De miedo

Cap.4. Respuestas inconclusas

La biblioteca estaba a tres cuadras del lugar donde me dejo el auto, era majestuosa, grande, llena de misterio.

Un edificio de tres pisos de color gris claro, invadido por escaleras de madera en forma de caracol que conectaban con varias habitaciones, cada una de ella tenía una sección de lectura: literatura española, inglesa, economía, religión, esoterismo, psicología.

Me detuve en la parte de esoterismo y religión y sin saber, comencé a buscar un libro, algo que me ayudara a saber el por qué de aquella carta que leí en mi habitación.

Mientras leía algunos de los libros que se encontraban sueltos en una mesa junto a la pared izquierda, veía también , las portadas de algunos que sacaba de los estantes y sin mucho afán, ojeaba algunas de las páginas de los mismos.

Muchos decían cosas extrañas sobre demonios o como invocarlos, algunos tenían el significado de los sueños, otros simplemente tenían palabras extrañas y rezos; fue entonces cuando recordé, el símbolo que tenía la carta y comencé a buscar como loca algún libro de simbología.

Por fin lo encontré algo, Simbología esotérica, Tomo I, escrito por Charles Loode.

• Página 76.

£: [tr/intr] símbolo de la dinastía Reed, familia milenaria en artes esotéricas, su principal descendiente fue Richard Reed Milory.

La verdad quede igual de confundida, pero ya estando aquí, lo único que necesitaba era encontrar a ese tal Reed Milory, aunque la verdad no era tan complicado encontrarlo, la biblioteca estaba organizada por letra, ahora solo buscar el libro.

O, P, Q, R

- Ralf, Reec, Reed, ahora el Milory; si si, lo encontré: Ralf Milory biografía escrito por Hulf Ruisouus.

• Página 140.

Milory además de tener gran poder en cuestiones esotéricas, tuvo una gran familia, sin embargo, su poder no le sirvió de nada al querer proteger a su familia de los demonios que se encargó de expulsar de inframun...

La página siguiente no estaba, se notaba que la habían arrancado y de igual forma no tenía más tiempo para seguir mirando. Mi hermana no paraba de llamarme, el celular vibraba y vibraba desesperadamente.

Mire mi teléfono y me di cuenta que habían pasado cuatro horas, tenía que correr a mi casa, si mis padres se daban cuenta que no había estado en el colegio, me metería en un problema más, otro además de los que ya tenía.

En definitiva mi decisión de irme en taxi, la descartaría totalmente, debía tomar un bus o el metro, pero serían cuarenta minutos de trayecto. Debería darme tiempo así que llame a mi hermana para que me ayudara a distraer a mis papas.

-Lis... Necesito que me des tiempo con mis papas, di que estoy afuera, en la casa de alguien, no se, inventa cualquier cosa, yo llego en una hora, dame tiempo.

Necesitaba correr lo más rápido para tomar el metro, de ahí solo quedaría caminar cuatro cuadras para estar en mi casa, no era tan complicado.

Al llegar al metro, me di cuenta que había una silla vacía y me senté sin mucho afán.

Comencé a sentir tanto cansancio y mis ojos se sentían pesados, comenzó a dolerme la cabeza, y simplemente gire para ver la ventana e intentar abrirla, pero en el vidrio comencé a ver la forma de un hombre que me llamaba, sin embargo, no se le veía el rostro.

Gire rápidamente para mirar a la puerta, pero no había nadie cerca, volví a mirar de reojo la ventana y ahí estaba, el hombre parado, moviendo su mano, insistiendo en que fuera hacia el. Palidecí nuevamente, luego de eso no recuerdo nada.