Marcus, siendo Marcus.

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Me encontraba en la sala de espera del hospital. Alekseev se había ido a resolver sus asuntos con sus "amigos" y me dejó a cargo de su luciérnaga. Aún estaba en shock por toda la información que tenía sobre Adana y lo que la rodeaba.

Sé que ella merece la verdad, y el hecho de ocultarla por más tiempo solo prolongará su dolor. Será aún peor cuando intente repararlo. Aunque yo era el informante de Amelia, no le contaba todo. No porque no confiara en ella, sino porque esas cosas no me correspondían decir.

Sentado en esa incómoda silla, miraba mi celular cuando recibí un mensaje de Adana:

"Marcus, te necesito en mi habitación".

Me levanté rápido, temiendo lo peor. Si algo le pasaba, Alekseev me mataría, y no le importaría que yo fuera su mejor amigo.

Llegué corriendo y sin aliento, abrí la puerta de un solo golpe.

"¿QUÉ PASÓ?" dije una vez que entré a su habitación de hospital.

Ella estaba sentada en su cama, con una mirada que combinaba determinación y tristeza.

—Necesito que me digas qué está pasando. Escuché el nombre de Amelia salir de tus labios. No creo en las coincidencias en este punto. Dime la verdad, Marcus— , dijo con firmeza. Esa mierda no la toleraba. Podría fingir ser un ser sin sentimientos, pero Adana tenía esa mirada que te hacía flaquear.

Narrador omnisciente

Marcus se sumergió en la conversación, desentrañando las complejidades de las relaciones con Adana. Tomó un respiro profundo antes de abordar la historia desde el principio.

— Adana, todo comienza desde la infancia compartida con Leviatan. Ustedes eran amigos cercanos, pero circunstancias inesperadas te llevaron a mudarte a México a los 7 años, dejando atrás a Musco y a Leviatan —comenzó Marcus, viendo cómo la mirada de Adana buscaba comprender el pasado que se le escapaba.

Narró cómo Alek ingresó a sus vidas a la edad de 14 años, destacando cómo su mirada dejó una impresión duradera en Adana.

— Alek llegó cuando tenías 14 años, y algo en su mirada te flechó. Se convirtió en parte de tu vida, pero ahora comprendo que no todo era lo que parecía —continuó Marcus, viendo que Adana absorbía cada palabra con atención.

Luego, dio paso a la entrada reciente de Sofía en sus vidas.

— Hace apenas dos semanas, Sofía entró en escena. Resulta que es tu media hermana eso ya lo sabías ,pero lo que no te dijeron es que es  hermanastra de Leviatan. Todo esto, la ida a Rusia con Alek, fue parte de un trato para romper tu corazón, según la madre de Sofía —reveló Marcus, sintiendo el peso de las revelaciones en la habitación.

Marcus observaba cómo los ojos de Adana se empezaban a cristalizar, llenos de dolor. Sabía que no le correspondía revelarle nada, pero no podía ser cómplice de ese engaño.

El dolor en la mirada de Adana era evidente, pero la confusión la dominaba en ese momento. Leviatán, además de provocar su accidente de auto y matar a su padre, casi había acabado con su propio hijo y con ella misma, dejándola en coma. Ocultaba más de lo que ella pensaba. Cada palabra de Marcus era como una daga afilada que penetraba en su pequeño y maltratado corazón.



El relato se adentró en la historia de Leviatan y Adana desde su infancia compartida, la conexión con Alek y la reciente introducción de Sofía en la ecuación. Marcus no dejó ningún detalle fuera, transmitiendo la complejidad de las relaciones que se habían tejido a lo largo de los años.

— Adana, esto es mucho para procesar, lo sé. Pero necesitas entender. Leviatan provocó tu accidente, te disparó, te hizo perder la memoria y quedarte en coma. Alek te dejó con Leviatan para salvar sus negocios, y Leviatan incluso causó amenazas de aborto cuando ingresaste al hospital —concluyó Marcus, consciente de que cada palabra resonaba en la habitación.

El Palacio De Las Mariposas Y El Eden De Las Espinas.       Where stories live. Discover now