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Valentina se sorprendió de que Juliana no apartara su mano cuando había enrollado sus dedos meñiques. Ella hubiese querido tomar toda su mano, pero no sabía si Juliana estaba en la misma página que ella o no. Se habían tocado coquetamente en el brazo o el muslo durante todo el tiempo en la heladería. Martine lo había notado; Valentina lo sabía por la mirada desconcertada en su rostro todo el tiempo.

—Entonces, ¿tú y Martine viven juntas?—

—No—, Juliana hizo una pausa e inclinó la cabeza de lado a lado. —Bueno, quiero decir, sí, pero no. Nuestros apartamentos están uno al lado del otro, y bien podría ser un solo apartamento por el hecho de que nunca cerramos las puertas de entrada y vamos y venimos cuando nos plazca al apartamento de la otra.—

—Entiendo.—

—Sophie, la novia de Martine; la que conociste el día del restaurante que estaba conmigo el otro día ...—

—¿La francesa guapa?—

—Sí—, resopló una carcajada mientras Valentina se reía de su adorabilidad.

—Ella era dueña de todo el piso del edificio y tenía su apartamento construido, y en ese momento, mi apartamento era su bodega—. A Valentina le encantó la forma en que Juliana decía algunas palabras con tanto dramatismo. —Cuando quedé embarazada de Olivia, Sophie arregló esa bodega para mí, para que pudiéramos tener nuestro propio espacio—.

—Me encanta eso—. Con cuidado, Valentina envolvió su dedo anular alrededor del de Juliana. Una vez más, Juliana no se alejó. —Debe ser genial tener gente así en tu vida. De esas personas que harían cualquier cosa por ti y no esperan nada a cambio—.

—¿No tienes eso en Hollywood?—

—No—. Valentina dejó escapar un fuerte suspiro. —Nunca he tenido a nadie en mi vida que no quisiera algo de mí. Mi papá siempre quiso que ganara más dinero para él, y mi ex también, quien era mi agente, por lo que siempre  tuvo motivos ocultos. No tengo muchos, o bueno, ningún amigo real porque la gente siempre quiere algo de mí y no les interesa una simple amistad—.

—Eso me pone triste por ti—. Juliana sacó sus dedos de los de Valentina, solo para juntar inmediatamente sus manos. Sus brazos se balancearon suavemente entre ellas mientras caminaban, y Valentina notó que ya no iban en camino hacia la calle donde vivía Juliana. —Si significa algo, no quiero nada de ti, y quiero ser amiga tuya. Amigas de verdad—.

—Eso significa mucho, en realidad—. Valentina apretó la mano de Juliana con fuerza. —Gracias.—

—Oh, espera. Quiero una cosa—. Juliana dejó caer la mano de Valentina mientras daba unos pasos emocionados frente a ella y caminaba hacia atrás por la acera.

—Lo sabía—, Valentina fingió molestia.

—Dime qué pensaste sobre mi actuación esta noche—.

—Mira—, le hizo un gesto burlón, —todos siempre quieren algo.—

—Por favor.— Extendiendo su mano, Juliana dejó de moverse mientras Valentina caminaba hacia su mano antes de que pudiera detenerse. Juliana se sonrojó cuando rápidamente quitó su mano del pecho de Valentina y la puso detrás de su espalda. Sus ojos marrones se suavizaron mientras hacía pucheros e inclinaba la cabeza como un cachorro. —Por favor, apreciaría mucho tus comentarios—.

Valentina respiró hondo y lentamente soltó su mano. Con toda honestidad, Juliana la había sorprendido en su actuación como Dorothy. Todas sus inseguridades parecían desvanecerse en el resplandor de las luces del escenario, y se iluminaba como una estrella brillante que nació para ser el centro de atención. Lo cual, si Valentina tenía su suposición, no era un lugar donde Juliana estaba acostumbrada a estar.

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