Capítulo °XXIV°

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Jenna

Quiero cumplir la promesa silenciosa que le hice a Elizabeth.

Ella deposita en mí muchísima confianza y fe, defraudarla significaría hacerlo conmigo misma.

Comencé a poner manos a la obra cuando salí de su taller, iba manejando rumbo a mi departamento planeando mentalmente ciertas actividades para compartirlas con los hermanos.

Fue muy triste ver a una mujer tan sonriente recordar amargamente la muerte de su esposo y de su hijo, algo que no le deseo ni a mi peor enemigo.
Lo peor es que se enteró de esa tragedia mediante los medios de comunicación, recibiendo la llamada desde el hospital horas después de lo ocurrido.

Ella ya estaba llorando encima de sus hijos para entonces.

La crueldad de algunas personas no conoce los límites ¿Perseguir un automóvil para simplemente obtener una nota periodística? La ignorancia de ese reportero asesinó a dos personas. Puede que sea muy precipitado de mi parte juzgarlo sin conocerlo, pero algo me dice que el mayor de los hermanos se sigue culpando hasta hoy por no haber sido el conductor.

Pienso en si es lo indicado conversar con los dos y mantenerlos al tanto de lo que ya sé. No quiero que se tomen a mal el que su madre me lo haya contado.

Guardar secretos estando en una relación es uno de los mayores errores que una persona puede cometer, en el futuro eso les puede explotar en la cara y arruinar algo tan bonito por no querer enfrentarlo directamente.

Ya me comprometí a dar lo mejor de mí para que mi relación con los Darder sea tan firme como lo es la misma muralla China. La confianza es un pilar fundamental para que el resto de la estructura se mantenga, se sabe que debe ser recíproca por lo que veo como un punto clave abrirme un poco más para ellos.

Sigo conduciendo hasta que debo detenerme en uno de los semáforos. Miro los alrededores para distraerme porque ver el reloj que tiene debajo me impacienta.

De casualidad mi mirada choca con la de alguien que conocí hace no mucho y a quién le dejé los puntos bien marcados en esa misma conversación. Es el hombre que intentó obtener información de mí sobre los Dader, el periodista que tenía colgada del cuello a aquella cámara y que insistía en que aceptara su entrevista.

Recuerdo que Dexter llegó para ayudarme, y la fría actitud con la que trató a ese tipo me hace pensar más a fondo.

¿Es el mismo que causó el accidente donde murieron el padre y hermano de mis Darder? De ser así, esa persona tiene una seria obsesión con la familia.

Vuelvo la vista hacia adelante al notar que la luz cambió a verde.

Mi pasado puede causarles grandes problemas a los Darder, y es que si bien ellos fueron comprensivos con mi antiguo estilo de vida, la gente del mundo social elitista no compartirá el mismo pensamiento. Las repercusiones que tendrían serían tan profundas que perderían a muchos socios.

A la élite de la sociedad le encanta vivir del chisme ajeno, y lo mío se convertiría en el escándalo entre los escándalos si se llega a saber que la nueva novia de los Darder fue una prostituta.

Llego al estacionamiento subterráneo y camino unos pasos hasta el ascensor, aprieto el botón y espero para llegar a mi nuevo piso.

Compartí una casa con mi mejor amiga y mis amados demonios, había demasiados recuerdos salí como para quedarme. Por lo que ahora voy a ir rumbo a mi nuevo hogar, claro que siempre conservando la casa que al final y al cabo Dulce dejó a mi nombre.

Es muy pronto para llamarlo hogar cuando recién estoy yendo a conocerlo.

- Señorita Miller - el amable y vendedor que fue asignado para mí me saluda sonriente - Es un gusto conocerla personalmente.

RojoWhere stories live. Discover now