Rhaenyra IV

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Todos los errores son míos.
Espero que lo disfruten!


“Princesa.” Llama Sir Arryk. “El príncipe Daemon pide verla.”

“Déjalo entrar.” Ordena.

Toma los pergaminos sobre su escritorio y los arroja a la  chimenea.

¿Quien en su sano juicio cree que busco un matrimonio para mi hijo de dos años?

“Querida sobrina.” Saluda el hombre.

“Tío.” Dice en cambio.

Daemon se deja caer en una de las cómodas sillas en la habitación, mirando alrededor, y frunciendo el ceño cuando ve un tapiz bordado con brillantes hilos que representa las olas golpeando la costa de Dragonstone.

“Veo que has redecorado.”

“Mhm.” Contesta sin comprometerse.

“¿Tu pequeña esposa tiene que ver con la mágica desaparición de nuestros tapices tradicionales?” La pregunta es una trampa, una en la que ella no esta dispuesta a caer.

“No, Alicent no desperdicia su atención en cosas tan triviales, ella prefiere enfocarse en sus deberes en la Corte.” Contraataca, la implicación esta ahí, que él no tiene un rol en la Corte, no como su esposa, y definitivamente no como ella, ha sido empujado tan abajo en la línea de sucesión que su titulo de príncipe es casi un adorno. “He sido yo quien ha ordenado que sean sustituidos. No son apropiados para la vista de los niños.”

Daemon suelta una estruendosa risa.

“Todos aquí han crecido viendo esos tapices y jamás ha sido un problema.”

“Bueno, son un problema para mí.” Murmura, ya aburrida de la conversación.

“¿Para ti? ¿O para tu puritana perrita faldera?” Como Rhaenyea sospechaba, su tío no ha perdido su impudencia.

Harta de la conversación, da un golpe duro en la mesa.

“Vuelve a insultar a mi esposa, la madre de mis hijos y tu futura reina, y te cortare la lengua.”

Daemon resopla.

“Esos tapices son parte de nosotros, de nuestra tradición, son partes de Valyria.”

“¿Has estado tú en Valyria? ¿Has visto los tapices en las ruinas con tus propios ojos? ¿O acaso te has convertido en un soñador de la noche a la mañana y has visto la caída de nuestra Casa porque reemplace unos cuantos tapices en el área de mi familia, que solo es habitada por mi esposa e hijos?” Puede sentir su voz volviéndose más fría y filosa mientras habla. “Son tapices, tío, no estoy sacrificando dragones o dando caza a nuestra familia. Además, los nuevos representan nuestra historia sin la necesidad de personas teniendo relaciones con dragones.”

“Son importantes para nuest-”

“¡Ya basta!” Exclama, completamente lista para terminar con la conversación y marcharse a buscar a su hijos. “¿A que has venido, Daemon?”

El hombre suspira dramáticamente antes de cruzar sus piernas.

“Tu padre.” Comienza. “Ha tomado una decisión y vine porqué creí que lo harás recapacitar.”

“¿Y que decisión es esa?” La curiosidad en su voz no es más que un mero acto, ella ya sabe de que se trata.

“Ha decido eliminarme por completo de la línea de sucesión.”

“No se porque te sorprende, o te afecta, mi padre me ha nombrado heredera y dejó en claro que no cambiará de opinión.” Contesta tranquilamente.

“Aun podría ser tu heredero.”

Rhaenyra suspira y mira hacia el techo de la habitación, cuando vuelve su vista al frente, ve los ojos de su tío brillar con victoria, creyendo que la tiene en la palma de su mano; pero ya no más, ella ya no es una niña ilusa.

“No, no puedes, ya tengo dos herederos.Ya hemos discutido esto antes.” Sentencia.

El rostro de Daemon se vuelva casi rojo de la furia.

“Un niño que ni siquiera es completamente Valyrio.” Susurra con los dientes apretados.

“Aegon fue concebido con mi sangre a través de un ritual de nuestros antepasados, es tan Valyrio como tú y yo. Además, él no es mi único heredero, tengo una hija también, pero quizá no lo sabes, aún no la has conocido.”

“Una hija, tu heredaras la corona de tu padre por decreto, pero ella no puede heredar el trono mientras otro hombre Targaryen viva.” Insiste.

“Ahí es donde te equivocas, la ley dice que los hijos heredan antes que las hijas, y las hijas heredan antes que los tíos. Además, Laena es joven, aún puede tener hijos que ponga en mi línea de sucesión, después de mis propios herederos, por supuesto, y Alicent y yo planeamos tener más niños.” En realidad, ellas no planean tener más niños, no aún, pero Daemon no tiene porqué saber eso.

Ella ve la mandíbula de su tío tensarse antes de que él vuelva a hablar.
“Si no vas a nombrarme heredero, creo que al menos podrías hacer algo más por mi.” Murmura, el desconcierto y la furia se entremezclan en sus oraciones, frustrando a Rhaenyra.

“¿Y que es eso?” Suspira, completamente aburrida.

“Tu padre me ha ordenado establecerme en Pentos, por alguna mierda política, debes ordenarle que me deje aquí.”

“No hare eso.”

“¿Qué? ¿Por qué?”

“Por que yo le pedí que te enviará allí.”

La habitación se queda en silencio, Rhaenyra lo observa por un momento antes de volver a hablar.

“Me desagrada la forma en la que te diriges a mi esposa e hijos, me disgusta la forma lasciva en la que me miras y francamente eres una amenaza andante, tu imprudencia te vuelve despiadado en la forma más cruel y estúpida posible. Te quiero lo más alejado de mi familia como se pueda conseguir.”

“¿Es por lo que dije en la cacería?” Susurra Daemon, ella puede sentir como la voz del hombre tiembla con ira a punto de estallar.

“Si.” Contesta ella simplemente.

Cuando él se levanta de su lugar, su ceño fruncido y mano en la empuñadura de su espada, un golpe suena en la puerta.

“Puede entrar, Sir.” Exclama.

Su tío ahora aprieta fuertemente sus puños, dando vueltas en la habitación como un león enjaulado.

Alicent entra, luciendo hermosa con su vestido negro con delicados detalles verdes, Helaena en sus brazos esta envuelta en una manta gris claro y Aegon, detrás de la falda de la joven, viste un pequeño jubon a juego con su madre.

Su esposa se ve sorprendida y algo temerosa de encontrar al príncipe allí. Rhaenyra quiere arrojar a Daemon por la ventana por provocar tal reacción en la muchacha.

“¿Me estoy interponiendo en algo importante?” Pregunta.

“No, mi tío vino a despedirse, se marchará a Pentos esta noche.” Se apresura a contestar, antes de que él tenga la oportunidad de hablar.

La presencia de Sir Arryk en la habitación y la obvia presencia se Criston y Gwayne afuera parecen disuadirlo de cualquier cosa que quiera decir, o hacer.

Se marcha sin decir una sola palabra, volteándose a ver a Alicent antes de salir.

Con un escalofrío, Rhaenyra nota que en realidad no miraba a su esposa, sino que miraba a su pequeña hija.

“No lucia feliz.” Comenta Alicent.

“Tendrá que aprender a estarlo, tú no te preocupes.” Despeja la incertidumbre de su esposa mientras se acerca su familia.

Deposita un casto beso en los labios de Alicent, logrando sonrojarlas a ambas y volviéndolas tímidas.

Han estado explorando este nuevo progreso en su relación por unas cuantas semanas, no más que unos cuantos besos, algunos abrazos y delicados y tímidos toques aquí y allá, pero Rhaenyra aún no puede evitar que sus mejillas se vuelvan rojas ante cada pequeña acción, al igual que Alicent.

“¡Madre!” Aegon las saca a ambas de su pequeña burbuja, obligándolas a apartar los ojos de los labios de la otra y poner toda su atención en él.

“Oh, Rhaenyra, olvidé mencionarlo, Aegon aprendió algo nuevo hoy.” Cuenta Alicent con voz cantarina, el pequeño se vuelve tímido en el instante bajo la atenta mirada de sus madres. “Muéstrales a muña lo que aprendiste, pequeño sol.”

