Dos: Es diferente porque se trata de ti

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Louis pasó las siguientes horas con su corazón presionado en sí mismo, atestiguando desde la distancia la familiaridad con la que Lexi y Harry se desenvolvían el uno con el otro; el omega de suave y magnético aroma a rosas y chocolate coordinaba juegos entre los niños, cantaba para ellos, los reunía en un círculo, sentados en el suelo, y ahí les relataba historias que los hacían reír, sin que pareciera estar siguiendo un guion o sobreactuando, simplemente gozaba de un exquisito carisma tan natural..., tan propio de sí.

Y Lexi reía a carcajadas, realmente lo hacía, decía un par de palabras esporádicas, incluso diminutas frases. Louis no podía culparla, él mejor que nadie sabía que ese era el "efecto Harry": un impulso que te arrastraba a la euforia y mejor de las locuras en sólo un instante, con sólo una sonrisa que se acompañaba de hoyuelos y unos expresivos ojos esmeralda..., una sonrisa esbozada en los tersos labios que alguna vez besó hasta dejar enrojecidos, que alguna vez se deslizaron sobre su pecho y hombros mientras él sucumbía al letargo, esos de los que extrajo gemidos y preciosas palabras que quedaron varadas en el pasado.

Desde la mesa principal que compartía con su familia, Louis llamaba en silencio la mirada de Harry, y éste se la negaba rotundamente.

—¡Hora de partir el pastel!—anunció Daphne, levantándose de su sitio, con una copa en la mano que golpeaba suavemente con una cuchara de metal, emitiendo un gentil tintineo.

Acompañado de los infantes, y con la cumpleañera cargada en brazos, Harry se acercó a la mesa. Casi por reflejo, Louis se levantó también.

—Si quieres, puedes...—extendió los brazos para recibir a Lexi.

—Sí, uhm...—Harry carraspeó, evadiendo el contacto visual. Intentó entregarle a la niña, no obstante, ella se aferró a él, abrazándose a su cuello y afianzando en el enrosque de sus piernas alrededor del torso del rizado, cual bebé koala, al mismo tiempo que negaba con firmeza y ocultaba el rostro en su hombro—. Corazón, es momento de que partas tu pastel, debes ir con tu papá.

—Ven aquí, Lexi, ven con papá—dijo Louis, sujetando a su hija por la espalda, tratando de apartarla de Harry, a lo que Lexi reaccionó sujetándose con más fuerza y gimoteando, como si estuviera a punto de echarse a llorar—. Vamos, amor, no hagas esto ahora.

—¿Qué pasa?—les interrogó Daphne, consternada.

—Lexi no quiere soltar a Harr-al príncipe—se apresuró a corregirse, haciendo otro intento por separarla, y retirando las manos al escuchar el principio de un sollozo.

—¿Ah, es eso? ¡Cariño, te preocupas por todo, Dios!—rio la mujer, tomando a su hijo del brazo y halándolo para hacerlo volver a sentarse. Por consiguiente, regresó hacia Harry e hizo lo mismo, guiándolo al asiento aledaño al del alfa.

—Señora, no creo que...—tartamudeó Harry, riendo con súbito nerviosismo.

—Nada de "señora", acordamos que me tutearías, ¿o no?

—Sí, pero-

—¡Nada, nada, sin pena, siéntate!—motivó, terminando de conducirlo a la silla en la que el ojiverde no tuvo más remedio que obedecer, con una sonrisa incómoda que logró disimular.

Lexi detuvo el inicio de su llanto de inmediato y se acomodó sobre el regazo de Harry, girando hacia el frente mientras se secaba las mejillas con sus manitas y se dibujaba una entusiasta sonrisa en sus labios. Miró a su padre y ensanchó su gesto de alegría.

Pequeña traidora.

—¡Ow, se ven divinos! ¡Necesito fotografiar esto!—comentó Daphne, colocándose frente a la mesa, con su celular en mano.

Back To August (Omegaverse)Место, где живут истории. Откройте их для себя