Capítulo 5

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Capítulo 5

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Capítulo 5.

Esa noche sin duda no pude conciliar el sueño en absoluto, en la inmensidad de mis pensamientos y en la oscuridad de la noche me di cuenta que quería a Dann pero no solo debía quererla deseaba amarla. Tomaría todo mi coraje y esa misma tarde iría a casa de los Harrison sin importar mi miedo, mi terror y mi orgullo le pediría con el corazón en la mano que permitiera darnos una oportunidad para ser algo más que amigos, amigos de la infancia, era sin duda, aterrador, nunca me sentí tan aterrado en toda mi vida pero no puedo vivir con miedo para siempre ¿o si? No, claro que no. Aunque tengo escasas, para ser más específico, nulas habilidades en coqueteo me esforzaré por dar lo mejor de mi y sorprender de forma grata a Dann, unas hermosas flores sin duda ayudarían, además de eso tengo que verme excepcional, agradable a la vista y tengo que preparar lo que voy a decir ¡no tengo idea de que voy a decir, carajo! –¿Dann te gustaría darnos una oportunidad para ser algo más que amigos? –no, no puedo decir eso así, tengo que ser más romántico lo que por obvias razones no es mi fuerte, creo que diré las palabras correctas en el momento correcto sólo tengo que ser honesto con lo que siento.

Las flores serán de gran ayuda para esta declaración de sentimientos y emociones todo tiene que ser perfecto ¿qué flores le gustarán? ¿Rosas? ¿Girasoles? Tal vez deba elegir las que me recuerden a ella. Iré a la ciudad a conseguir el ramo de flores más encantador que Dann haya visto. No suelo salir demasiado a la ciudad y las pocas ocasiones en las que lo hago siempre son con acompañante o alguien que me proteja, pero en esta ocasión lo mejor será hacerlo solo. La ciudad es bastante grande y los negocios de todo tipo son abundantes así que en algún lugar debe haber una tienda de flores decente para conseguir algo precioso, vagué por la ciudad tanto tiempo que el atardecer empezaba a pintarse en el cielo, en ningún lugar encontraba algo lindo para Dann, pero para mi suerte un amable hombre aún tenía su negocio abierto así que me acerqué y las flores irradiaban un olor dulce y agradable además de que sus colores eran tan hermosos que parecían pinceladas a mano hechas por un artista, sin duda debía comprar un ramo,

–¿Esta buscando algo para su novia jovencito? –preguntó incluso antes de que le pidiera las flores, mi rostro se tornó en un tono rojizo al instante, Dann no era mi novia, pero solo ignore esa parte de la pregunta del hombre y le pedí amable un ramo de rosas blancas y rosas, eran las más hermosas

–¿Podría por favor darme un ramo de rosas blancas y rosas, señor? –pregunté amable y algo nervioso

–Claro, sin duda, le encantarán a quien se las obsequies –mencionó mientras me daba las flores

–Eso espero, muchas gracias –agradecí, pagué por las flores y me marché, para este momento la noche ya había caído aún así decidí ir a casa de los Harrison no quería acobardarme después si no lo hacía, tarde un poco en llegar pero las luces de la mansión seguían encendidas y algunos empleados seguían trabajando, algo agitados a mi parecer, pero supongo que su día estuvo repleto de trabajo y por eso caminaban apresurados de un lado a otro, un mayordomo me recibió, mencioné que iba a visitar a Dann, me pidió que esperara en la sala de estar y que en un momento Dann llegaría. Estuve practicando lo que le diría todo ese tiempo que estuve esperando, mis manos sudaban y estaba demasiado nervioso, ni siquiera note cuánto tiempo había pasado desde que llegué a la mansión de los Harrison hasta que vi el reloj que traía conmigo y me di cuenta de que habían pasado al menos 30 minutos desde que había llegado, ¡vaya! Quizá Dann está demasiado ocupada tal vez debería irme, algo decepcionado busque al mayordomo que me recibió para avisar que me retiraría, en este punto me di cuenta de que no había ningún empleado cerca así que cualquiera que estuviera por ahí me serviría para decir que me retiraría, no quería ser maleducado he irme sin avisar pero parecía que todos los empleados habían desaparecido. El ambiente desolado se tornaba cada vez más tenso a medida que avanzaba por la mansión en busca de alguien hasta que un grito ensordecedor resonó entre la inmensa mansión, sin duda me perturbó, pero alguien podría necesitar ayuda, aún asustado corrí en dirección de donde provenía aquel grito pero era difícil saber en cuál de tantas habitaciones se encontraba, otro grito resonó guiándome hasta donde se encontraba, corrí y corrí todavía con las flores en la mano que apretaba con fuerza, a medida que me acercaba veía más y más empleados cerca, al parecer aquí estaban absolutamente todos.

Los pasos de una balaWhere stories live. Discover now