Aegon se para tan derecho como su regordete cuerpo le permite, ha cumplido dos años unas lunas atrás y desde entonces su crecimiento no sido nada menos que acelerado.

Rhaenyra se sorprende cuando su pequeño hijo posa una de sus manitos en su pecho y se inclina hacia adelante, realizando una reverencia perfecta. Cuando ella esta a punto de elogiarlo, él decide sorprenderla aún más.

“P’incesa ‘Nyra.”

Ella esta completa y absolutamente fascinada, el deseo de tomar a Aegon en sus brazos y no soltarlo jamás la abruma tanto que siente que no puede respirar por un momento.

“Príncipe Aegon.” Exclama mientras realiza ella misma una reverencia, luego se inclina abriendo sus brazos y él no pierde el tiempo antes de lanzarse ante ella.

“¿Tú le enseñaste?” Pregunta a Alicent mientras deja que el niño en sus brazos investigue su cabello.

“Encontramos a tu padre en los jardines ayer, hice una reverencia y él intentó copiarme, así que le enseñe la forma apropiada para él.” Relata mientras acaricia la corta melena rubia platinada de Aegon con su mano libre.

“Eres una buena madre para él, para ellos, no podría estar más feliz de haberte elegido.”

Alicent posa su mirada en ella de nuevo y Rhaenyra esta segura de que ahora no puede respirar. Los grandes ojos de cierva de su esposa la observan como si ella misma hubiera creado a los dragones.

“¿En serio lo crees?” Preguta Alicent, su voz suena casi rota.

Y Rhaenyra sabe porqué, últimamente Helaena ha experimentado una terrible inquietud, negandose a ser cargada por Alicent mientras esta despierta, y ella sabe que eso esta rompiendo el corazón de su esposa lentamente.

“Por supuesto.” Afirma mientras se pone de puntillas y deja caer un suave beso en los labios de Alicent.

**

El día continua igual para Rhaenyra, luego de almorzar con su esposa e hijos, ella se retira para asistir a la reunión del Consejo que prepara la  despedida para Daemon.

Debe parecer que se marcha por una encomienda política, nuestra casa no puede mostrar grietas. Había dicho su padre.

La reunión va como se espera y la noche cae en la Fortaleza, encontrado un festín en el castillo.

Sorprendiendo a todos, Daemon esta en su mejor comportamiento, o tan bueno como él puede ser. Se sienta estoico en su lugar y sólo se dedica a beber y conversar con los Velaryon. Rhaenyra, por otro lado, tiene un agradable baile con Alicent, y luego uno divertido con Harwin.

“¿Qué le sucede a tu padre?” Pregunta a Alicent cuando vuelve a su lado en la mesa.

Otto, en una esquina del salón se ve lívido mientras susurra junto a su hermano y Jason Lannister, los tres hombres se ven preocupados mientras miran hacia la mesa principal.

“No lo se, hoy en la tarde estaba bien.” Susurra Alicent dudosa mientras intenta limpiar las manos de Aegon que estan cubiertas con comida.

Rhaenyra la ayuda, tomando al niño en sus brazos y reteniendolo frente a ella, su esposa sonríe agradecida, limpia las manos de Aegon y luego hace señas a una niñera para que se lo lleve.

“Oh, pero aún no he bailado con el educado príncipe.” Se lamenta Rhaenyra.

“Ya no es tan educado, intento golpear a Laena esta tarde.”

“Cuidado con ese niño, sobrina.” La sobresalta Daemon desde la otra punta de la mesa. “Golpear a la reina podría ser considerado traición, si el chico fuera unos años mayor, mi hermano podría tener que pasarlo por la espada.”

El salón entero queda en silencio. Rhaenyra se tensa, al igual que Alicent y Otto, la niñera a su lado se mueve incomoda mientras la joven pelirroja abraza fuertemente a Aegon contra su pecho.

Por el rabillo de su ojo, la princesa puede ver a Criston y Gwayne acercar sus manos a sus espadas, al igual que algunos caballeros Hightower.

Sintiendo la tensión, Laena ríe incomoda y se decide a hablar.-“Bueno, es un niño adorable, su intento fue hilarante en realidad. Y fue mi culpa, Alicent me advirtió que no intentará sujetarlo mientras tenía una rabieta.”

“Oh, poder ser un niño y tener rabietas.” Suspira Viserys haciendo reír a su esposa. Cuando el ambiente no cambia, el rey se pone de pie, y levantado su copa, habla a todos los presentes.

“Hoy, nos despedimos del Príncipe Daemon, quien marchará a Pentos para encargarse de los intereses de la corona allí.” Se detiene y deja que todos aplaudan. “Y aunque no me gustaría robar la atención de mi querido hermano, no quiero que se marche sin oír las grandes noticias.”

Todos, incluyendo a Rhaenyra, estan en el borde de su asiento, aguardando al rey, quien espera a que Laena se ponga de pie con su copa en mano para hablar.

“La reina y yo le daremos la bienvenida a nuestro primer hijo dentro de unas siete lunas.”

El salón estalla en aplausos, los señores se apresuran a acercarse para otorgarle felicitaciones a la pareja. Daemon solo levanta su copa hacia su hermano y sonríe, desviando rápidamente su mirada a su sobrina.

Rhaenyra sonríe, felicitando a su padre, al igual que Alicent, pero pronto su sonrisa cae cuando nota la tensión en el cuerpo de su esposa, y los ojos calculadores de Corlys Velaryon mirándola directamente a ella.

“Si fuera tú, comenzaría a orar para que sea una niña.” Escucha a Otto susurrar discretamente en el oído de Alicent.

Ella sabe porque, es algo que se ha estado negando a si misma desde que su padre se ha casado nuevamente. Si el rey tiene un hijo varón, Corlys sin duda querrá ponerlo en el trono de una forma u otra.

La discusión con su tío en el onomástico de Aegon vuelve a su mente.

[“Si Laena tiene un hijo varón, Corlys hará lo que sea necesario para ponerlo en el trono.” Susurra Daemon frente a ella.

“Mi padre no lo permitirá.”

“Tu padre no podrá protegerte cuando muera.”

“Si Laena tiene un hijo, ofreceré un compromiso con mi primera hija, simple.” Descarta Rhaenyra mientras selecciona cuidadosamente un pastel de limón para poner en su plato.

“Los Velaryon no se conformarán con una princesa sin nada para heredar, lo sabes. Nómbrame tu heredero.”
Rhaenyra se detiene bruscamente y se voltea a verlo, su plato olvidado en la mesa.

“Siempre te he guardado mucho aprecio, tío, pero si crees que te nombrare heredero por sobre mi primogénito, estas obscenamente equivocado, o eres un tonto.”

Daemon no se toma el insulto y decide arremeter, agotando la paciencia de la princesa.

“Soy mejor opción que el fruto de un vientre Andalo, sin duda soy un heredero más formidable que cualquiera que la hija del maldito Otto Hightower te pueda ofrecer.”

“Insultar a mi familia no te hace ver mejor ante mis ojos, tío.” Suspira.

“Yo soy tu familia, Rhaenyra, no el mestizo que llamas hijo y ciertamente no la serpiente que el bastardo Hightower puso en tu cama.”

“Ya no hablaré contigo, has agotado mi paciencia.” Sentencia mientras se voltea para irse.

Daemon la detiene tomándola por el brazo.

“Resulta que me encontré al Señor de Highgarden en la calle de la seda y ¿Qué crees? Nunca existió tal compromiso con tu dulce Alicent ahí.”

Las palabras golpean a Rhaenyra como una bofetada.

“Inventar viles acusaciones para desprestigiar el buen nombre de mi esposa es muy bajo, incluso para ti.” Susurra con sus dientes apretados.

“Oh, bueno, puedes regresar con ella a tu acto de familia feliz, pero me recordarás cuando tu padre te reemplace como heredera y tu linda esposita se marche cuando ya no pueda obtener poder a través de ti.”

Rhaenyra se suelta con una brusca sacudida y sin darle una segunda mirada, se dirige hacia afuera, busca un caballo y se marcha galopando.

Puede oír a su padre y Alicent llamando su nombre, y luego un segundo caballo detras de ella, pero no le da importancia.

Las lagrimas nublan su vista y no puede evitar sentirse traicionada por la persona en la que más ha confiado durante toda su vida, su tío. ]

Mientras observa a su padre frotar el vientre aún plano de Laena, se pregunta si su tío tenía razón.

Se pregunta si su padre la reemplazara como heredera, si Alicent  la dejará. Pero más importante: ¿Qué pasará con sus hijos si Corlys Velaryon logra sentar a su sangre en el trono de hierro?

**

“Se niega a dormir en su cuna, pero se resiste a los brazos de las niñeras y solo grita si la cargo.” Se lamenta Alicent mientras regresa a la habitación, Helaena llorando desconsoladamente en sus brazos.

El camisón de su esposa se arrastra silenciosamente a su paso, Rhaenyra la observa desde su lugar.

“¿Y que hay de ti?” pregunta Alicent mientras se sube a la cama y se siente junto a ella.

Otro nuevo desarrollo de su relación, han comenzado a compartir lecho.

“Te has visto fuera de lugar desde el festín.”

La hora del lobo se cierne sobre la ciudad, y en el silencio de la noche, Rhaenyra no puede contenerse más.

“¿Te hubieras casado conmigo si no fuera la heredera?”

Alicent la mira con sorpresa y diversión mientras mece a Helaena, pero se vuelve seria al ver la vulnerabilidad en su rostro.

“Bueno, creo que nos habrían separado en el momento en que anunciaste tus intenciones.” Comienza. “Pero de haber podido, por supuesto que lo habría hecho, eras mi mejor amiga entonces, si hubiera tenido que elegir entre tú o algún hosco Señor, te habría elegido a ti en un parpadeo.”

“¿Y que harás si mi padre decide destituir mi posición como heredera?” Vuelve a preguntar.

“Bueno, no creo que lo haga, pero si lo hiciera, seguiría tus pasos, si decides presentar tu reclamo, haré que mi tío llame a sus abanderados por ti, y si decides que no quieres hacerlo, te seguiré en lo que desees.” Susurra Alicent mientras acaricia suavemente la mejilla de Rhaenyra y mece a Helaena con su mano libre.

Rhaenyra se tranquiliza lentamente bajo el toque de su esposa, finalmente derramando las lagrimas que ha estado conteniendo.

“¿Rhaenyra?” pregunta Alicent preocupada.

“Todo esta bien.” Susurra, sujetando la mano de su esposa contra su propia mejilla y luego llevándola hasta su boca, besando los dedos lastimados. “Todo estará bien.”

Helaena grita y se retuerce aún más en los brazos de su madre. Alicent, en un ataque de desesperación, suelta a Rhaenyra y desata como puede su propio camisón, y aunque duda un poco, acerca a la niña a su pecho.

Los gritos cesan en el instante, la niña se entretiene buscando frenéticamente la fuente de consuelo, y se prende al instante cuando la encuentra, succionados desesperadamente el pecho de su madre.

Alicent, completamente sorprendida, se voltea a ver a Rhaenyra, la duda y el miedo brillan en sus orbes marrones.

“Nadie tiene por que saberlo.” La tranquiliza. Ella sabe porque su esposa teme, no es propio de las mujeres nobles amamantar a sus hijos, es por eso que relevan ese trabajo a las nodrizas.

Alicent suspira aliviada. Y Luego se apoya en el brazo abierto de su esposa.

Rhaenyra esta fascinada con la vista, su dulce Alicent recostada a su lado, alimentando a su pequeña princesa. Ella no quiere sacarle los ojos de encima jamás.

Así duermen, su frentes juntas y Helaena entre ellas, sujetando el pulgar de Rhaenyra.

Los sueños de la princesa heredera no estan llenos de sangre, guerra o soledad como ella pensó que serían, en su lugar, ve caballeros con cabello plateado, otros con cabello castaño y una niña que persigue mariposas.

Un mundo perfecto que espera no se quede solo en sus sueños.


Buenas!
quería recordarles que me pueden seguir en tiktok (helaenasbug) sonde subo cosas relacionadas a este fanfic <3
Epero que les haya gustado el capitulo y nos vemos el siguiente jueves!
- lyn

Antigua ley, nueva historia.Where stories live. Discover now