Tus Ojos Esmeraldas [Dekuraraka/Izuochako]•En Edición

25. No fue la azúcar.

Siempre desde pequeña me han perseguido los problemas, las complicaciones... No estoy diciendo que soy la única, pero estoy con una cobija, una ropa prestada en el sofá de mi mejor amiga y un día antes de noche buena la mamá de mi novio me saco literalmente.

¿Alguna vez te ha pasado en navidad?

Estoy triste, quiero abrazar a duque y hasta eso no lo puedo hacer.

Sentada en este sofá, tengo a Momo de mi lado derecho sentada y de mi lado izquierdo a Mina.

Ya los chicos, shoto y un lindo pelirrojo terminaron de poner la estrella en el árbol de navidad.

- ¿Y el chico rubio, mina ?- pregunté para evadir una conversación sobre Izuku.

Acostumbrada a que venga detrás de mi ya no vino.

Y se que no vendrá.

- Era muy misterioso, no me gusta- dijo Lumi asqueada.

- Mina tu y tus gustos- comento Momo que estaba tejiendo una bota de navidad.

Tengo muchas ganas de llorar, quiero resolver todos mis problemas.

Quiero ver la primera nevada con Izuku, quiero beber chocolate caliente con Izuku quiero terminar la lista de cosas que tengo con él.

Todo quedó en silencio y shoto puso música de navidad, para luego empezar hablar con el pelirrojo.

Eso era todo, música.

Detone.

Empecé a llorar como una bebé y llorar y llorar.

No fue la azúcar.

Soy yo.

- Está vez no fue la azúcar, soy yo, por fea, por pobre, porque todos siempre me han juzgados, porque el problema soy yo... - digo entre llanto, siento que alguien se acerca y toca mi espalda.

No quiero escuchar nada de nadie, yo solo....

Solo quiero ser feliz.

Quiero comer helado junto a Izuku, aunque no pueda, quiero hacer muchas cosas junto a él.

No dependo de él.

Pero no quiero perder a más nadie.

Levantó la mirada.

-No me corresponde a mi, pero..— shoto suspira — no está tu culpa Uraraka, no es bueno buscar culpables. Izuku te quiere como eres, así como tú te describes, para él eres un tesoro más valioso que el dinero o un título — lo volteo a ver con mis ojos llorosos y está agachando la cabeza sin mirarme— ahora te toca a ti ochako, ve a salvarlo. Ustedes descubrieron que lo que los demás rompieron en su ser se complementan armoniosamente. — shoto levanta la cabeza y me ve.

Sus ojos llorosos.

—Ustedes pueden estar juntos— dijo muy timido— pueden ser uno.

Me levanté y abracé a shoto.