Chicos de película

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Había pasado una semana desde el Festival. La primavera ya se había asentado en toda la Isla, haciendo florecer a los cerezos, los cuales adornaban la aldea de un hermoso y romántico rosado.

Las flores de los jardines y parques de toda la aldea también maduraban y se abrían exponiendo sus coloridos pétalos, malas noticias para aquellos pocos en el pueblo con alergia al polen. 

Pero por desgracia, una vez el tono familiar de las festividades de invierno se desvaneció. Junto con la temperatura, el crimen en Sooga también subió.

[...]

Aquella mañana Abyo se levantó temprano (lo más que pudo), se ducho con agua fría y desayuno algo que a los demás les resultaba algo... desagradable.

Un licuado con plátanos, leche vegetal, un poco de la proteína de su papá y... un huevo crudo (o como lo llamaba Garu, "malteada de salmonella").

Tras sus ejercicios matutinos y prácticamente darse una segunda ducha con Axe de chocolate (para desgracia del sentido del olfato de todos los demás) Abyo salió de su casa.

Caminaba hacía la escuela con toda la actitud de superestrella mientras escuchaba Another One Bites The Dust de Queen con sus audífonos.

Pero al llegar a la escuela, su pavoneo tuvo que ser cortado repentinamente.

Había un gran caos en la escuela, había muchos alumnos reunidos frente al boletín de la escuela, y los que se iban retirando se veían muy, pero muy preocupados.

"¿Qué carajos pasó?" Pensó Abyo mientras retiraba sus audífonos.

Rápidamente buscó a su mejor amigo entre la multitud de estudiantes, por suerte encontrándolo rápidamente.

-Garu, ¿Qué diablos pasó? ¡Todos están como locos!- habló el moreno.

Garu solo subió los hombros, su manera de decir "no tengo idea".

Los dos fueron a su aula de clases a dejar sus mochilas para rápidamente dirigirse al auditorio de la escuela, donde al parecer estaba todo mundo.

Por suerte lograron encontrar rápido a Ching, quién parecía haber estado esperándolos.

-Ching, ¿Qué pasó?- preguntó Abyo susurrando.

-Al parecer hubo un robo- respondió la chica también susurrando -...es todo lo que sé-.

Un prefecto los regaño y les ordenó que guardarán silencio, por lo que lo dos callaron y miraron hacía enfrente.

Tras unos segundos de silencios incómodos, el director de su escuela, un hombre mayor gordo y con lentes empezó a hablar.

Resulta que alguien había irrumpidó en uno de los almacenes de la escuela y había robado unas piezas de arte increíblemente caras.

"¿Qué diablos hacía una escultura de 70,000 dólares en una escuela pública coreana?" Pensó Abyo, pero en fin, cosas que pasan en Sooga.

Abyo y Garu compartieron miradas.

-Tobe- dijeron al mismo tiempo.

Con la junta de emergencia acabada, los tres amigos empezaron a caminar de vuelta a su salón de clases.

-¿Van a ir a buscar a Tobe?- preguntó Ching.

-Por supuesto, tenemos que hacer algo al respecto- respondió Abyo a lo que Garu asintió.

-¡Esto no es una película de artes marciales de los 70!- les regaño la chica -Ni ustedes chicos de película-.

[...]

Creciendo En Sooga (Pucca)Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang