—Chica —Kodoku la llama.

—¿Sí, Kodoku? —Risoku se voltea para mirarlo, mientras sonríe con gratitud.

—¿Cómo está tu brazo?

—Me duele un poco... pero estoy bien, gracias a ti —Risoku responde con una sonrisa mientras mantiene su mano en su brazo vendado.

—Bien —Kodoku dice con seriedad mientras sigue cocinando.

Cuando Risoku se alejó del joven semiarraigado para ir a sentarse en el comedor, su mente no puede dejar de recapitular los eventos de la noche anterior y los momentos que le parecen agradables. Después del combate, Risoku recuerda cuando Kodoku la llevó cargada de brazos de regreso a la cabaña mientras que su hermana vigilaba por si algún monstruo los atacaba. A pesar de que Kodoku sentía dolor y molestias cuando la cargaba, debido a la herida de mordedura en su brazo, no lo pasó por alto. En ese momento, Risoku no pudo dejar de ver la mirada del chico concentrado en cuidarla. A pesar del dolor que sentía en su brazo, Kodoku fue muy atento y delicado con ella en todo momento.

Es por eso que Risoku siente que está en deuda con él. Al principio, era un momento de pesadilla, pero al final fue muy agradable, y está muy agradecida. Risoku estaba tan ensimismada en sus pensamientos que no se había percatado de la presencia de Yuki, por lo que cuando aparece a su lado, se lleva un susto.

—¡Ah! Yuki-chan, no me asustes así! —exclamó Risoku asustada.

—¡Ya te ví, pillín! —se acercó demasiado a la ojiverde con una enorme sonrisa mientras la miraba fijo a los ojos —Conozco esa mirada, ¿Qué pasa?

—D-de nada —susurró un poco, sin querer confesar, mientras se ruborizaba.

—Ah, bueno... —respondió, con sus ojos brillantes de emoción y su sonrisa traviesa. —Y dime, ¿Qué edad tienes?

—Yo... Tengo quince —Risoku le cuenta un poco nerviosa.

—¡Oh! —grita de emoción para sus adentros, sentía que emparejar a Risoku con su hermano podría ser posible —Mi hermano también tiene quince.

—¿Por qué me dices esto? —preguntó confundida y nerviosa.

—¡Porque es fastidiosa! —comentó Kodoku de repente.

En ese instante, Kodoku entra al comedor, portando tres platos en sus manos que estaban preparados para el desayuno de las dos compañeras.

—Para que estés enterada, Yuki, no pienso estar en ninguna relación —le entrega su plato con pan tostado a su hermana y le pasa el otro plato con carne frita a la ojiverde —. Si estás pensando en que me voy a enamorar, tendrás que olvidar esa idea.

—¡Claro que sí! —exclama Yuki con su sonrisa traviesa —¡Eso mismo creía nuestro padre y mira, una bola de fuego prendió el ambiente y ardieron como el amor cuando conoció a nuestra madre!

Kodoku entrecerró los ojos y suspiró de frustración ante el comentario de su hermana.

—¿Cómo es que un rey demonio se enamoraría de un ser humano? —preguntó Risoku sorprendida mientras le daba un bocado a la carne frita.

—Bueno, realmente tuve la oportunidad de preguntarle a mi padre sobre cómo conoció a mi madre y todo fue cosa de un juego: —sonreía Yuki —¡Jugar al "mamá y papá"! Y por eso fue lo que los hizo enamorarse perdidamente.

—¿O sea que, su padre hizo un nido y luego su madre puso dos huevos para así nacer ustedes? —agregó Risoku.

Lo que dijo la ojiverde hizo que Kodoku se atragantara con su comida, ya que nunca había escuchado tal tontería. Yuki estalló en carcajadas tras escuchar lo que había dicho la chica, parecía que no era un chiste.

KODOKU: The First #PGP2024Where stories live. Discover now