28. Slytherin... ¿Escarlata y dorado?

Start from the beginning
                                    

-Mis unicornios son lo mejor de este mundo, ¿VALE?-Digo subiendo con la cabeza bien alta por las escaleras de las habitaciones de las chicas. Entonces tropiezo con el último escalón, creando un ruido algo fuerte en toda la torre. Creo que hasta el calamar se a enterado de que me he caído.

-Lady Potter, te has caído, ¿verdad?-Dice George riendo.

-¡NO, QUE SE TE OCURRE! Me he lanzado desesperadamente al suelo porque lo amo y quería darle un beso largo y cariñoso, ya de paso, dejando mis dientes en la piedra.-Digo sarcástica. Oigo una carcajada y miro hacia arriba, donde está Alicia con los brazos tendidos para ayudarme a levantarme. Sonrío y acepto su ayuda.- ¡¿VES?! ¡ESTOS SON BUENOS AMIGOS QUE NO TE DEJAN LITERALMENTE TIRADOS EN LAS ESCALERAS!

-Estoy al borde de hacerlo si sigues gritando, medio rubia.-Dice Alicia sonriendo. Yo le miro con falsa ofensa.

-Eso es cruel.-Ella hace un ademan de soltarme, así que entro directamente a la habitación antes de darme otro golpe mata neuronas. Me visto rápidamente y después cierro el baúl con las últimas cosas que me faltaban por meter ahí. Tomo una bocanada de aire y después bajo la escaleras, rememorando un poco el 1 de septiembre, cuando llegué aquí. Sonrío inconscientemente, porque mi yo pasado no tendría ni idea de que su vida fuese a dar un giro tan grande, y menos que ese giro fuese para bien. ¿Por qué? Bueno, mi vida no era lo mejor; no, no solo por los Dursley, porque fuera de esa maldita casa que se parece al infierno, el colegio no era tampoco lo mejor. Porque vamos, ¿Quién quería estar cerca de la niña que solo sabía hacer cosas raras y era rara? Yo te lo digo; ni siquiera dios quería estar cerca de mí. Y eso sin tener en cuenta a las tres brujas de turno, que se dedicaban a hacerme la vida imposible no, lo siguiente. Típico cliché de película americana, ¿sabéis lo que digo? pues ese tipo de cliché, solo que sin hadas madrinas, o chicos con buen corazón o algo por el estilo. NO, simplemente puras... no voy a decir la palabra por educación, pero creo que todo el mundo entiende cual es el adjetivo tan sumamente bello que quiero usar. Pero ahora, o cuando recibí esa carta... todo era extremadamente raro, fantástico, increíble, maravilloso... TODOS LOS ADJETIVOS BUENOS POSIBLES. He aprendido más que nunca sobre mi familia, o mis poderes, o de amistad de lo que nunca en mi vida he hecho. ¿Echo de menos a Harry? Demasiado. Nadie lo sabe mejor que yo misma, pero sé que lo veré. Mas bien, sé que lo veré mucho más pronto de lo que nadie espera... aún.

Suspiro, ya que las puertas del gran comedor se alzan sobre mí. La última y bella comida de este maravilloso colegio, por este año al menos. Entro y sin disimular ni nada, miro a la mesa de Slytherin, pero me echo a reír como una completa loca. Todos y cada uno de ellos tienen pintado en la cara con pintura permanente el escudo de Gryffindor, nuestros colores, o frases alentadoras tales como '¡Gryffindor gana!'. Uh, no olvidemos la cara de furia que tienen todos mientras miran la mesa de Gryffindor, que se ríe con ganas. Corro hacia nuestra mesa y abrazo a los gemelos del cuello.

-La mejor broma de fin de curso.-Digo sonriendo. Ellos se ríen y asienten.

-Habrán ganado la copa de las casas, pero creo que nos lo quieren dar si conseguimos quitarles ese color.-Dice Fred riendo. Asiento mas que de acuerdo, pero entonces veo como Moore viene hacia a mí con cara de enfado. Suelto a los dos y pongo mi cara mas inocente para mirar a Lea.- ¿Nosotros no hemos sido?

-Ya, claro.-Dice con mirada fría. Al ver que ningún Slytherin le mira, me da un abrazo rápido y me susurra algo.- Buena broma. Pero a la siguiente que te metas con mi casa, viene de vuelta algo.

-Espero tu venganza con ansias, Moore.-Digo sonriendo de lado. Ella me da un golpe cariñoso en el brazo y vuelve a su mesa. Sí, ella es la única en todo Slytherin que no tiene la cara de escarlata y dorado. ¿Qué? Nadie me puede culpar de nada. Es una de mis mejores amigas.

***

-¡ME PIDO EN LA VENTANA!-Chillo mientras entro en el vagón como una loca. Me siento en la esquina izquierda, al lado de la ventana, para ver el paisaje.

-¿Ese chillido?-Pregunta Noa.

-¿Ese golpe en plan psicópata?-Pregunta John.

-¿Tu reacción en general?-Dice Moore rodando los ojos.

-Yo también os quiero, chicos.-Digo sonriendo ampliamente. Pasamos la mayoría del tiempo del viaje riendo, contando cosas raras y experiencias poco agradables, criticando gente... cosas normales que se hacen con gente como nosotros. Los mejores.

Cuando el tren para siento mi corazón encogerse un poco. Al final no sé lo que voy a hacer en verano la primera semana, ya que Remus no puede por su P.P.P, no puedo ir con los Dursley, ni con George y Fred... ¿Que voy a hacer?

-Pasad un buen verano, y escribidme cartas. Cualquiera, aunque sea por una completada chorrada. No voy a aguantar mas con mi familia.-Dice Lea suspirando y saliendo con su baúl.- Adiós.

-¡Adiós!-Decimos los tres. Los siguientes en irse son Noa y John, ya que sus padres están esperándolos fuera.

-Adios Annie, pasa un buen verano.-Dice Noa sonriendo.

-Y mándanos cartas.-Añade John antes de que los dos salgan por la puerta. Suspiro, ya tengo que salir, por los dioses, por favor señor de ahí arriba, que no tenga que pasar la primera semana en la calle, no sé que prometerte a cambio que no sea una mentira, pero por favor.

-¡AN! Maldita sea, no te encontraba por ningún lado.-Dice Kurt suspirando- ¿A qué esperas? Vayámonos.

-¿Espera, qué?-Digo confusa.

-¿No te lo dijo Dumbledore?-Niego con la cabeza- Ah, pues vas a pasar la primera semana en mi casa, querida Drama Queen.

-Anda... esto tiene sentido.-Digo asintiendo. Sonrío y saco a Hermes de la jaula, ya que se estaba empezando a mover exageradamente.

-An, te recuerdo que mis padres son muggles, ¿Sí?-Dice Kurt al ver a Hermes.

-Vale... pues ya les explicaré que es un fénix y problema solucionado.-Digo sonriendo. Él niega con la cabeza, entre desesperado y divertido, pero los dos salimos del expreso con una gran sonrisa plantada en la cara.





Annie Potter y la segunda generación de merodeadores.Where stories live. Discover now