenía un color morado y hacia más frío que afuera.

Tus Ojos Esmeraldas [Dekuraraka/Izuochako]•En EdiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora