Capitulo 1 Inicia la cacería.

Începe de la început
                                    

Saco mi Beretta 92 F y lo apuntó; al segundo la sonrisa coqueta se le quita. La rubia con el vestido de novia empieza con su drama, está asustada por él, por consiguiente, no debería ser así, debería preocuparse más por ella. No pasa desapercibido que todos nos apuntan, pero para nada demostramos miedo: ya dejé de sentirlo y no había vuelta atrás. Cuando dejas que el odio se potencie, los demás sentimientos se apagan.

Ese miedo, deberían sentirlo ellos.

Entonces levanto mi mano, dando la señal para que salgan nuestros acompañantes. Todos apuntando entre sí. Nosotros somos más, pero yo tengo mi objetivo.

―No debemos hacer esto, querida ―desliza con delicadeza su acento inglés, ofreciéndome una sonrisa amistosa, por un tiempo aquel hablar fue mi perdición. Ahora solo siento náuseas simplemente con verlo y escucharlo.

―¿Hacer qué? ―digo inocentemente.

―Matarme, mi amor, ya supera lo nuestro ―el rubio peina su cabello hacia atrás.

Al instante el lugar se inunda con mi risa, que luego se transforma en seriedad absoluta, una mirada que él no conocía, dejándolo al minuto completamente helado. Nuevamente, apuntó y su mirada intenta descifrarme pero no puede.

―Mi amor, ambos perdimos algo valioso, tú a mí, y yo a mi preciado y perfecto tiempo― ironizó la palabra "amor"―. No te creas tanto que eres muy poco, tan inútil como siempre, creyéndose el centro de atención. Cielo, no vengo por ti, vengo por trabajo, y tú, no eres mi presa. Al menos no hoy.

Mi arma se apunta al instante a la rubia. ―Los Baker no olvidan, ¿no es cierto señor?― observó al hombre que está al costado izquierdo con su esposa y su hijo mayor, hermano de la rubia a la que le apuntó.

Los tres están aterrorizados, ellos si entienden la situación.

Al santiamén se acerca el viejo, pero Aleix, mi mejor amigo, lo apunta con su arma, no permitiendo que de un solo paso. No le doy tiempo al idiota de Hilai para que hable y desenfundó el arma directo a la cabeza de la novia, luego dos tiros en el pecho por si acaso, manchando ese vestido blanco de carmesí.

Todo se vuelve un caos, todos disparan y el sonido de gritos de la madre de la rubia provocarán en mí una migraña. Intentó huir, pero se me atraviesan dos personas apuntándome, una patada de mi parte hace caer el arma del hombre del lado izquierdo, me acerco al del lado derecho desenfundado el tiro en su cabeza, provocando que un poco de sangre me salpique el rostro; unos brazos me aprisionan, así que me agacho volteándolo y haciendo que caiga a mis pies, le incrusto el tacón de mi pie derecho en su garganta y terminó untando también mi pie con un poco de su sangre.

Inicio mi recorrido siguiendo el plan; mi deber es llegar al techo donde me espera uno de mis hermanos, me preocupan mis amigos, pero ellos estarán bien. Siempre lo están. Ingreso en un pasadizo que me memorice antes de venir aquí, debo avanzar y llegar al lado norte, sin importar lo que suceda debo salir, mi cabeza la quieren muchos, no les daré la oportunidad.

Regreso por una simple y sencilla razón, venganza, por ahora debo ser esto, para ganarme la confianza de todos y cada uno de ellos. Sacó la linterna de mi pierna derecha y la navaja que traía escondida, el pasadizo cada vez se hace más largo y oscuro, el sonido del fuego cruzado me lastima los oídos; ya que hace eco en el lugar. Los tacones me están matando, me he arrepentido de traerlo, pero debía verme icónica, según mis cálculos, ya estoy por llegar, debo seguir tres metros más.

La fuerza y el valor se miden, por eso apaga su luz para así brillarás mucho más, ese es mi lema, me he convertido en la oscuridad que roba la luz de los demás.

Un cuerpo me impacta y me estrella contra la pared con fuerza, al instante ubico la navaja en su cuello percatándome de quien se trata.

―Daria, has cambiado tanto, mataste a mi prometida y eres testaruda arruinando mis planes, te estás convirtiendo en un dolor de culo, dime ¿ese cambio por qué? Y más aún, ¿por qué volviste? ―no respondo y lo observó con repudio―, no entiendo tu odio, pero... jamás creí verte pelirroja, ya diste tu iniciación en tu familia.

DepauperarUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum