Capítulo 1

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Oscuridad, es lo que más aprecian mis ojos, me siento cada vez más agitado y sofocado a medida que mis pasos se aceleran en el inmenso bosque que apenas es iluminado por unos débiles y tenues rayos de sol, alguien me persigue murmullos y gritos le...

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Oscuridad, es lo que más aprecian mis ojos, me siento cada vez más agitado y sofocado a medida que mis pasos se aceleran en el inmenso bosque que apenas es iluminado por unos débiles y tenues rayos de sol, alguien me persigue murmullos y gritos lejanos se oyen detrás de mí y se acercan cada vez más, la neblina del bosque aumenta y mi corazón empieza a acelerarse, los gritos son más fuertes y ahora van acompañados de pasos acelerados...

el sonido metálico de una bala resonó en la inmensidad del bosque... un disparo...

Desperté...

La horrible sensación de ahogo y miedo otra vez recorre mi cuerpo, empapado en sudor me levanté de mi cama, otra vez esa constante pesadilla que me despierta a las tres de la mañana en plena madrugada, después de tantos años así puedo decir que ya me acostumbre aunque el sentimiento sigue ahí latente cada noche, el lejano recuerdo de ese día debería haber sido borrado de mi mente, después de todo, ya han pasado más de veinte años y sigo igual... asustado como un pequeño niño que corre a los brazos de su padre para que lo proteja sin saber que él mismo es el monstruo del que se esconde... ya he estado despierto una hora después de tener la pesadilla, son las cuatro de la mañana y el sonido metálico del motor de un auto acercándose resonó en la tranquilidad de la propiedad iluminando a través de la gran ventana mi habitación que reposaba en la oscuridad, aunque era bastante temprano las personas empezaban a llegar, después de todo, mi padre empezaba a atender citas de negocio en su oficina a las cinco de la mañana, era molesto a veces pero la mansion era lo suficientemente grande como para no toparmelo por al menos dos días.

Un ruido hueco sonó en la habitación debo admitir que me sobresaltó un poco, pero ya sabia quien era

—Señor Ballet, es hora de despertar hoy tendrá un día repleto –dijo mientras avisaba que iba a entrar estuviese listo o no

—Adelante Donna, cómo has amanecido el día de hoy? —le salude amablemente como siempre lo hacía, después de todo era la única persona a la que le tenía aprecio en toda esta casa

—Muy bien, señor Ballet —correspondió el saludo mientras dejaba una pequeña taza de té en la pequeña mesa de la habitación

—Usted Donna debería de dejar de llamarme señor Ballet, ya le he dicho cientos de veces que me diga Cillian, usted me crió sería lo más adecuado— le mire a los ojos y agradecí por la taza de té

—Está bien Cillian, lo llamaré así más seguido, cómo ha dormido hoy tuvo, esa pesadilla de nuevo?— me pregunto preocupada

—Siempre dices que me llamaras Cillian y me sigues llamando señor Ballet— le dije soltando una risilla— ya sabes que nunca he tenido una noche completa de sueño desde hace años Donna —procedí a tomar un poco de té

Donna siguió hablando de todas las cosas que tendría que hacer durante el día y de lo alejado que tendría que estar de mi padre si no quería que me agobiara con el preocupante tema del matrimonio y sobre un heredero que se quedara con toda la fortuna que según él arduamente a construido, no pienso en casarme y menos para complacer a ese hombre, su linaje y su fortuna morirá conmigo.

Los pasos de una balaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora