No te merezco (Gato x Kitty)

162 12 16
                                    

¿Sabés?...—pronuncio el felino estando de rodillas— Ayer entendí que todo este tiempo contigo, no supo hacerte bien. Que todo lo que hice fue solo perderte y no te cuide...

Eso fue lo único que el felino español pudo decir antes de que su voz de quebrara y comenzará a llorar amargamente.

El destino podía llegar a ser muy cruel cuando se trataba de quitarte lo más preciado en la vida, pero también dependía de que tanto lo valoras en su momento.

Algo que Gato no supo hacer...

*

*

*

—¿Estás seguro de esto? —le pregunto la rubia al felino español— Si sabes que Kitty no merece esto... ¿verdad?

—Solo será esta noche; tu la distraes, yo me voy sin que se de cuenta y ya. Es fácil —le respondió como si nada.—

—No se puede, contigo no se puede —Ricitos se fue cruzada de brazos, de haber sabido que ese era el "favor" que Gato le iba a pedir, no hubiera aceptado.—

—Pero que dramática —murmuro el gato atigrado— En fin, las mujeres...

***

—Perrito, ¿has visto a Gato? —la gata bicolor le pregunto a el pequeño can que se encontraba jugando con una pelota que le había regalado Ricitos.—

—Eh, no. Hace poco me dijo que iría con Ricitos para pedirle un favor —el pequeño can respondió, dejando de lado la pequeña pelota y mirar a la felina— ¿Estás bien?

—Si, solo... nada —y con eso se fue, dejando confundido a el perro de terapia.—

Hace mucho tiempo no pasaba junto al felino español, y la verdad eso la ponía triste tomando en cuenta que conocía a el gato atigrado muy bien; esperaba que sus pensamientos y sospechas no fueran verdaderas.

Pero cada día que ella le decía sobre salir juntos, el felino se negaba diciendo que tenía cosas que hacer. Al final de cuentas dejo de insistir tanto con salir junto a él, no valía la pena.

—Patitas Suaves —llamo Ricitos detrás de la gata bicolor.—

—Hey, Ricitos hola —la saludo con una leve sonrisa— ¿Que te trae por aquí?

—Pues nada en especial, solo ver como estabas —le respondió, encogiéndose de hombros— Y también preguntarte si querías ir a tomar algo, digo, al final de cuentas no sería la primera vez.

Y sí, en definitiva solo una ocasión tuvieron una borrachera juntas. Claramente el plan había sido solo tomar un trago, un trago que se pasó a más de 20 o más de seguro.

Desde entonces decidieron no volver a hacerlo, pero fue imposible cumplir esa promesa las últimas cuatro veces.

—Claro, por qué no —la gata bicolor respondió con una bonita sonrisa— Además, creo que necesito un trago...

Y así, ambas salieron de aquella pequeña casa, aunque claro, dejaron a Perrito a cuidado de Sherk quien a duras penas había aceptado hacerse cargo de el pequeño can.

La mente de Kitty se mantenía intranquila al no saber dónde se encontraba su pareja, Ricitos sabía que eso la tenía tan distraída y sabía dónde se encontraba Gato, pero no quería mencionar palabra alguna al respecto, no quería lastimar a la felina.

La perfección del "Miau"Kde žijí příběhy. Začni objevovat