Escrito II

11 3 1
                                    

Deje que el dolor me consumiera, haciendo mi vida un remolino de emociones que me carcomían cada día y no me sentía nada bien conmigo, que deje que mi esencia se fuera de mí.

Muchas veces me lastimé, y deje que ese dolor entrara tanto en mí, que ya no era yo, era una completa extraña en mi propio cuerpo, haciendo que cada noche me ahogara en lágrimas saladas.

Lágrimas que no pude detener, por lo tanto, al día siguiente tenía que hacer lo posible para que no se notara mis ojos hinchados y dolorosos de aquella noche en vela sintiéndome mal.

Tuve momentos donde solo quería desaparecer de la tierra, a un lugar donde nadie me conociera, darme un respiro de esta vida que me consumía cada día, pero nunca pude, así que tuve que aguantarme tanto dolor, tanto sufrimiento, haciendo que perdiera cada vez más el brillo en mis ojos. _ _

Ya no me sentía yo, no sentía esa aura que había en mí, así que se apagó base a los años, año tras año, donde trataba de convencerme de que estaba bien, cuando en realidad no.

Así que solo deje que los días, semanas, meses y años pasaran, hasta que llegue el día de colapso.

Aquel día donde solo me derrumbé, eran tantas emociones en mi cabeza, tantos sentimientos en mi interior que solo me hacían ahogarme en esa esquina de mi cuarto, solo quería que se detuviera todo, pero sabía muy dentro de mí que no iba a poder cortarme, para que la sangre y el dolor se vayan en esas heridas.

Así que solo me torture más, viendo frases, videos e incluso leyendo libros, tan solo ignoraba las cosas, y así me mantuve por mucho tiempo.

¿Hasta cuando dejaré de sentirme así?

La niña rotaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora