Cinco: Volver a nuestro agosto

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—Llevan casi cinco meses viviendo juntos y comportándose como alfa y omega enlazados..., ¿cuándo hablarán de lo que pasó en Chicago?—le preguntó Niall, sentado en un sillón de la oficina de Louis mientras éste caminaba de un extremo a otro.

—Sí lo hemos hecho—defendió.

—No me refiero a las menciones de que tuvieron algo, sino a que alguno de los dos haya dicho "vamos a solucionar la mierda por la que terminamos y decidamos de una maldita vez en qué posición estamos ahora".

Louis exhaló ruidosamente, intercalándolo con un gruñido de frustración.

—Sí, aunque me gruñas, alguien tiene que decírtelo—puntualizó Niall—. ¿Le han puesto nombre a lo que sea que está pasando aquí?

—...No. No realmente.

—¡A eso me refiero, no tienen una remota idea de a dónde van con todo esto! ¡Están cometiendo el mismo error por segunda vez!

—¿Y qué quieres que haga?—Louis se pasó una mano por el cabello, exasperado—. ¿Quieres que le recuerde por qué me odió durante años?

—El pasado no dejará de existir aunque intentes huir de él, Louis—explicó, observándolo a los ojos con absoluta paciencia—. ¿Siquiera le has dicho a Harry quién es la madre de tu hija?

—No—refutó de inmediato, casi aterrado ante la posibilidad—. Lo he intentado, pero no sé cómo.

—Joder, Tommo...—recargó sus codos sobre sus propias rodillas y se frotó el rostro—. ¿Qué harás cuando Madison quiera ver a Lexi?

—A estas alturas, dudo mucho que eso pase.

—¿Pretendes que Harry se quede contigo a costa de un secreto? 

—No...—reconoció, después de un instante en silencio—, pero tampoco quiero perderlo. No puedo, Niall.

El otro alfa suspiró y prensó los labios, palmeando el espacio a su lado sobre el sillón. Louis tomó asiento, dejándose caer con evidente agotamiento.

—La idiotez es porque estás enamorado, ¿cierto?

—Muchísimo, como nunca lo he estado. Él hace que amarlo sea jodidamente fácil—Louis esbozó una pequeña sonrisa—. Su cabello, sus ojos, su sonrisa, su voz, todo en él es...es tan...—soltó una estúpida risa efímera para mofarse de su propia falta de palabras—. Harry es lo que ni siquiera un sueño perfecto podría crear. 

—¿Te tragaste un libro de Shakespeare?—se burló, alzando las cejas—. ¡¿Qué le hizo ese omega a mi Louis?!

Louis rodó los ojos y golpeó el brazo de Niall, haciéndolo carcajear.

..დ..

Harry estaba sentado junto a Lexi sobre la alfombra de la sala de televisión, con tazas de juguete y una tetera de plástico entre ambos, cada uno tenía un peluche en sus manos; Lexi sujetaba el conejo rosado y Harry el oso marrón que vestía un tutú y una tiara en la cabeza, éste último interpretaba una voz cómica para el animal de felpa, le daba una caracterización que hacía reír a Lexi, cuyos ojitos destellaban por absoluta alegría. Louis había entrado en silencio y, desde prudente distancia, los contemplaba jugar, esbozando una sonrisa enternecida que surgía de la inmensurable dicha en los latidos de su corazón. Podría mirarlos durante horas y no percibiría el tiempo pasar.

Se acercó a ellos y el sonido de sus pasos instó a que Harry levantara la vista, iluminándola inconscientemente al coincidir con la de Louis.

—¡Llegó papá, mi amor!—exclamó el omega en dirección a Lexi, quien de inmediato se puso de pie y corrió hacia Louis, quien la cargó en brazos.

Back To August (Omegaverse)Where stories live. Discover now