46. TODO POR AMOR

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Santa Biblia Reina Valera 1960 - Habacuc 1
3 ¿Por qué me haces ver iniquidad, y haces que vea molestia? Destrucción y violencia están delante de mí, y pleito y contienda se levantan.



Siento una fuerte punzada en mi pecho viendo cómo sacan a Deimond de ahí todo golpeado, antes de terminar de salir, este se da vuelta y le dice unas palabras a J1 las cuales no logro a entender.

Las lágrimas corren sin cesar por mis mejillas, me siento de lo peor al saber que todo esto fue por mi culpa, lo más duro fue que siempre creí que el estaba de lado de ellos cuando no era así.

«Que mala he sido».

Me meto por en medio de todos para ir hacía dónde llevan a Deimond, pero una mano me jala por del brazo haciendo que me detenga.

Volteo a mirar en medio de lo aplastada que estoy por todos y me encuentro con Gracia.

—no lo hagas —me dice seria, al ver mi intención —no vayas tras el, déjalo, esos son problemas entre ellos, no tienes porque meterte.

Yo niego con la cabeza.

—lo siento Gracia —le digo. —pero tengo que estar ahí para él.

Sé que a Gracia no le agrada ni tantito la idea de que yo me le acerque a Deimond, pero en estos momentos es inevitable.

—Linda —me dice con tono de advertencia —yo sé porque te lo digo, J1 puede hacerte peor daño del que te ha hecho hasta ahora, incluso se puede encargar el mismo con sus propias mano.

Yo niego con la cabeza y me suelto de su agarre.

«No le tengo miedo».

—no creo que pueda hacerme cosas peores de las que me ha hecho hasta ahora —es lo último que digo antes de salir corriendo en pos de Deimond que ya lo he perdido de vista.

Camino lo más rápido posible en medio de todos los que han ido a la enfermería para verlo.

—¡Todo esto es por tu culpa! —me grita una chica llorando —¡Tu eres la que debía de estar ahí no él!.

Yo en respuesta bajo la cabeza ya que no sé que decir ni hacer.

Ella intenta abalanzarse sobre mi, pero un chico la agarra de la cintura y la controla.

—dejala —le dice bajo —no nos busquemos problemas.

Dejó de prestarles atención al ver que ya estoy libre de peligro y me sigo metiendo en medio de todos hasta finalmente llegar a la puerta de la enfermería.

La puerta se abre y sale J4 y J5 con Deimond en una camilla.

—¡Quitense! —grita J5. —¡Chismosos!.

De inmediato todo mundo sé aparto, excepto yo que seguía ahí mirando al pobre Deimond que ya estaba perdiendo el conocimiento.

—¡Dei! —me acerco a la camilla y lo llamo con la voz quebrada.

—¡Dejalo! —me dice J5 molesto y se lo comienzan a llevar.

Yo corro tras ellos.

—¿A dónde lo llevan? —pregunto.

—al hospital —me responde J4, —las heridas que tiene son muy graves y no se pueden tratar aquí.

La desesperación aumenta dentro de mi y me apuro a correr más rápido.

Llegamos afuera y la limusina de los J5 ya está lista, unos hombres tienen abierta la puerta y se aproximan a ayudar a subir a Deimond.

—yo también quiero ir —le digo angustiada a J5, cuando esté sube a la limusina.

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