Capítulo 5

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¡Holis! Volví con un capítulo nuevo.

Espero lo disfruten mucho y no olviden dejarme sus comentarios.

Pd: la canción que puse es tan ellos


Adrik

Hace dos horas salimos del baño tras llorar un rato juntos y, desde entonces, mi nena está buscando nombres para nuestro hijo.

El ardor tras mis ojos persiste y se intensifica cuando la veo tan entregada en esto pues soy consciente que nada más lo estamos buscando para despedirnos.

De tanto en tanto veo como teclea palabras en Google que le arrojan infinitos resultados, pero es cuando abre una página de funerarias que algo se desconoce dentro de mí porque jamás creí que iba volver a ir a un lugar de esos, menos por un hijo mío.

—Sé que adentro no pondremos su cuerpecito —dice Ness, su labio inferior temblando—, pero deseo que su urna lleve su nombre y el nuestro.

—¿Es lo que deseas?

Vanessa asiente con pesar.

—Podemos... ¿Podemos ponerle nuestros apellidos? —pregunta muy bajito, cierto temor tintando su tono y eso me duele porque no debería sentirlo.

—Vamos a ponérselo, nena —dictamino, en mi cabeza repitiéndose el Santana Cantú en forma de corito—. Nuestro pequeño no será un hijo no reconocido.

Mi novia asiente y apaga su teléfono para venir a mí. Se acurruca contra mis costillas, tal cual una hermosa cachorrita y eso me hace sonreír porque es demasiado tierna. Dejo un beso en su frente que la hace soltar un sonidito de satisfacción que me acelera el pecho ya que he notado que cosas de este estilo significan mucho para ella, más para mí porque me siento más unido a su ser.

—Vandrik Santana Cantú —murmura contra mis costillas, su mano dibujando círculos en mi abdomen—. ¿Qué te parece ese nombre?

—Me parece que deberías explicarme cómo se te ocurrió semejante maravilla, nena —digo esto mirándola, notando como sus ojitos brillan en emoción pues seguro pensó que me burlaría del nombre o algo por el estilo.

Me duele que en este tipo de situación ella busque mi aprobación cuando siempre se ha mostrado ser una mujer decidida e independiente, pero también le agradezco que tenga mucha confianza en mí para hablar sobre esto.

—Son nuestros nombres, Adrik. Ninguno de los que busqué me gustaron así que contraje nuestros nombres y salió Vandrik. Suena a nombre vikingo, ¿no crees?

—De un completo guerrero.

Ella sonríe con amplitud y después me vuelve a abrazar, quedándose dormida en cuestión de poco lo cual deja en claro que no ha podido hacerlo desde que nos dieron la noticia. Me aseguro que esté profunda para luego salir al balcón ya que ocupo aire pues siento que me ahogo con mis emociones, algo que no es bueno.

Lo gélido de París me golpea los brazos y el rostro haciéndome estremecer. Ya ha anochecido por lo que la Torre Eiffel brilla en todo su esplendor. Regreso a la habitación para tomar la cámara de Ness y fotografiar esto ya que de seguro le gustará tenerlo de recuerdo. Justo cuando regreso al balcón, pego un puto respingo al ver a Diego reclinado en el barandal de su habitación. Casualmente rentó una al lado de la de su hermana, por lo que los balcones están contiguos.

La mirada que me avienta no es precisamente amistosa, y por instantes es como si él supiera la mierda que hice en un pasado para que cierta persona no me asesinara junto a mis seres queridos. Dicho pensamiento me estremece y agita el corazón, porque eso que sucedió es un asqueroso secreto que me llevaré a la tumba.

La nena del guitarristaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora