President [Kookmin]

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El ambiente en la cancha de basketball de la escuela era uno muy encendido.

Jimin asistió una vez a uno de ellos, Yoongi lo había invitado ya que él estaría jugando, y realmente lo disfrutó, incluso animó a su hyung desde su lugar haciendo que éste se volteara a verle y le saludara justo antes de encestar. Ahora también Yoongi era partícipe en el juego, sólo que en esta ocasión no había venido porque él lo invitó.

El castaño estaba sentando en una de las primeras gradas de abajo, casi a la esquina. Ponía atención al partido pero también intentaba localizar a Jungkook desde su lugar.

Desde que acordaron verse esa tarde en casa de Jin, el fin de semana entero estuvo nervioso porque llegara el día, y es que le emocionaba pero también le asustaba un poco. Jamás había estado con nadie como novios y mucho menos con un chico, no se le pasó por la cabeza nunca, sin embargo, lo que sentía por Jungkook si que era verdadero. Estaba allí en su corazón y mente haciendo que se sintiera más ansioso y nervioso de lo que nunca imaginó.

El bullicio de todos a su alrededor lo sacó de su burbuja, el equipo de la escuela había hecho un tiro de tres al parecer. Por alguna extraña razón sus ojos fueron a dar con Yoongi, quien chocaba manos con sus compañeros por dicho tiro. Le sonrió mientras se encaminaba hacia él, bueno, no hacia él sino hacia la banca del equipo que quedaba justo en su dirección. Al parecer no jugaría por un buen rato y será suplantado.

Jimin le devolvió la sonrisa una vez Yoongi estuvo en la banca mientras se secaba el sudor y bebía de su botella de agua, desde allí él podía verle perfectamente. Luego vio como su hyung miró hacia donde estaban los vestidores y la ducha, volvió su mirada hacia Jimin y con un ligero movimiento de cabeza le insinuó que lo siguiera.

Estaba confundido, no sabía porqué pero sólo se levantó de su lugar, dudoso, y siguió con la mirada a su hyung hasta que lo vio desaparecer entre las puertas que daban a los vestidores.

Jimin tenía fácil acceso a salir de su asiento en las gradas y no le importaba mucho el perder su puesto, pues solo le escribirá a Jungkook para que se vean fuera de la cancha en algún punto específico de la escuela.

Cuando llegó hasta las puertas de los vestidores, entró y escuchó agua caer del lado de las duchas, así que detuvo su andar y pensó en esperar afuera. Dio unos pasos atrás; cuando giró, chocó de lleno con algo... o más bien, alguien.

Yoongi estaba ahí.

—¿Hyung? —abrió los ojos a tope al percatarse que era él. Se había asustado porque él pensó que su hyung debía estar en la ducha.

—¿Estás bien? —Yoongi le revisó la nariz, Jimin asintió y se separó un poco, sentía el caliente salir de su cuerpo sudoroso.

—Si... no te preocupes —respondió.

—Bien.

—Querías hablar conmigo, ¿no? —Jimin se reincorporó después de masajear su pequeña nariz varías veces.

Miró a su hyung esperando a que empezara a hablar, porque sabía que debían hablar. Estas últimas dos semanas las cosas entre ellos no han estado bien y no sabe por qué. Lo único que sabe es que no quiere dejar de ser amigo de Min Yoongi, le gusta mucho ir al club y le gusta mucho estar con los demás chicos allí, si las cosas siguen estando raras entre ellos, entonces no podría seguir asistiendo al club.

Yoongi suspiró y desvió la mirada hacia los casilleros, la volvió hacia él y sonrió sin gracia para después relajar su rostro y mirarlo de la forma más dura que Jimin haya podido ver en él.

—¿Por qué tienes que ser tan cercano a Jungkook?

—¿Hyung, qué...?

Dio unos pasos más para acortar la distancia con Jimin, el cuerpo de Yoongi estaba sudado y emitía un calor debido a la cercanía que estaba tomando el mayor. Éste miró al castaño a los ojos por unos segundos y acercó su rostro lo suficiente como para hacer retroceder a Jimin y chocar con uno de los casilleros que no sabía tenía detrás de él. También apretó sus ojos porque sabía lo que podría pasar a tal distancia, pero el beso que Jimin esperaba, jamás llegó, sin embargo, sintió un peso ligero sobre su hombro izquierdo.