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Nine;
"Sentimientos escondidos"

    𝓜is ojos ardían, quería llorar, pero algo me mantenía pegada al suelo. Sentí como si el mundo se hubiera vuelto borroso a mi alrededor, como si estuviera viendo una película distorsionada en cámara lenta.

¿Cómo puede estar pasando esto?

Caminé por los pasillos mientras las lágrimas resbalaban de mis ojos, esquivando a grupos de personas que parecían estar disfrutando de la fiesta mucho más de lo que yo podía. Finalmente, encontré una puerta entreabierta que daba al pequeño estudio de mamá.

Entré en la habitación y cerré la puerta detrás de mí. Suspiré aliviada al sentir el silencio relativo en comparación con el bullicio afuera.
La habitación estaba ligeramente iluminada por una lámpara de escritorio. Me senté en una silla acolchada y cerré los ojos por un momento, tratando de calmarme.

¿Cómo podía ser que me sintiera tan afectada por algo que ni siquiera debería importarme? Después de todo, yo no tenía ningún derecho sobre Hanbin, él no era mío.

"¿Entonces por qué duele tanto?", me pregunté mientras me limpiaba las lágrimas con el dorso de la mano.

La respuesta era obvia: porque había estado manteniendo mis sentimientos ocultos y nunca había tenido el valor de admitir lo que realmente sentía.

Abrí los ojos y miré a mi alrededor.
El estudio estaba lleno de recuerdos familiares, fotografías enmarcadas en la pared, incluso había una en la que se mostraba a Jia, Hanbin, Daehyul y yo de pequeños.
Me pregunté cómo podía sentirme tan perdida en un lugar que debería ser familiar.

"Debería haberme quedado en mi habitación", pensé, sintiendo el peso de la ironía en mis pensamientos. No importaba cuánto tratara de escapar, la realidad siempre terminaba encontrándome.
Y en este caso, la realidad era que mis sentimientos nunca serían correspondidos.

Justo cuando pensé que estaría sola en el estudio, la puerta se abrió de nuevo y la figura de Daehyul entró en la habitación.
Mi corazón dio un salto involuntario, pero me obligué a mantener la compostura.

—Hana, ¿estás bien? —preguntó suavemente, su voz cargada de preocupación genuina.

Lo miré, tratando de ocultar las lágrimas que amenazaban con volver a brotar.

—Sí, estoy bien —respondí, forzando una sonrisa que sabía que no era creíble.

Daehyul se acercó y se sentó en una silla cercana con su mirada intensa sobre mí. Sentí como si pudiera ver a través de mí, como si supiera más de lo que yo estaba dispuesta a admitir.

—Hana, sabes que puedes hablarme, ¿verdad? —dijo con suavidad, tratando de romper la barrera que había construido a mi alrededor.

—No tienes que fingir que te importa.

Mis palabras fueron mas bruscas de lo que pensaba, haciendo que me arrepintiera un poco.
Al fin y al cabo, el no tenía la culpa de nada. De echo, nadie aquí era el culpable. Sólo yo.

—Puedo ser un imbécil la mayoría del tiempo, pero también soy capaz de escuchar.

Sentí un nudo en la garganta. ¿Cómo podía ser tan comprensivo en un momento en el que ni yo misma podía entenderme?

𝗗𝘂𝗹𝗰𝗲𝘀 𝗱𝗶𝗲𝗰𝗶𝘀𝗶𝗲𝘁𝗲 ✿ Sung hanbin.Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum