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Arlequines, aquellos bribones con disfraces coloridos cuyo rol en las producciones teatrales y entretenimiento en la corte era mantener en pie a las audiencias, los arlequines se les enseñaba a ser simplones sin ninguna ambición, su rol es ser des...

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Arlequines, aquellos bribones con disfraces coloridos cuyo rol en las producciones teatrales y entretenimiento en la corte era mantener en pie a las audiencias, los arlequines se les enseñaba a ser simplones sin ninguna ambición, su rol es ser despistados ayudantes, les gusta jugar, entretener a los demás, mayormente en eventos; usando aquellos trajes peculiares coloridos, claro dependiendo del traje de preferencia de a quienes sirvan, porque aquellos conocidos como arlequines/bufones serán siempre sirvientes, jamás maestros o superiores de alguien, incluso ellos estaban por debajo de la servidumbre. Pero en estos momentos el arlequín del palacio imperial de Bonten, era uno de los más queridos dentro de ese enorme lugar, tal vez porque era gracioso el verlo, como hacia bromas o los malabares con la fruta. 

Todos estaban disfrutando de ver a ese chicho de dieciséis años jugar y entretener con piruetas he malabares al emperador, el chico rubio de curioso de traje con colores verdes claros o blancos, era el favorito de todo el palacio del emperador, porque según el hombre era lo más chistosito a que visto en toda su vida, contratar a ese niño como el bufón de la corte fue lo mejor que le pudo haber pasado, nunca se había entretenido con alguien de tal manera, aunque nunca lo ha visto sin ese maquillaje de payaso, unos toques de forma peculiar de color violeta y un pequeño punto en la nariz de color rojo simulando una nariz roja. 

Sano Manjiro, el emperador que era conocido por ser un hombre serio y frio, que no se fijaba en ninguna persona de manera romántica, era el gran emperador soltero, que ni siquiera se fijaba en una concubina, le han llegado propuestas de matrimonio de varias chicas de la nobleza, incluso le había llegado la propuesta de matrimonio de un reino vecino para unirse en matrimonio, cuya propuesta fue rechazada, no le importaban las palabras de los nobles de lengua suelta que decían cada tipo de rumores de su majestad el emperador. 

El arlequin de su majestad el emperadorWhere stories live. Discover now