BETA...4

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✦ EN EL AUTO NEGRO DE LUJO...

El aire dentro del auto era tan denso que parecía detener el tiempo. La despedida acababa de caer como una sentencia.

—Pórtate bien... —dijo Jin con un tono grave, cada palabra cargada de autoridad, de una advertencia disfrazada de cariño. Sus ojos se clavaron en los de Jhope como si quisiera grabar su voz en su memoria.

—Adiós, Seokjin... —murmuró Jhope, con un hilo de voz, la mirada caída como si algo dentro de él se estuviera apagando.

Se bajó del lujoso vehículo lento, arrastrado por un peso invisible. Su figura se fue diluyendo entre la gente, como si la multitud se lo tragara por completo.

Jin lo observó hasta que desapareció. Y entonces... su expresión cambió.

—A la empresa. —ordenó sin apartar la vista de la ventana.

—Sí, señor —respondió el chófer.

Una sonrisa ladeada, peligrosa, se formó en los labios de Jin. Sus ojos brillaban con una mezcla de deseo, poder... y un toque de obsesión que helaba.

—Lindo... mi beta...

El chófer respiró hondo.

—Señor... si sus padres descubren esto... podrían molestarse.

Jin soltó una risa seca.

—Que se molesten si quieren. No dependo de ellos.

—¿Y el joven Namjoon?

—Él no significa nada. Nada. —La palabra cayó pesada, con desprecio absoluto.

El chófer tragó saliva.

Jin inclinó ligeramente la cabeza, la sonrisa desapareciendo para dar paso a una mirada oscura.

—Y escucha bien: si cualquiera, incluso los que llevan mi sangre, se atreven a tocar lo que es mío... los destruiré.

La amenaza no sonó exagerada. Sonó real. Sólida. Como un destino trazado.

—S-señor, yo solo—

—Conduce. —dijo Jin con una frialdad mortal—. O no llegarás a mañana.

El motor rugió, rompiendo el silencio. Nadie volvió a hablar.

✦ EN LA UNIVERSIDAD...

Jungkook irrumpió en el edificio con la mandíbula tensa, los pasos rápidos. No necesitaba gritar: su presencia ya imponía miedo.

—¿Dónde está mi beta? —preguntó apenas cruzó la puerta de la oficina del asistente.

—E-en su departamento, señor.

Jungkook sonrió. Esa sonrisa que siempre significaba peligro.

—Perfecto. Vamos.

—P-pero tiene examen a las 16:00... No llegará—

Jungkook lo ignoró.

—La universidad no significa nada para mí. Él sí.
Nadie se le va a acercar.

Sacó su celular. Abrió una aplicación secreta. En la pantalla apareció una transmisión en vivo.

El dormitorio de Yoongi.

Y Yoongi... allí, acostado, abrazando una almohada, respiración temblorosa, como si estuviera sosteniéndose a pedazos.

Los ojos de Jungkook se suavizaron... pero con un matiz inquietante.

EL BETATempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang