¿Dos más? (Kitty x Death)

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Se encontraba en medio de la nada, sujetando sus hachas con fuerza y mirando alerta a todos lados. De vez en cuando movía sus orejas para detectar cualquier ruido cerca suyo, tenía puesta una máscara que cubría sus ojos y mayoría de su hocico.

De repente, escucho el crujido de un rama que rápidamente lo hizo voltear hacia la derecha. Pero no había nada. Luego pudo escuchar y sentir una presencia detrás suyo, lo cual hizo que rápidamente se volteara dando un ataque con su arma en el aire.

No espere encontrarte aquí, Lobito —dijo su rival, mirándolo desafiante.—

—Lo mismo te digo; Gatita —le respondió, haciendo que su contraria rápidamente le tirara un ataque con su espada, del cual pudo protegerse con sus hachas.—

Y así fue como empezó el golpe constante de metal contra metal. Uno esquivando el ataque del otro, moviéndose con una agilidad increíble, tratando de alguno salir victorioso. El joven lobo solo trataba de mantener su concentración y no detenerse o hacer un movimiento en falso, o sería el fin de todo.

Pero justo en ese momento, sus orejas detectaron un silbido que hizo que se desconcentrara y que su contraria de un salto logrará propinarle una patada en su pecho que lo hizo caer al suelo sentado, tirando sus armas lejos de él y dejándolo indefenso.

—Gana la presa —canturreo la felina, quitándose su máscara y dejando ver su sonrisa burlona— Te gane de nuevo, Neftalí.

Aquel joven lobo solo gruñó, mirando con reproche a su hermana que le apuntaba con su espada, aún estando tirado en el suelo.

—Te falta concentración, cachorro —hablo el Shinigami, acercándose a sus hijos con sus manos tras la espalda— No puedes distraerte por una pequeña cosita en medio de un combate, eso te puede costar la vida en ocasiones...

—Lo se —le respondió al mayor, agachando su cabeza y orejas— No volverá a pasar, padre.

—Nada es fácil, Neftalí, no te rindas por un pequeño detalle. Solo quiero que puedan protegerse ustedes mismos, no siempre tendrán a alguien que les salve el pellejo —comento Muerte con seriedad mientras ayudaba a su hijo a levantarse— Pero eso no importa en estos momentos. Volvamos a casa, después continuaremos con su entrenamiento.

Ambos menores asintieron mientras seguían a su padre. Claro, no sin antes recoger sus pertenencias y así volver a su casa. Habían salido unos días del pueblo para poder poner en práctica sus habilidades, según les dijo Muerte.

Claro que Kitty no los había acompañado, y el Shinigami estaba prácticamente ansioso por estar con su esposa. Ser un lobo no era nada fácil cuando su instinto de alfa le exigía estar con su pareja, y si, el era un lobo alfa. No tenía una manada a la cual dirigir, pero se podría decir que sus hijos y esposa lo eran para él, y se encargaría de protegerlos por sobre todo.

Aunque, dado a las circunstancias; el Shinigami jamás se había atrevido a intentar un dichoso ritual que pasaba entre un lobo macho y una hembra en la temporada de celo. Según le comento Ricitos, la cual había estado leyendo varios libros, robados de la biblioteca del pueblo obviamente; sobre el como el macho lograba "marcar" a su pareja.

No sólo con tener "eso".

Según la lectura de la chica argentina, un lobo macho podía llegar a marcar a su pareja tanto con sus "feromonas" y la "marca".

Claramente, Muerte sin querer había hecho la primera al dejar su aroma impregnado en la felina, y si era sincero, lo había notado dado a su buen sentido del olfato, pero no sé atrevió a decir palabra alguna. Pero no importo, y Kitty lo había notado, porque obviamente reconocía el aroma de su esposo, y no le molestaba para nada que estuviera impregnado en su pelaje, es más, le encantaba.

La perfección del "Miau"Where stories live. Discover now