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Carta 4

Chuuya llegó al salón de clases, encontrando la esperada carta de la semana

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Chuuya llegó al salón de clases, encontrando la esperada carta de la semana.
Su admirador secreto parecía tener una especie de patrón, dándole una carta cada semana, a veces no, ese día era viernes, último día de la semana, y no había recibido una carta desde el miércoles pasado.

"Demasiado tiempo para escribir una carta no?" Pensó.
Se sentó y se dispuso a abrirla, llevándose otra sorpresa.

-dos cartas?

Al abrirla, se dió cuenta que no era solo una hoja como las anteriores, eran dos.

" Quería disculparme por tardar tanto en escribirte, no sé si se te haya hecho costumbre, presiento que sí, así como a mí se me hizo costumbre pensar en ti.
No soy bueno con demostrar tanto afecto a alguien, pero me agrada intentarlo contigo.
Aunque está vez, este carente de poesía y rimas, sigue llena de cariño como todas las demás.
Me gustaría decir que te amo, pero me da miedo que no sea del todo verdad, es una palabra muy fuerte, palabra que cuesta sacar.
Atte:   "
Esta carta tenía la foto de un atardecer pegada en la segunda hoja.

chuuya reviso las cartas como de costumbre, buscando de más en ellas, releyendo tuvo la observación "no soy bueno demostrando afecto a alguien"

"Es hombre..." Pensó.

Finalmente se le había escapado un detalle, un pronombre al desconocido admirador secreto, se sintió más cerca de la verdad por un momento.
Miro la foto, aproximadamente de 9 x 15 cm, no lo sabía bien.
La foto era un atardecer, nada más, reconoció el lugar desde el que fue tomada.

-la escuela...

Reconoció el árbol y los cables que salían en la foto, confirmando que era alguien de su escuela, pero no había nada más.

"¿Esta intentando jugar al detective conmigo?"

Esta vez le había dejado pistas, finalmente hablo sobre el y no solo fueron halagos hacia chuuya.

Dobló las cartas en su bolsillo de forma rápida al ver qué el profesor iba ingresando al salon, lo pensaría y revisaría mejor al llegar a su hogar.

Pasaron las horas, hasta que llegó el momento del descanso, se levantó y camino entre los pupitres mientras sus compañeros salían del aula.

Llegó a un pupitre con un castaño vendado dormido en su mesa.

-dazai, vámonos al descanso. – hablo fuerte y claro, pero el otro no respondió, chuuya acerco su mano al hombro del contrario para agitarlo un poco y levantarlo, pero antes de poder tocar su hombro, dazai se levantó de golpe con toda la intención de asustar a chuuya, consiguiendo su objetivo.

Chuuya soltó un grito, no largo ni agudo, pero si fuerte, acompañado de un pequeño salto.

Dazai se soltó a reír.

Carta // SoukokuWhere stories live. Discover now