CAPÍTULO 6

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Laura:

Recorro todo el perímetro de la piscina con cuidado de no tropezar con las personas que se mueven de un lado a otro, mientras experimento un leve temblor en mi cuerpo al sentir la brisa fresca sobre mi piel húmeda.

—Mailon—llamo al chico cuando lo veo empapar con la pistola a otro joven, para luego dirigir su atención hacia mí.

- ¿Qué quieres, linda? -me pregunta amable.

- ¿Me podrías indicar dónde se encuentran las toallas, por favor? -le pido, ya que necesito secarme un poco y arroparme.

- ¡Claro que sí! Ve al baño del segundo piso. Se encuentra en la segunda puerta a la derecha, ahí vas a encontrar algunas -me indica, y yo asiento con la cabeza agradeciéndole.

Una vez dentro de la casa, me abrazo a mí misma al sentir el impacto del aire acondicionado azotando mi piel. Cuando logro llegar a la sala, miro todo el lugar para ubicar las escaleras. Veo en una esquina a un chico totalmente ebrio y suelto una pequeña risa al ver lo gracioso que se ve, contando chistes, mientras varias personas a su alrededor se mueren de la risa. Por otro lado, desvío la mirada y encuentro a Tamara muy ocupada con su lengua metida en la boca de un chico que la tiene tomada de la cintura. Al ser la única persona conocida que me he encontrado en la sala, no tengo más remedio que acercarme a ella.

- Tamara -intento llamarla con un breve golpe en el hombro.

- ¿Dime, querida? En estos momentos estoy muy ocupada -dice despegándose del chico por un momento, hasta que él vuelve a tomarle los labios.

- Sí, ya veo, solo te venía a hacer una pequeña pregunta, ¿Has visto a Erick? -vuelvo a hablar y aguardo un breve instante, mientras que concluye el beso, experimentando cierta incomodidad hasta que ella me presta atención.

- No sé, la verdad, no lo he visto más desde que estaba con los chicos bajando unas cajas que le trajeron a Mailon -me informa, mientras que yo suelto un leve suspiro al ver que no he conseguido ninguna información—¿Era solo eso?

- Sí, ya puedes continuar -antes de que terminara de hablar, ella le estaba comiendo la boca al chico.

Sigo avanzando por el pasillo hasta llegar a las escaleras y comienzo a ascender por cada uno de sus escalones hasta alcanzar el segundo piso. Siguiendo las indicaciones que Mailon me dio, giro hacia la derecha. Encontrándome en un área de la casa donde no veo a nadie, solo puedo escuchar algunos murmullos o gemidos que provienen de algunas habitaciones.

El pasillo está iluminado con poca luz y observo la decoración del lugar, la cual es muy similar a la del salón anterior, antes de dirigirme a la puerta que sería mi destino. Al abrirla me encuentro con un lujoso baño tapizado con losas de mármol y un pequeño jacuzzi. Ubico las toallas colgadas en un perchero a la pared, así que decido tomar una para secarme. Cuando la tengo en mis manos, me la paso por todo el cuerpo mientras inclino mi cabeza hacia adelante para secarme un poco el cabello, a medida que frunzo el ceño al oír unas voces sobresaltándose en el pasillo.

—¿Y qué mierda quieres hacer, eh? —la confusión en mí aumenta al escuchar la voz de mi amigo, así que rápidamente interrumpo lo que estoy haciendo y abro la puerta lentamente, viendo cómo una de las puertas de enfrente se cierra.

Camino a pasos cortos hasta llegar a la puerta que acababa de cerrarse, para luego pegar el oído a ella para escuchar algo.

—No entiendo qué es lo que quieres, Erick —presto atención al sonido de la voz de otra persona y mi boca se abre completamente al identificar de quién es. Mi lado más curioso toma el control en estos momentos, así que cojo el cerrojo y entreabro la puerta para observar lo que está ocurriendo dentro de la habitación. En ese instante me quedo paralizada ante lo que mis ojos ven.

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