Cuelo un mano por su toalla y le meto mano descaradamente. Durante media fracción de segundo veo la sorpresa en su cara y me chifla ser yo esta vez el que le pilla desprevenido. Me empuja suavemente y me quita la toalla que tengo en la otra mano.

- Ahora, no - susurra y se sigue secando el pelo.

- Ahora, sí - le giro con brusquedad, le agarro por la nuca y le beso a la fuerza. - Eres mi marido y te deseo. Ahora - le digo sobre los labios y vuelvo a besarle, pero se resiste y me aparta.

- Qué pasa, ¿las dos Barbies te han dejado con las ganas? - me escupe con desdén. - Pues yo no soy segundo plato de nadie - pasa por mi lado y me empuja con su hombro y vuelve al baño.

Le sigo, porque es lo que haría si él fuese mi marido de verdad. Cuando me ve tras él, en el reflejo del espejo, expira cansado.

- ¿Qué quieres, Jungkook? - me pregunta con hastío.

- Que vuelvas a llamarme Kookie - le digo mimoso acariciando su estómago y antes de besar su hombro.

- Si quieres que te llame así, deja de zorrear con todo lo que se mueve - me exige mirándome directamente a los ojos, sobre el espejo.

- Sólo estaba hablando con ellas - me defiendo.

No me contesta por lo que entiendo que no ha visto el morreo con la rubia y siento cierto alivio. Dejo varios besos en su cuello. Lejos de alejarse, Tae me da pleno acceso. Se agarra con fuerza al lavabo y deja escapar un jodido jadeo.

- Kook... - tiene los ojos cerrados.

Le quito la toalla que lleva en la cintura porque me molesta. Su cuerpo es perfecto. Su pecho, sube y baja con respiraciones rápidas y veo que está medio empalmado. Si de algo estoy seguro, es de que eso, no puede fingirse. Siento mi orgullo crecer en mi interior. Agarro su polla y le masturbo despacio, disfrutando de poder acariciarle tan íntimamente. Sus jadeos son cada vez más agudos. Veo todos esos gestos que está haciendo y no me resisto a rodear su cuello con mi brazo, agarrarle la cara y besarle.

Quiero respirar todos esos suspiros.

Taehyung se deja hacer, pero yo también estoy deseando que se ocupe mi erección. Hace rato que me tiene duro como una puta roca.

- Vamos a la cama, mi amor - le digo en el oído.

Ahí está de nuevo ese nanosegundo en el que me deja ver que le he pillado desprevenido. Me encanta poder leerle así de fácil. Sin decir nada, va hacia la ducha y abre el agua. Deliberadamente pongo un puchero en los labios, porque es lo que haría si en este momento, mi marido no quisiera acostarse conmigo.

- Será mejor que te ayude a ducharte, si no queremos que se nos haga muy tarde para cenar - me dice levantando una ceja.

Se mete en la ducha y me invita a entrar con él. Le estrecho entre mis brazos y le devoro la boca. Se pone de puntillas y enrosca los brazos sobre mis hombros. Puedo sentir su cuerpo sobre él mío y me descubro disfrutando de esta proximidad. Me suelta despacio y me da un besito tierno. De manera sensual se agacha, cuela los pulgares en la goma de mi bañador y me lo quita. Se relame descaradamente mientras clava la mirada en mis genitales. Por un segundo creo que va a chupármela, pero el muy cabrón se incorpora y se gira, regalándome una gloriosa vista de su trasero. Sigo las gotas de agua que se deslizan por su espalda y sin poder evitarlo, le acaricio. Me mira por encima de su hombro y sus ojos me miran con veneración.

- ¡Kookie! - gime mi nombre mientras agarra mi polla y se la restriega por la raja del culo.

Con cuidado, guía mi pene hacia su agujero. Aprieto los dientes, deseoso de que me meta en su interior. Gime con fuerza y cuela mi polla entre sus muslos.

Misión: Alfil Negro (Taekook) 🔞Where stories live. Discover now