#Capitulo 5: Amor

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—No tengo problemas en ayudar —estiré mi brazo para acariciar el lomo de su caballo—¿Cómo se llama? —la volví a mirar.

—Amor.

—Es un lindo nombre —asentí.

—Me lo regaló mi Padre para mi cumpleaños hace tres años.

—Lindo regalo....

—No me parecia un buen regalo en ese entonces —se encogió de hombros— pero ahora siento que fue el mejor regalo.

—Después de su primera clase no querrá ir a ninguna parte sin su Caballo. ¿Está lista para su primera clase?

—Eso creo.

Bajo la atenta mirada de Camila comencé alistar a su Yegua. Le puse la montura y me aseguré de atar todo muy bien y una vez que tuve todo listo tomé las riendas para sacarla de su corral. Rafael me había dicho que Amor era muy obediente pero quería comprobarlo antes de que Camila se subiera, no iba a arriesgarme a que sufriera un accidente. En un ágil movimiento me subí al caballo y tal como esperaba no hubo reacción alguna.

—¿Me enseñará a subirme así? —preguntó asombrada por mi maniobra.

—Todo a su tiempo Señorita —le sonreí acomodando mi vestido.

Dejé que Amor cabalgara un poco para que se acostumbrara a mí, ya que Rafael me había contado que hace mucho tiempo nadie la montaba. Podía sentir la mirada de Camila en cada movimiento que hacía y eso, debía admitir, me ponía un poco nerviosa.

—¿Lista? —le sonreí deteniendo el caballo frente a ella.

—Sí —respondió con seguridad. Me bajé de la Yegua para poder ayudarla a subir pero me detuvo—. Tengo miedo —confesó haciendome sonreír por lo tierna que se veía.

—No pasará nada —prometí—. Esta es su primera clase, así que lo haremos juntas.

En su mirada aún reflejaba un poco de nerviosismo pero de todas formas se acercó a su caballo. Sin decirle nada la tomé por la cintura y la levanté hasta dejarla sentada en su caballo. Todo eso estuvo acompañado de un pequeño grito de sorpresa y miedo de su parte.

—Me voy a caer —se aferró a mis brazos, los cuales seguían en su cintura.

—No se caerá —respondí entre risas—. Ahora debo subir yo.

Con un poco de desconfianza soltó mis brazos para permitirme subir junto a ella. Abbie estaba sentada con sus dos piernas a un costado mientras que yo estaba sentada de la forma tradicional—¿Algún lugar al que quiera ir? —pregunté rodeando su cuerpo para tomar las riendas del caballo.

—Sí —asintió con la mirada hacia el frente, dejando así su cabello cerca de mi rostro permitiéndome poder respirar su rico olor—. Yo le indico—tomó las riendas dejando nuestras manos rozando.

Mi estómago bailó de felicidad.

Estábamos cabalgando en silencio por un tiempo mientras apreciábamos el lindo paisaje de sus tierra cuando de repente Camila rompió el silencio entre ambas.

—¿Quién le enseñó a cabalgar, Lauren? —preguntó sin mirarme.

—Los trabajadores de mi Padre.

—¿Se lleva bien con ellos? —volteó a mirarme dejando nuestros rostros más cerca de lo que alguna vez habíamos estado pero eso no pareció incomodarla.

—Sí —asentí tragando saliva por su cercanía tan repentina—Me llevo muy bien con ellos...son mi segunda Familia.

—¿Sus Padres no se lo prohibieron? —frunció levemente el ceño antes de volver a voltear su mirada hacia el frente.

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