dazai Osamu termino enamorándose de su compañero de clases, sin saber que hacer gracias a su falta de experiencia en comunicar sentimientos, termina haciendo cartas anónimas para aquel pelirrojo.
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Dazai Osamu, un joven de 16 años, recientemente se mudo a otra Ciudad, Yokohama.
Cambiar de escuela y ambiente.
sinceramente no le dió mucha importancia, debido a que no había nada que extrañar en su anterior ciudad, no es como que haya hecho lazos cercanos, ya sea de amistad o románticos.
De hecho, estaría aliviado por este cambio, pero estamos hablando de dazai Osamu, una persona que parece incapaz de sentir emoción o sopresa.
A su forma de pensar, daba igual, la gente no deja de ser gente por el lugar en el que están, mucho menos si es en el mismo país, todo iba a ser exactamente lo mismo, y a el, no le importaba, ya se lo esperaba.
Su nueva escuela era más pequeña que la anterior, era de esperarse debido a que antes vivía en Tokio, y ahora estaba en una ciudad mucho menos poblada.
Al entrar, logro capturar varias miradas hacia el. Si, era un joven guapo, con cabello y ojos marrones, delgado, alto, incluso se podría decir que parecía un modelo algo.... ¿Excéntrico?
Es decir, las miradas no solo eran de admiración a su belleza, también lo veían raro por todas las vendas que usaba el chico, las ojeras en su rostro y su cara de pocos amigos.
Consiguió llegar a su salón de clases, el día paso con normalidad, muchos se le intentaron acercar durante el trayecto del día, consiguiendolo, ya que en realidad, dazai parecía ser algo sociable y popular, sin importar cuál había sido aquella impresión que dió al principio.
De igual forma, había algo extraño en el, en sus chistes y sarcasmo algo oscuros, se notaba como atrás de toda esa... ¿Normalidad? Por así decirlo, había algo raro.
Meh, la mayoría prefirió ignorar esos detalles.
Pasaron los días, algunos con lentitud y rapidez, logrando completar unas dos semanas.
Al salir, se encontró con un grupo de chicos que platicaban temas al azar, dazai lo ignoro como si no existieran, no le importaba lo que hicieran o hablaban.
- ¡oye, Espera! - dijo una voz de aquel grupo llamando su atención, giro la cabeza para encontrarse con el dueño de esa voz - tu venda, se te está cayendo.
Dazai miro hacia abajo, confirmando que uno de los extremos de sus vendajes se safo, y estaba comenzando a caer al piso.
- oh, gracias por el aviso.
- oye, ¿Eres el nuevo cierto?
- si, Dazai Osamu, ¿Y tú eres...? - decia mientras enredaba la venda en su muñeca.
- chuuya nakahara, vamos en el mismo salón.
- un gusto nakahara, nos vemos después si no es que te me pierdes de vista entre la multitud con esa estatura. - dió una sonrisa tonta y se dispuso a irse.
