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Bajo el volumen de la radio antes de arrancar el motor, no quería despertarla. Condujo hasta encontrar algún motel barato de no tan mala pinta, y cuando lo encontró se detuvo.

Se estacionó y entro a la recepción, pidió un cuarto con dos camas, una individual y otra matrimonial, le dieron las llaves de la habitación y se aseguró que fuera una cercana a la entrada.

Primero revisó la habitación, que no tuviera espejos de doble vista y que las sábanas y colchón estuvieran limpios de suciedad e insectos, arreglo un par de detalles y pidió agua, shampoo, acondicionador y jabón para el baño. Generalmente los hay, pero siendo un motel fuera de la ciudad no se esperaba mucha clientela.

Aprovechando que la recepcionista fue a buscarlo, reviso que no hubiera cámaras en los pasillos, y viendo que no las había fue por Sarah. La cargo y llevo hasta el cuarto, el cual dejó abierto. La desenvolvió y acomodó en la cama, matrimonial, revisó su cuello.

L: Aún respira

Sujetame en tus manosWhere stories live. Discover now