La nueva integrante

Las campanas sonarán

Las luces de una gran mansión se apagaban y se encendían, adentro yacían cuerpos sin vida y en el medio el cuerpo principal, sin embargo, no había rastro de color escarlata. El silencio era espeluznante y solo fue interrumpido por las campanas y una suave y joven voz.

Campanas, campanas sonarán
celebrando la muerte de alguién,
Tal vez seas tu....
Me pregunto si sonaran cuando sea mi turno.
Ese triste y hermoso sonido sonará celebrando a la muerte.
Tal vez sea rápido, nadie lo sabrá, solo tu y yo.
Las campanas celebran con flores carmesí,
celebrando el ataúd de alguien,
Tal vez seas tu el que descansa ahí o tal vez sea yo....
Nadie lo sabrá, ¿Cuando me tocará a mi?
Eso nadie lo sabrá....
¿Cuando será nuestro turno?
Eso nadie lo sabrá...
Las campanas suenan celebrando....
¿Quién será el próximo?
Tal vez seas tú, tal vez sea yo....
Nadie lo sabrá....
Alguién descansará en aquel triste cajón...
¿De quién se tratará?
Eso jamás se sabrá....
Cuando sea mi turno de actuar....
Si hay algo que de ti no sé.... Lo descubriré y tu turno llegara....
Tu turno ya será.... Cuando el dinero llegue a mis manos.... tu turno ya será....

La joven seguía cantando en los más tristes escenarios dentro de la triste y silenciosa mansión mientras aseguraba que el dinero en su cuenta ya estaba listo. En el gran patio lleno de rosas, esperando la llegada de la aeronave, su voz seguía sonando.
Una vez que llegó la aeronave, la joven niña se retiró de aquella triste mansión. Sus grandes y oscuros ojos miran a través de la gran ventana, nadie nunca podría descubrir lo que ella piensa, es un total misterio. Al llegar a la gran mansión Zoldyck, su hermano la espera, los detalles morados de su kimono destacan entre la oscuridad y los detalles blancos del vestido de la menor brillan como estrellas mientras ambos caminan de la mano. En el gran jardín de la mansión no hay ruidos, ni siquiera los pasos de los dos menores suenan debido a un arduo entrenamiento. Ambos niños llegan a la mesa para tomar el té con su querida madre. La madre acaricia los cabellos de sus dos hijos mientras suelta lágrimas, lágrimas de orgullo al ver el crecimiento de sus pequeños mientras las campanas sonaban.