24. Sherlock, o tal vez Watson.

2.7K 230 30
                                    

No

Me

Lo

Puedo

Creer.

¿Quien tiene tan mala suerte como Annie Potter y Kurt White? ¡Nadie! ¡Nadie de este maldito mundo tiene tan mala suerte!

¿Te doy un pequeño consejo que te salvara la vida seguramente? ¿Sí? Vale, nunca pidas un diluvio universal para que se lleve a tus enemigos, no al menos hasta que estés resguardado, con mantas, en un sitio con techo.

No cuando estás debajo de un árbol, al lado del lago negro. No es muy recomendable.

-Te mataré An, juro que te mataré.

-Gracias, Kurt, yo también te quiero. Pero esto no es mi culpa.-Él me mira con una ceja alzada. Yo suspiro.- Vale, parcialmente a sido mi culpa porque lo he deseado, pero no por ello...

-¡NO ME DIGAS, SHERLOCK!-Me dice sarcástico.

-Te lo digo, Watson.-Digo con una sonrisa burlona. Los dos mantenemos nuestra postura unos segundos antes de empezar a reír a carcajadas. Cuando nos calmamos, miro nuestra situación.- Todo queda demasiado lejos...

-¿De veras? No lo había visto ni nada.

-Para con el sarcasmo Watson, que la sarcástica aquí soy yo.

-Pues querida Sherlock, hay dos opciones: O nos morimos de frío aquí, con la compañía del calamar gigante, o un rayo nos alcanza mientras vamos corriendo hacía el castillo.-Cuando termina de hablar, justo un rayo cae junto el árbol en donde nos refugiamos.

-La primera opción.-Digo aun mirando el sitio del impacto.- Uno, porque no quiero morir frita, y dos, las puertas del castillo están cerradas.

-Ahora... Nos vamos a congelar.-Dice sentándose- ¡VAMOS A MORIR!-Dice dramáticamente.

-Menos mal que yo soy la pesimista.-Digo metiendo la mano en la túnica para sacar la varita.

-¡HEY, ME RINDO! No quiero un duelo... Y además no tengo varita.-Dice él al verme rebuscando.

-No se donde esta...-Entonces recuerdo donde.- Oh dios, no no no. ¡Se ha quedado en la habitación!

-Vamos a morir.-Dictaminamos a la vez.

-O al menos coger una hipotermia. ¿Como podemos tener tan mala suerte?-Añade. Me siento junto a él, rendida, y miro al suelo en busca de inspiración. ¿Que tenemos mala suerte? Que se os pasa por la cabeza, por favor.

¿De verdad te consideras inteligente, An? ¡¿TIENES PODERES BLANCOS O QUÉ?!

Oh, cierto conciencia, gracias por avisar, no lo sabía ni nada... Ahora... ¡¿COMO LOS CONTROLO?!

Al ver que ninguna vocecita interior irritante responde, ruedo los ojos interiormente.

-Annie... ¿Has dicho mala suerte? Una suerte horrible.-Me dice entonces Kurt.

-¿Hum...? ¿Qué pasa pues?-Digo levantando la vista del musgo. Era interesante ver como tiene mas de una capa y diferentes tipos de viscosidad. No, era mentira, estaba intentado hacer algo con el agua. Cuando veo porque Kurt tiene esa cara de espanto, empiezo a murmurar cosas en cualquier idioma inventado por mi.-OH NO, MERLÍN NOS ODIA, EL GATO DEL VECINO NOS ODIA. ¡¿QUE HEMOS HECHO PARA MERECER ESTO?! ¡NADA!-Entonces recuerdo que yo si he hecho mas de una cosa para merecer esto.- Vale, yo igual, pero Kurt no ha hecho nada.

Seguro que estaréis algo así como... ¿Y ahora qué pasa? ¿Qué es para tanto? Amigos míos, no es qué, sino quien. Y mejor dicho y mas especificado, son tres personas de nombres horribles.

Annie Potter y la segunda generación de merodeadores.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora