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El tribunal estaba lleno de expectación mientras el Reverendo Kim enfrentaba los cargos en su contra. Jennie y su madre estaban sentadas en la sala del tribunal, sosteniéndose fuertemente las manos mientras esperaban el veredicto. El proceso había sido agotador y emocionalmente desafiante, pero finalmente estaban llegando al cierre de un capítulo oscuro de sus vidas.

El fiscal presentó pruebas contundentes de los abusos perpetrados por el Reverendo Kim y su participación en las terapias de conversión. Víctimas valientes compartieron sus testimonios, revelando las impactantes experiencias a las que habían sido sometidas en nombre de la religión. Las pruebas y los testimonios dejaron en claro que estas terapias eran nada más que una fachada para el abuso y la manipulación.

La defensa intentó argumentar que las terapias de conversión eran parte de las creencias religiosas del Reverendo Kim, pero el tribunal no estaba dispuesto a tolerar la justificación de tales acciones. El abogado defensor intentó desacreditar a las víctimas y alegar que estaban exagerando o inventando sus historias, pero las pruebas eran abrumadoras y sus testimonios eran apoyados por evidencia sólida.

Después de semanas de juicio, el jurado finalmente anunció su veredicto: culpable. El Reverendo Kim fue declarado culpable de múltiples cargos de manipulación, abuso y violación de derechos humanos. La sala estalló en aplausos y lágrimas de alivio por parte de las víctimas y sus seres queridos.

Jennie y su madre se abrazaron con fuerza, sintiendo una mezcla de emoción y satisfacción. Finalmente, habían logrado que el hombre responsable de tanto dolor y sufrimiento fuera llevado ante la justicia. Sabían que el camino hacia la sanación aún sería largo, pero este veredicto marcó un paso importante en su camino hacia la recuperación.

Después de la sentencia, Jennie y su madre se encontraron con el equipo legal y activistas que habían luchado a su lado. Las lágrimas de gratitud y felicidad fluían libremente mientras se abrazaban y compartían su aprecio mutuo. Estaban rodeados de personas que demostraron que la unidad y la valentía pudieron lograr un cambio real.

Con el Reverendo Kim tras las rejas, las terapias de conversión clausuradas y la verdad finalmente expuesta, Jennie y su madre comenzaron a reconstruir sus vidas. Participaron en grupos de apoyo y terapia para sanar las heridas emocionales que sufrieron durante tanto tiempo. A medida que el tiempo pasó, tuvieron a recuperar la confianza en sí mismos ya reconstruir su relación madre-hija.

—De verdad, aún no puedo creer todo lo que está pasando, por fin salimos de estos tratos tan horribles. Por fin podemos ser felices.—dijo Jennie recostada en el hombro de Lisa.

—Lo sé, estoy feliz de que por fin te libraste de tu padre. —la rubia besó con suavidad la frente de la castaña. 

—Sí y me siento tan libre. —se acercó a su rostro y besó con suavidad sus labios.

—No solo tu, siempre tuve mucho miedo de que tu padre me llagara a hacer algo a mi también. Ya sabes, mandarme a hacer un exorcismo o algo así. —dijo divertida, Jennie giró los ojos se sentó sobre las piernas de Lisa y la abrazó.

—Eres una tonta, aunque no mientes mi padre si es capaz de hacerte un exorcismo. —se rio en su oído haciendo que Lisa tuviese un escalofrío. 

—Mhm, tu padre me daba miedo. —se acercó y besó con un poco de intensidad los labios de la menor. Jennie agarró su mano y entrelazó sus dedos con los de ella.

—Ya no nos tiene por que asustar, ya estamos bien. —volvió a besar sus labios y se fundieron en su burbuja de amor.

... 

Jennie tenía su cabeza recostada en el pecho de Lisa, disfrutando la sensación de acabar de hacer el amor con ella. Aspiraba su delicioso aroma y la abrazaba. 

No podían creer que después de tanto por fin se habían librado de ese infiero, ella y su madre. Por fin podía ser feliz con la chica que amaba. No sabía que hubiese hecho si no se hubieran encontrado hacía meses. Se sentía la persona más feliz del mundo.

—Estar contigo ha sido mi salvación, Lisa —susurró Jennie mientras acariciaba suavemente el pecho de su pareja.

Lisa le acarició el cabello con ternura. —Y yo me siento agradecida de tenerte en mi vida, Jennie. Has superado tanto y sigues siendo fuerte y valiente.

Jennie levantó la mirada y se encontró con los ojos amorosos de Lisa. —Sé que enfrentar todo esto no hubiera sido lo mismo sin ti a mi lado. Tu amor me ha dado la fuerza para luchar por lo que es correcto y por nuestra felicidad.

Lisa sonrió y le dio un beso en la frente. —Siempre estaré aquí para ti, Jennie. Somos un equipo, y juntas superaremos cualquier obstáculo que se nos presente.

Las dos se quedaron abrazadas, disfrutando de la cercanía y el amor que compartieron. Después de todo lo que habían pasado, habían encontrado el refugio y la paz en los brazos del otro. El pasado oscuro y doloroso finalmente estaba detras de ellas, y tenian toda una vida por delante para construir un futuro lleno de amor y felicidad.

Con el tiempo, Jennie y Lisa continuaron sanando y reconstruyendo sus vidas. Participaron activamente en campañas para aumentar la conciencia sobre las terapias de conversión y el abuso emocional. Su historia de superación y amor inspiró a muchos, y se sintió en voces poderosas para aquellos que aún luchaban por liberarse de situaciones similares.

Y mientras trabajaban juntas por un mundo mejor, su amor seguía creciendo. Cada día futuro fortalecerían su vínculo, un edificio en el que podrían ser auténticos y felices. Juntas, habían enfrentado la oscuridad y habían emergido hacia la luz, demostrando que el amor y la valentía pudieron superar cualquier adversidad.

El fin de un capítulo era solo el comienzo de una nueva y emocionante historia para Jennie y Lisa, una historia en la que su amor y su resiliencia los llevarían a lugares que nunca habían imaginado.



Fin. 


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Take me to church -JenlisaWhere stories live. Discover now