Capitulo °XIII°

1.5K 228 22
                                    

Jenna

Dexter y Daoiz son fieles admiradores de la privacidad, acabo de enterarme que ambos jefes tienen un ascensor tan privado que su seguridad podría llegar a competir con la del pentágono.

Y el caso de la privacidad va hasta la exageración de que, para poder ver las cámaras de seguridad que vigila el interior del ascensor hay que acceder sí o sí desde los celulares de ambos hermanos, ni siquiera los guardias encargados de la vigilancia del edificio completo tienen el código de acceso.

Tengo la fuerte impresión y presentimiento de que algo ocurrió con su seguridad, aprendieron de ello y no volverían a cometer dos veces el mismo error.

Doy una descripción - de lo que en mi opinión es exageración -, porque me vi arrastrada por ambos hermanos a sus oficinas en vista de que mi jefe partió en un repentino viaje de negocios, y al no necesitarme junto a él, me pidió si le podía hacer el favor de trabajar aquí momentáneamente hasta que regresara.

Obviamente voy a meter mis manos en donde no debo para saber si este nuevo trabajo surgió gracias a la amistad entre los tres, algo que no pongo en duda pero necesito evidencia para poder partirles la cabeza a cada uno.

No voy a permitir que traten de intervenir en mi vida.

Compartir el mismo espacio con los dos fue un tanto incómodo, ambos son extremadamente altos y fortachones por lo que el espacio se vio seriamente reducido, no voy a negar que me sentí un tanto ¿Caliente? Debido al calor corporal que desprendían, y no tiene nada que ver con la pura testosterona que me rodeó esos casi 40 pisos de altura antes de ingresar por primera vez a sus oficinas.

Honestamente era muy parecido a una película porno que vi junto a Dulce, dos hombres y una mujer en un estrecho ascensor que no soportan la atención sexual que los rodea, y deciden saciar sus más bajos instintos apretando el botón de emergencia para no tener que apresurar las cosas.

Esas ideas me convirtieron en una zorra... Fui una prostituta, claro que voy perfecto en la descripción de una zorra, a la mierda el arrepentimiento, para la próxima voy a follarme a esos dos en el ascensor.

En fin, volviendo a mi nuevo trabajo provisorio, Dexter se ofreció a buscarme y encargarse de mi transporte siempre que lo necesite. Grande fue mi sorpresa al ver a Daoiz de conductor.

Se ve apetecible con lentes de sol.

La gente nos miraba extraño, no parecen la clase de jefes que se relacionan con sus empleados. No es que me moleste, incluso me siento aliviada porque ninguno de ellos sabe todavía quién soy algo cómodo si tengo en cuenta que acepté conocerlos.

No esperaba nada menos que una oficina lo suficientemente grande como para que la casa que comparto con mi mejor amiga y mis demonios pueda caber aquí, solo que no en el triple de su tamaño, son hermanos que son admiradores de lo lujoso y elegante.

Es una habitación negra, literalmente donde sea que mire solo hay negro.

- Tal ves puedas convencerlo de cambiar el color de este tétrico lugar - entendí a medias esa sugerencia, en primera porque es extraño que comparta oficina con su hermano cuando odia la decoración, y en segunda parece no tener voz ni voto aquí dentro.

- Es muy bonito, pero algo de color resaltaría más la elegancia - Daoiz asiente sin contestarme - ¿Oíste, pared? - digo dando media vuelta y apuntando a la pared más cercana cuando Daoiz no contesta.

- Si, Jenna, escuché - responde Daoiz sin muchas ganas.

- No puedo creer que te haya seguido el juego, preciosa - me susurra riéndose abiertamente - Eres mi heroína - besa mi mejilla al primer descuido.

RojoWhere stories live. Discover now