° Treinta y seis °

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Aidan

Gran parte de mi atención durante la película estuvo más centrada en la chica en el asiento de acompañante a mi lado que en la gran pantalla frente a mí.

Hazel en cambio, no podía apartar sus ojos de la película, concentrada mientras come de su regaliz y palomitas. No importa cuántas veces vea esa cinta, para ella siempre será como la primera vez.

Aprovechando su plena atención en la película, duré un buen rato solo viendo atontado su perfil. La manera en como sus ojos se arrugan cuando sonríe, la línea curva de su nariz, lo rellenos que se ven sus labios, las pestañas largas...

Toda ella era una preciosura total.

No importaba si su risa era como el gruñido de un cerdo cuando se reían a carcajadas, o que podría darte una respuesta más sarcástica de la que tú le diste en un inicio, Hazel era una persona totalmente increíble, con un talento nato para lo que le gusta hacer y una fuerza que usa en casos necesarios de darte un guantazo.

Eso último lo descubrí ayer.

Y si bien yo había metido la pata hasta muy al fondo, de verdad que queria hacer las cosas mejor a partir de ahora. No solo debía de aprender a abrirme más a mis problemas, también debía de correr ciertos riesgos que si es la persona correcta, deben de valer la pena.

Creo que en esta historia hemos hablado mucho de la persona correcta, y quería creer que ella era la mía y al caso, yo quería ser la suya, por muy idiota que sea normalmente.

En cuanto terminó Siente El Ritmo, salimos del auto cinéma para ir a un McDonald's, (maldito seas, Andy Guillén) luego de tener la comida del rubio en manos, decidí llevar a Hazel a otro lado.

—¿A dónde vamos? —pregunta ella, comiendo de las palomitas que a mí habían sobrado y ella me había robado.

—A un lugar, ya verás.

La miré un segundo, me ve con los ojos entrecerrados en desconfianza a la vez que se comía lentamente una palomita.

—Vale... —musita sin dejar de mirarme así, yo solo me reí.

Manejando por las calles aún transitadas del Downtown City con una canción de One Direction de fondo que Hazel canta en murmuros, giré hacia la izquierda yendo hacia Railway Street, que era la ruta para ir hacia el mirador.

Es un lugar poco concurrido por las personas, se trata de un punto alto donde hay una plataforma que tiene una gran vista a esta parte de la ciudad, desde los grandes edificios del Downtown City, las calles residenciales hasta las vigas del puente Meadow, también se llega a ver un poco el cauce del Outtown River, un nombre irónico para ese río en específico, si me lo preguntan.

Estando en el sitio, aparqué el auto en el estacionamiento y ambos bajamos para ir hacia la plataforma. Yo emocionado porque me gusta venir aquí, Hazel confundida por no saber qué íbamos a hacer en este lugar.

—¿El mirador? —nota ella—. ¿Por qué estamos aquí? —pregunta, viéndome.

En la plataforma nos apoyamos con los brazos de la baranda de seguridad, desde aquí podía ver el vacío de abajo y que sería una muerte súbita caer desde este punto, por lo que me alejé un poco. A unos pasos de nosotros, estaba un gran telescopio acromático.

—¿Te gustan las estrellas? —respondo en cambio.

—Eh... ¿Si? No lo sé, no solía prestar atención en astronomía.

—Número uno: auch, eso me ofendió. Numero dos: ven, mira esto —le dije, llevándola conmigo hacia el telescopio, lo ajusté hacia el norte.

Hazel se agacha un poco para mirar por la lente, luego preguntó algo que de verdad me ofendió:

Solo Me Importas Tú [Loved #2] ✅Where stories live. Discover now