Argentina se quedó en silencio un minuto, luego una voz desde el marco de la puerta llamo la atención de México.

—Por favor... —Era USA —No quiero ver a Argentina así toda la vida, mentiría si digo que en realidad no estoy de acuerdo.

México se levanto de la cama y camino hasta la sala de la casa, dónde se encontraba Rusia. Rusia estaba cargando a Desol.

—A mi tampoco me agrada la idea. —Dijo Rusia.

México tomo a Desol en sus brazos.

—Solo no lo beses.

Rusia miro a México con una mueca triste, se levanto del sillón y fue hasta la habitación donde se encontraba el otro latino. Usa salió de la habitación.

—Me parece muy injusto que México me pida esto luego de que lo trataste como la mierda durante casi toda su vida.

Argentina bajo la mirada, pero Rusia comenzó a desabrochar su pantalón.

—Quítate la ropa, acabemos con esto.

Argentina se desvistio de manera rápida,
Rusia no conseguía una erección buena, el cuerpo frente a él no le llamaba la atención, incluso le daba un poco asco pensar en la infidelidad que estaba apunto de cometer. Argentina se recostó sobre la cama y abrió sus piernas. Rusia se posicionó entre estás y entro de manera lenta. El miembro de Rusia era un poco más pequeño que el de USA.

Argentina cerro los ojos al suspirar. Rusia comenzó a moverse de manera lenta.

México mecia a Desol en la sala, mientras intentaba no imaginar lo que sucedía en la habitación del fondo, dejando caer algunas lágrimas por su mejilla.

Rusia aumento la velocidad conforme su cuerpo se lo pedía. Argentina solo dejaba salir pequeños quejidos, pues su cuerpo no estaba lubricando de manera correcta y el movimiento le lastimaba.

—Callate, no quiro que México te escuche.

Argentina, quien se encontraba llorando como un bebé no solo por el dolor, si no por la humillación que sentía, se cubrió la boca con ambas manos.

Rusia era incapaz de llegar al orgasmo, no se sentía suficientemente estimulado en esa situación.

Argentina detuvo a Rusia colocando una mano en su pecho.

—Llevamos más de diez minutos así. ¿No hay una forma más rápida?

Rusia lo pensó un momento.

—Ponte en cuatro, ver tu cara me perturba.

Argentina se dió la vuelta. Rusia lo ayudo a mejorar su postura, tomo su cintura y volvió a entrar en él. Los colores de la espalda del sudamericano eran diferentes al de su esposo, el olor no se asemejaba al de las avellanas, y sus gemidos eran más chillones que los de México. Estaba dentro de una persona completamente diferente.

Argentina sentia vergüenza, pues a pesar de no ver el rostro de Rusia, sabía que ninguno lo estaba disfrutando.

—Creo que... —Dijo Argentina— Creo que está idea no...

Rusia tomo el cabello de Argentina y lo jaló hacia atrás.

—Cierra la boca, ya me hiciste metértela, ahora cállate.

Argentina acato la orden.

Rusia aumento el movimiento, ahora el choque de pieles se oía por toda la casa. México solamente veía a Desol, pensando en la pesima suerte que tenía.

Rusia comenzaba a sentir cosquillas en su ingle, Argentina por su parte, se maldecia por tener una erección en ese momento, le agradaba el trato brusco de Rusia.

Rusia finalmente termino dentro del argentino, cada gota, se aseguro de que absolutamente ni un mililitro saliera. Rusia se abrochó el pantalón. Estaba por salir de la habitación cuando escucho a Argentina.

—Gracias...

Rusia ni siquiera volteo a verlo.

—Diselo a México.

Fue así que México, Desol y Rusia salieron de la casa aquella noche.

Los días se tornaron incómodos, México quería ser tocado por su esposo, pero Rusia no quería tocar a México con las manos con las que tocó a su cuñado.

Los meses pasaron, y conforme las noches se volvían más frías, la relación también. México volvió a la habitación que antes solía utilizar, mientras que Rusia dormía con Desol en la habitación principal.

Argentina había conseguido un embarazo fuerte. Su ánimo incremento notablemente, mientras que su estómago crecia sin límites.

Una mala tarde de invierno, mientras México estaba sentado en el balcón viendo la nieve caer, le llegó un mensaje de su hermano. Era una ecografía junto a la frase "Son gemelos, el doctor dice que son perfectamente sanos"

México apagó su celular. Miro el horizonte blanco, y sus ojos comenzaron a cristalizarse.

Rusia se acercó al balcón, sus pisadas eran lentas y tristes.

—Son gemelos.

Rusia escucho hasta llegar junto a México.

—¿Te doy asco? —Pregunto Rusia al ver a México.

México se quedó un momento en silencio.

—No, Rusia. —Contesto.

Poca Paciencia /Rusmex-Usamex/Where stories live. Discover now