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El tamaño de Galadriel comenzó a hacerce más grande, y era difícil de ver ya que la luz que producían sus ojos no permitía que todos lo vieran a excepción de Crowley que era el único con lentes oscuros, de pronto un olor a humo comenzó a llenar la biblioteca por todos lados - ¡El horno! - Muriel corrió por en medio de todo el escándalo hacia la cocina, se empezó a escuchar una tos por todo el lugar y entonces como si fuera un ligero cambio de trama, la luz había regresado y el día estaba como anteriormente debía estar, Galadriel tosía por el humo que venía de la cocina y sus lentes se encontraban en el suelo.

Gabriel los recogió y los reacomodo, Galadriel movió el humo y abrió los ojos, tomó los lentes y se los colocó nuevamente fingiendo que no había sucedido nada de esto - Eres un idiota Gabriel - sus ojos aunque no se veían tenían una mirada pesada ante el antes mencionado, era como si después de tal show solo hubiera concluido con aquel insulto infantil.

Volteó a ver a Crowley y ambos mirándose fijamente quedaron analizando la situación -Oh cierto, robaste mi auto ángel - señaló directamente a Galadriel acercandose a ella - Y tienes suerte de que no le haya sucedido nada - habló entre dientes.

- Quiero tu ayuda - la expresión de Crowley cambió a una mueca - Sé que dijiste anteriormente que no, pero de igual forma dijiste que no vendrías a la biblioteca y viniste -.

- Vine porque te robaste ¡mi auto! - agitó los brazos dándose la vuelta - No voy a ayudar a nadie a nada - caminó hacia la entrada y tomó la puerta con fuerza.

- Por favor, tiene que ver con el arcángel Aziraphale - caminó hacia él guardando una ligera distancia, Crowley se quedó quieto por un minuto al igual que todos, tanto Muriel como la pareja habían quedado pensativos ante el comentario del ángel.

Crowley volteó a verla de reojo, y suspiró - No voy a ayudarte - aquel tono era apagado, salió de la biblioteca y se dirigió a su Bentley, desde la ventana Galadriel vió como se iba, volteó a ver a Gabriel y a Beelzebub quienes parecían encantados con seguir la historia.

- ¿Cuál es la historia de Crowley y Aziraphale? - se acercó a Gabriel, este la miró y alzó una ceja, Galadriel lo miró por unos minutos y pronto aquel egocéntrico entendió, caminó hacia el sofá y se sentó en este.

- No sé mucho de lo que ocurrió, pero puedo decirte que Aziraphale estaba conectado con este demonio - Muriel llevó a la mesita unas galletas y sentandose junto a Galadriel escucharon la historia que Gabriel tenía por contar.

No fue una historia tan gratificante, sino una simple variedad de momentos en los que sospechaba que se había enlazado con un demonio hasta que llegó el armagedón y hasta que ocurrió su renuncia de Arcángel. Galadriel puso absoluta atención a esto y pasaron las horas rápidamente ya que Gabriel después de terminar comenzó a hablar de como fue que conoció a Beelzebub desde sus inicios y como fue que ahora estaban juntos ambos. El ángel de su bolso que tenía en el short que le había prestado Muriel, sacó una caja de madera y la agitó levemente, dentro de esta se escucharon pequeñas cosas moviéndose por el movimiento que ocasionaba Galadriel, guardó la caja en su bolsillo y se levantó.

Sin más que decir, tomó una galleta y salió de la biblioteca, mientras que la pareja continuaba su historia contandosela a Muriel que miraba con fascinación.

- Oye Uriel - habló Miguel acercándose a su compañero tranquilamente, los otros arcángeles siempre se encontraban haciendo otras cosas pero ellas dos la mayoría del tiempo se encontraban juntas - ¿Cuál fue la razón por la que dices que sonó la alarma aquí en el cielo? -.

- Un ángel que se fue sin autorización - Uriel movía su pantalla sin mirar a Miguel, a lo que esté solamente se colocó a su lado y miró dicha pantalla.

- Pero... No hay ningún angel que necesite autorización para irse - Uriel alzó la mirada y miró a Miguel tratando de entender lo que quería decir - Nadie prohíbe a los ángeles irse a la tierra, la mayoría no lo hace porque no es necesario y tienen trabajo aquí arriba así que lo que sea que se haya ido, alguien ya le había bloqueado el paso - Miguel movió su meñique y Uriel la miró fijamente dudosa, después apagó la pantalla y caminó hacia dirección de Aziraphale, quién se encontraba viéndose en la ventana, por alguna razón había vuelto a hacerlo y mordía su uña del dedo meñique mientras oía los pasos acercarse.

Se encontraba ansioso y ni él sabía la razón, pero algo dentro suyo lo esperaba con ansias.

El recordar el viaje hacia la casa Crowley no fue difícil, solo necesitaba seguir una visión de pasos sencilla que solo sus ojos veían. Lo complejo era esperar a que los autobuses se detuvieran, era incómodo como la gente se juntaba un poco al entrar a uno.

- Que día ¿No cree? - habló un chico de piel blanca y cabello recogido, tenía una sonrisa agradable, Galadriel lo miró y asintió - Si... Soy Horacio, un gusto - tenía un maletín en la mano, lo cambió de mano y puso la otra para estrecharle la mano a Galadriel, ella lo miró y lo hizo sin molestia alguna.

- Galadriel -.

- Oh lindo nombre, es un nombre bíblico ¿sabe? - sonrió aquel hombre.

- Si, lo sé - Galadriel sonrió un poco y al notar aquel camino, se dirigió a las puertas del autobús - Aquí bajo, hasta luego Horacio - dijo sin mirarlo y bajar de aquel auto.

No le habían agradado aquellas máquinas gigantes, caminó un poco más haciendo un camino de más de una hora por lo que al llegar podrían ser al menos las 5 de la tarde, pero el tiempo no tenía importancia a la hora de buscar a alguien. Al llegar se metió por los árboles hasta ver la casa de color negro características, cerca de esta escuchaba gritos de odio hacia algo y alzó una ceja, se dirigió hasta llegar a la puerta trasera y entró por ahí - ¡Juro por Satán que si encuentro una sola de tus hojas con una ligera mancha, te haré lo mismo que hice con tu compañera de a lado! - Crowley se encontraba en sus sesiones con sus plantas.

Al terminar soltó fuertemente una maceta al suelo y se metió a su casa molesto, entró a la cocina en la cual habían varios tipos de vinos, iba a aprovechar para beberse todo lo que pudiera, al voltear a su sala vió que Galadriel se encontraba sentada en el sofá, se inclinó para tomar una botella de vino y entonces reaccionó, dejó el vino en la mesa y se dirigió a la sala en dónde vió a al ángel sentado pacíficamente en el sofá - ¿Qué haces aquí? - parecía contenerse un poco.

- Quiero hablar -.

- No, vete de mi casa - movió su mano haciendo obvia su molestia por lo que Galadriel solo se inclinó un poco al frente, soltó un suspiro y volvió a su posición, sin dar una respuesta ante la orden del demonio.

Crowley la miró fijamente y por instante está seguro que una de sus venas le palpitaba en la frente, se dirigió a la cocina y tomó la botella, la abrió y se tomó todo de un solo trago, sacó otra y llevó dos copas a la sala, no faltaba mucho por oscurecer, así que ya no importaba, se sentó en frente de Galadriel y colocó las dos copas en la mesita, sirvió el vino y bufó un poco.

- Bien, ¿qué es lo que quieres? -.

Good Omens 3 - FanficWhere stories live. Discover now