Pequeño lobo arrepentido.

47. La llegada de los zombis.

Qin Chi y Zhang Zhi no se fueron. Sacaron sus propias armas y dispararon junto con el personal armado contra los zombies.

Si no los detenían aquí, incluso si se dirigían a un nuevo lugar de refugio, también sería invadido nuevamente. Ambos estaban armados, en buen estado físico y dispuestos a ayudar a los defensores de Luo City a proteger el lugar.

En medio de la lluvia de balas y el estruendo de las armas, Qin Chi disparaba y gritaba: "Zhi Ge, la situación es demasiado peligrosa, debemos retirarnos, ¡no te quedes luchando!"

Zhang Zhi disparó varias veces seguidas y voló la cabeza de un zombie que se le acercaba con las tripas colgando. La fuerza del retroceso le hizo entumecer la mano.

"Lo sé, ¡tú también ten cuidado!"

Quedaban alrededor de una docena de personal armado junto con Qin Chi y Zhang Zhi, utilizando armas pesadas para disparar contra los zombies.

Cascos de bala y extremidades de zombies volaban por el aire cerca del centro de refugio. Qin Chi y Zhang Zhi no se atrevieron a llamar demasiado la atención. Aunque tenían una ametralladora Gatling en su espacio de almacenamiento, solo se atrevieron a usar rifles de asalto.

Los zombies morían con un disparo en la cabeza, pero eran demasiados y no había forma de eliminarlos en poco tiempo con solo una docena de humanos.

Al ver que los zombies estaban a punto de romper la barrera de protección, un miembro del personal armado lanzó una granada, haciendo que los zombies de las primeras filas, con las garras y los dientes alzados, volaran por los aires.

Los zombies en la parte trasera apenas se vieron afectados. Pasaron por encima de los cuerpos de sus compañeros y continuaron avanzando hacia el centro de del lugar.

Uno de los miembros armados golpeó el casco del hombre que lanzó la granada con la culata de su rifle y maldijo: "Mierda, ¿tiraste nuestro último as bajo la manga? ¿No sabes que esta granada podría ser nuestra forma de liberarnos?".

"Lo siento, capitán, estaba demasiado asustado..." respondió el hombre con miedo.

Qin Chi y Zhang Zhi se miraron el uno al otro sin palabras. Si hubieran sabido que estos hombres eran tan poco confiables, habrían escapado de inmediato.

Zhang Zhi tocó la caja de almacenamiento en su cuello y miró a Qin Chi, quien negó con la cabeza.

No querían revelar en público el hecho de que tenían una gran cantidad de armas, al menos no por ahora.

Los zombis, con sus entrañas expuestas pero aún ansiosos por la carne humana, escalaban las vallas con púas y se tambaleaban hacia ellos. Pronto, los miembros armados sacaron dos nuevas ametralladoras Gatling. Con los cañones girando rápidamente, las balas salían disparadas como meteoritos, un disparo continuo e ininterrumpido que rápidamente dejó a los zombis sin capacidad para moverse, convirtiéndolos en un mar de cadáveres.

Qin Chi disparó y voló la cabeza del último zombi, mientras que otro miembro armado arrojó una bomba incendiaria, encendiendo el mar de cadáveres en llamas en un instante. Finalmente, lograron controlar la situación antes de que los zombis se acercaran al punto de refugio.

El olor a sangre y la quemazón de los cuerpos eran abrumadores, varios de ellos vomitaron al instante.

Después de que la crisis se calmara temporalmente, el grupo se escondió detrás de una pared rota y descansó un poco.

Un hombre de entre los miembros armados se acercó y se quitó el casco, revelando un cabello teñido de colores brillantes.

"Oye, ustedes dos, ¿de dónde sacaron esas armas?", preguntó el hombre.