❝ No me importa lo complicado que sea esto, te quiero. Me alegro de haberte conocido, espero que lo sepas ❞
Las leyendas x lectora
La leyenda de La Nahuala ✔️
La leyenda de La Llorona ✔️
La leyenda de las momias de Guanajuato ✔️
La leyenda del Chup...
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Jade soltó un suspiro de frustración al preguntarse cuánto tiempo habían estado corriendo. No lo sabía, pero podía asegurar que se sentía interminable. Las momias los perseguían como una plaga de hormigas y no dejarían de perseguirlos hasta lastimarlos. Solo pensar en eso hizo que la sangre de Jade se enfriara por completo. Jade apretaba fuertemente la mano de Leo, quien solo quería sacarla de allí y llevarla a un lugar seguro.
—Apocalipsis zombi en Guanajuato! —Teodora gritó en voz alta, de modo que su voz pudiera ser escuchada entre la multitud de momias
—Que no son zombis! Son momias! —Alebrije modificó su respuesta con el mismo tono de voz que Teodora, notándose claramente su molestia por cada minuto que pasaba sin lograr deshacerse de las momias
—Lo que sean! Muertos! —Dijo con sus ojos ampliamente abiertos debido a la inesperada sensación de angustia recorriendo su espalda
Las calles sombrías del pueblo estaban llenas de momias en todas partes, a medida que avanzaban, más momias se sumaban a la multitud que los perseguía.
—Nunca vi algo semejante —Don Andrés expresó con desesperación y una nota de inquietud en su voz, mientras el grupo se detenía abruptamente al percatarse de que más momias se acercaban en su dirección
Empezaron a correr nuevamente en una dirección distinta antes de que Alebrije rompiera la puerta de una casa con su cola y así permitir que todos ingresaran al hogar. Y una vez que todos estuvieron adentro, él volvió a colocar la puerta, de manera franca pero rápida. Sin embargo, Teodora gritó de repente cuando una momia asomó su cabeza por uno de los agujeros de la pared que estaba a su lado.
Abrieron otra puerta con el propósito de abandonar el sitio, pero fuera había todavía más momias aguardando ansiosamente para atacar. Por lo tanto, ingresaron una vez más a la pequeña casa solo para descubrir que también había momias en la ventana, tratando de entrar al domicilio. En ese momento, el alebrije rompió los tablones que cubrían los agujeros de las paredes, impidiendo que ellos ingresaran, apartando a las momias de su camino para así poder salir de ese lugar oscuro.
El grupo se puso en movimiento en sentido opuesto, rogando a los seres divinos que les brindaran su ayuda únicamente en esta ocasión.
—Ya nos atoraron —Se quejó alebrije una vez que se encontraron rodeados por momias, ya que literalmente no había ninguna forma de escapar—Disimulen, disimulen —Así es como don Andrés y alebrije comenzaron a actuar como momias con el fin de intentar engañar a las momias.
