Rockland

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Rayla estaba nerviosa.

Ya había caminado el mismo tramo unas 20 veces, pensando que tenía que regresar para que entonces la idea de decir algo equivocado y arruinar todo más de lo que ya estaba, la golpeara y la hiciera volver sobre sus pasos.

"Tengo que volver para disculparme con él."

"Si vuelves seguro es que digas algo mal y lo arruinarás más"

"Tengo que..."

Se detuvo bruscamente y con la cabeza gacha se rió para sí misma.

-Probablemente se reiría de mí si me viera ahora. -Se dijo a si misma, quería pensar que Callum se reiría al verla tan nerviosa cuando hace dos años ella habría ido directa y le habría dicho todo lo que tenía que decir.

Al final ella retomo su marcha hacia Katolis, para regresar con él.




Había caído la noche, ella y Stella habían decidido parar a descansar.
Stella estaba acurrucada a su lado, en el silencio del bosque Rayla podía escuchar los suaves ronquidos del pequeño mono.

Rayla estaba apoyada contra un tronco viendo las llamas del fuego bailar una danza sincronizada.

Su mente decidió viajar lejos...
Normalmente su mente viajaba a Callum, durante esas noches donde pensaba que nunca vería la mañana del día siguiente, cuando su cuerpo temblaba pidiendo descanso y su estómago daba un vuelco por el hambre, en todos esos momentos su mente viajó a Callum.

Pero esa noche su mente decidió aterrizar en el recuerdo de todas esas noches del último año, noches en las que las preguntas le hacían un nudo en el estómago y pequeñas lágrimas se deslizaban por sus mejillas, dejando un rastro irregular.

Recordó que una noche había asumido que Callum la había olvidado y había seguido adelante.

"¿Quién ocupó mi lugar en la cama cuando me fui?" Se había preguntado primero, recordando las noches en las que ambos se acurrucaban en pijama, susurrando promesas y secretos que nadie más sabría jamás. Supuso que alguna noble de Katolis había logrado seducir a Callum y que mientras ella continuaba su búsqueda de Viren para mantenerlo a salvo, él estaría con una nueva persona.

Pero no podía culparlo, ella lo había abandonado. Y merecía estar con alguien que lo hiciera feliz.

"¿Quién se ríe de todo lo que dices?" Fue su segunda pregunta mientras miraba las estrellas con una sonrisa melancólica dibujada en su rostro al recordar uno de sus chistes malos.

Hubo muchas más preguntas durante sus noches, preguntas que corrían por sus cabeza cuando la luna hacía su acto de presencia.

Esa noche no fue la excepción, a pesar de que volvía a Katolis para resolver las cosas con él, no pudo evitar que las preguntas aparecieran, se había convertido en una rutina nocturna masoquista.



Había llegado a Katolis.

Con su llegada trajo la noche, pudo distinguir como había luz en la habitación de Ezran, aún debían estar despiertos.

Se acercó silenciosamente y con un sigilo que había mejorado en los últimos años.

Podía escuchar música.

Se escondió bajo el balcón, para estar al oído de todo, pero a la vista de nadie.

De repente oyó que alguien salía al balcón, arrastrando los pies, melancólicos, podía decir. Ella escuchó algo. Un suspiro. Un sollozo.

One-shots [Rayllum S4-S5]Where stories live. Discover now