Capítulo 2

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Donna entró a mi habitación como de costumbre, y como de costumbre yo ya estaba despierto esta vez no dormí ni un poco, estaba cansado pero no pude conciliar el sueño, Donna dejó la taza de té que traía sobre la pequeña mesa y vio el libro que hab...

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Donna entró a mi habitación como de costumbre, y como de costumbre yo ya estaba despierto esta vez no dormí ni un poco, estaba cansado pero no pude conciliar el sueño, Donna dejó la taza de té que traía sobre la pequeña mesa y vio el libro que había estado leyendo.

¿Qué es esto?-- dijo tomando el libro en sus manos– ¿has estado leyendo?–preguntó mientras me veía

--Así es Donna, no pude dormir anoche y encontré ese viejo libro– dije mientras tomaba el té

--Es sobre galaxias, ¿hace cuánto no leías un libro así?--dijo mientras ponía el libro sobre la pequeña mesa

--Creo que desde los siete años Donna, los libros que he leído actualmente no tienen nada que ver sobre el tema– conteste mientras tomaba un periódico que Donna trajo para que leyera

--¿Qué es esto? alguna admiradora te ha enviado una carta?--dijo mientras tomaba la vieja y arrugada nota entre sus manos

--¿Una admiradora? claro que no Donna– le conteste amablemente mientras soltaba una pequeña risita– Es de Dann Harrison, ¿la recuerdas?, la escribió cuando éramos muy pequeños– contesté sin dejar de leer el periódico

--Dann Harrison, claro que la recuerdo, la pequeña y encantadora Dann siempre sonriendo– mencionó con una sonrisa en sus labios– era la hija de Daphne Harrison ¿cierto?, una encantadora mujer, harán negocios con alguien con el apellido Harrison, ¿son ellos?-- preguntó

--Así es, ire a verlos hoy después del desayuno– contesté

–¿Iras solo?-- me preguntó curiosa

--Si, así será más fácil realizar la reunión sin el idiota de Edward con sus comentarios inapropiados– contesté molesto

–¡Cillian! no te refieras así a tu tío!-- me gritó algo molesta pero sin perder su tono de voz tranquilo

--¡Lo siento!, pero es la verdad, de todas maneras iré solo así que ya me voy porque el auto debe estar listo y no quiero hacer esperar a los Harrison– le dije dejándole un beso en la frente.

De camino a casa de los Harrison un pensamiento no salía de mi mente había sido la primera vez que Donna me levantaba la voz y ciertamente me había desconcertado, no la recuerdo haciéndolo antes, posiblemente porque nunca había hablado mal de Edward o de mi padre frente a ella o al menos no los había insultado pero no veo en que le molestaba, después de todo, ellos solo eran sus jefes no tenían ningún parentesco o por lo menos algún cariño hacía ellos.

Mi pensamiento se vio interrumpido cuando el chofer amablemente me mencionó que habíamos llegado a nuestro destino, los Harrison estaban esperando en la oficina o al menos el señor Harrison estaba ahí, la dichosa Dann se estaba ganando fama de impuntual al parecer, salude amablemente al señor Harrison quien se encontraba sentado detrás de su escritorio.

--Buenas tardes señor Harrison, lamento haber llegado tarde– salude

--Buenas tardes señor Ballet, no se preocupe como puede observar mi hija no ha llegado aún, le pido disculpas por eso, si es más agradable para usted tomaremos la reunión en el jardín– contestó a mi saludo

Los pasos de una balaWhere stories live. Discover now