El tranmigrador se encuentra con el reencarnador

Capítulo 66: Viejos amigos (1)

Aunque la matriarca se llevaba bien en edad, no había muchos otros miembros de la familia que pudieran hacerse cargo de todo el patrimonio. Por lo tanto, la Matriarca participó en la gestión de cada patio. Todos los días alguien venía a informar de las acciones de los señores de los patios.

Hace varios días, la matriarca había probado los kumquats confitados de Chu Lian. Matriarca Incluso los había elogiado especialmente.

Anteriormente, cada vez que un invitado destacado visitaba la finca Jing'an, definitivamente se le servían algunos de los bocadillos especiales del cocinero Zhou. Sin embargo, estos bocadillos especiales habían fallecido con el cocinero Zhou en el gran fuego de la cocina. Para los invitados que los visitaban ahora, los bocadillos parecían haberse vuelto decepcionantemente comunes.

Su invitada actual era una anciana de la Casa Zheng. Ella era una vieja amiga de cuando la matriarca todavía era una joven soltera. Su amistad había durado décadas: desde su juventud, hasta ahora, cuando ambas eran matriarcas de sus respectivas familias. Era natural que una amistad como la de ellos no pudiera compararse con las relaciones entre otras damas nobles.

La vieja duquesa Zheng tenía curiosidad. Nunca antes había visto a Chu Lian.

Ella usó este hecho para burlarse de la matriarca He. "Oye mi querida hermana, ¿por qué no me dijiste que tu nieta política sabe hacer postres? ¡Ahora que tu pastelero se ha ido, comer bocadillos aquí ya no es tan divertido como solía ser!

Los dos eran viejos amigos, por lo que podían hablar más libremente entre ellos. Por lo tanto, la matriarca He ordenó al sirviente mayor Liu que sirviera los pasteles que Chu Lian había hecho.

Cuando la sirvienta mayor Liu levantó la tapa del contenedor, no pudo evitar dejar escapar un grito de sorpresa.

Matriarca Él la miró un poco triste.

"Matriarca, por favor perdona mi grosería. Estos postres simplemente se veían demasiado hermosos y perdí la compostura".

"¿Oh? ¿Qué tipo de postre podría hacer que Xiangyun pierda la compostura? Rápido, sácalo y muéstramelo", instó la vieja duquesa Zheng.

Xiangyun era el nombre de la sirvienta mayor Liu cuando era una joven sirvienta.

Cuando el sirviente mayor Liu terminó de colocar los postres en una pequeña mesa auxiliar, incluso las dos matriarcas que habían visto muchos postres en su tiempo tenían los ojos muy abiertos.

El postre helado raspado no sólo era fragante, sino también visualmente agradable. Servidas en un cuenco de porcelana, los distintos colores de las frutas contrastaban bien tanto con el blanco del plato como con el de la leche. Algunas orquídeas rojas estaban dispuestas a un lado del cuenco, lo que lo hacía parecer más una obra de arte que un regalo del mediodía. Casi no podían soportar comerlo.

Por otro lado, había una gota de agua clara y redonda que parecía extremadamente interesante. Se sirvió en un cuenco largo y poco profundo de color verde oscuro. Había una sola hoja de loto debajo de la gota, y junto a ella había jarabe marrón y polvo de soja. Parecía una gran gota de rocío de la mañana mientras descansaba sobre la hoja de loto. Nunca antes habían visto algo parecido.

Mientras las dos señoras admiraban los postres, el sirviente mayor Liu habló.

"La matriarca, la tercera joven señora dijo que habría sido un desperdicio si no hubiera hecho algunos postres con el hielo que enviaste hoy. Por eso, a cambio, envió este postre helado y mochi de gota de lluvia. Sin embargo, estos dos postres están fríos, así que no los comas demasiado ya que es posible que tus cuerpos no puedan soportarlos".

La vieja duquesa Zheng levantó la vista con curiosidad. "¿Enviaste hielo?"

La matriarca He tomó la iniciativa de explicar cómo He Changdi se había apresurado hacia la frontera norte. Ese niño claramente había arreglado todo desde el principio, pero solo había dejado una carta para explicar adónde había ido. Ella había enviado a Dalang a buscarlo, pero no había habido ninguna noticia después de que había pasado la mayor parte del día. Era obvio que He Changdi ya había decidido este plan suyo y había hecho sus preparativos de antemano; Qué lástima para su nieta política recién casada.

La vieja duquesa Zheng frunció el ceño. "Hermana, tienes que arreglar las cosas con cuidado y asegurarte de que los sirvientes de tu propiedad mantengan la boca cerrada. ¡De lo contrario, el buen nombre de su nieta política podría verse empañado!

"Por supuesto que lo sé. ¡Ese nieto mío causó demasiados problemas esta vez!