Octava Carta.

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Es muy molesto que alguien se meta hasta la trancas en tu cabeza y en tu corazón, sin permiso. Permiso que no estás dispuesta a dar para volver peor que antes de que todo comenzara, es como volver de una guerra que creías que saldrías victoriosa pero en el último movimiento la jugada cambia de una manera abismal, es mejor solo dar vuelta a la página, olvidar, seguir, y guardarlo todo en el fondo de una caja en un rincón que cite "no abrir" y dejarlo todo.

Aunque eso no es la repuesta de todo porque luego te estalla en la cara con más fuerza sin quererlo, tomándote con la guardia baja,y luego te preguntas ¿yo pedí esto? ¿Porque ami?

Es cuando un millón de preguntas sin respuesta llegan a mi y dices ¿cómo voy a obtener una repuesta si no voy a la busca de ellas? Y es cuando la respuesta  llega como un reflejo, como chocarte con un vidrio que no sabías que estaba allí hasta que recuerdas.

¿Porque somos así? Tratando de huir de todo o cualquier situación que amenace nuestros sentimientos o la pregunta sería ¿Quién estaría dispuesto a poner la mejilla y si hace falta la cara para el otro golpe? Creo que nadie lo hará y no seria sano intentarlo por ello es mejor ir por lo seguro.

Cuando cierro los ojos todo se proyecta en mi mente como una película y no dejo de pensar en el... Últimamente todo se trata de el, tal vez solo fue cuestión de tiempo para que después de creer que lo olvide todo.

No se si debo darme de bruses contra la puerta de nuevo o centrarme en lo que en serio quiero ya que concentrarme en una persona y darlo todo para que luego te desepcione o te use... No pienso repetir la historia, solo quiero algo mejor, quien me quiera de verdad como para no hacerme daño, que no sean solo palabras vacías, algo que supere lo normal y ordinario porque yo se que cuando se trata de ver lo buena que es aquella persona mis ojos inocentes pasarán todo por alto o dirán "solo es un defecto todos los tenemos" pero no siempre es así.

Todo aquello me tiene comiéndome la cabeza y aveces pienso que si algún día alguien podrán  quererme, que el problema soy yo pero me he dado cuenta de que definitivamente no lo soy. Y no voy a cambiar solo para agradar a los demás, por mucho que duela la soledad es mejor amiga.

¿Será que podré encontrar una persona que me ayude a ser más fuerte, a luchar codo a codo? ¿Que no le importe si tuvo un mal día, solo con hacerme reír o verme sonreír sea suficiente para que seamos dulcemente felices?

Rememoro aquellos recuerdos con el, que al menos me sacan una sonrisa y me hacen llegar a pensar por unos segundos que valio la pena todo.

Octava Carta.

Querido Codl.

Aquella tarde de verano, con viento pero un sol muy bonito, los árboles bailaban al son del viento haciendo música con sus hojas dejando caer las flores. Al voltear te veo contemplado las nubes y el paisaje con una taza de té en sus manos, me tomo el tiempo de verte con detalle como si el viento fuera a convertirte en polvo en cualquier momento, sabes que te  estoy viendo y lo disfrutas por eso tienes una sonrisa en tu rostro, una sonrisa que dice todo, una que marca tus hoyuelos, que hace que tus ojos se achinen dándole un aspecto tierno y feliz.

Después de ver tu rostro grabando cada peca en mi cabeza te volteas para verme, nuestros ojos se topan con una mirada cálida cargada de alegría, enamoramiento y deseo. Una mezcla entre ojos café común con un café intenso, bajo la vista a tu cuello donde se veo la gargantilla que llevas en el cuello dentro de la camisa como si fuera lo más preciado pero solo para ti, la tomó entre mis dedos viéndo aquella estrella diminuta dorada que resplandecer entre mis dedos recordando aquel momento que quisiste regalarmela y dije que era un enorme cliché asi que llegamos al acuerdo de que me dejarías ponértela y que la llevaras contigo, dijiste que si antes de que terminara y después  de todo aún sigues llevandola consigo, pense que la podrías haberla dejado en algún lado sin que te  importara y decirme que la perdiste y que la buscarias un día de estos, pero no fue así. Cada día podía notar que nunca te la quitabas.

Contigo todo siempre eran risas y peleas algo estúpidas para intentar sacarnos de quisio, me hacías olvidar todo en el tiempo que pasaba junto a ti, con tan solo abrazarme mientras Vemos hacia el cielo, escaparnos a caminar por allí mientras hablamos o hacer ese chocolate caliente que desde hace mucho se había vuelto mi favorito, solo eso me bastaba para sentirme importante y querida.

No que queria ser presumida, o tener lujos o ir a fiestas ni nada de todo aquello que era superficial, común, vacío...

Tu sercania, tu forma de mirarme con aquellos ojos café intensos, aquella sonrisa arrogante sin dejar de ser divertida,tu molesta nariz respingada, mandíbula y pómulos cuadrados, labios finos. Cuando agachabas la cabeza para verme a través de tus lentes de pasta porque me sacabas dos cabezas y debía levantar la cabeza para verte . O cuando tratabas de ponerte serio y no reírte mientras te hablo, disfrutaba sacarte de quisio o al menos intentarlo.

Tu piel blanca bronceada y cabellos cafés cayendole por tu frente que se ven rubios cuando le da la luz. Tu molesto cuerpo ejercicitado y espalda ancha. Con aquella fina gargantilla dorada con un dije de una estrella que siempre cuelga en tu cuello. Pues nada parecia importarte cuando estoy en tu campo de visión, te olvidabas de todo solo para fijarte en mi para no perderte ni un solo detalle.

El simple roce de las yemas de tus dedos en mi brazo, me produce un escalofrío, queriedo retirar el brazo y al notarlo una sonrisa se asoma por tus bellos labios. Con un simple abrazo te siento flaquear, dándome cuanta de que no soy la única que le afecta nuestra cercanía. Con su sola presencia me siento segura.

Las Cartas de Rose Where stories live. Discover now