ACOMPAÑANTE

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desperté,  mire directo a la habitación de huéspedes. aun se hacia el joven Giovanni allí durmiendo.; anoche se dedsmayo luego del coito.

aunque el joven aun no despierta siento el deseo de ir y hacerlo mio de nuevo, pero solo ire a correr una vuelta o tres a la manzana.

al volver al apartamento, camine al baño hechando la vista al cuatro de huésped, Giovanni seguía dormido. me duche, pero esta vez con ganas,  el agua era relajante. me puse la toalla amarrada a la cintura y al salir vi a Giovanni algo deshubicado, como intentando llegar a la cocina.

—¿Giovanni?— me inquiete.

el hecho una veloz mirada hacia mi.

—Señor...yo...— balbuceo.

—¡tranquilo!— dije para que se calmara dando le una media sonrisa. — ve y duchate. yo hare el café.

Giovanni me miro inquiriendo alguna pregunta, ¿cual ? no lo se. pero su rostro sonrojado me da un deseo superior al de esa mañana y no pude evitar sonreirle. entonces asintió y se puso firme sin mirarme, lo cual fue raro en el. el obedeció y se fue a darse un baño, yo en lugar me vesti con un pantalón blue Jeans y un sueter negro. y hice un café negro con poca azúcar.  de pronto lo vi salir del baño con mi toalla azul atada a su cintura,. dirigiendo se a la habitación de huésped.

—Giovanni, ven— le ordene.

el me miro, casi como perro regañado. y se me incorporo al meson blanco.

—¿no fue un sueño verdad?—me preguntó apenado.

yo sonrei. —No, el ardor debería recordartelo.

el bajo la mira a su taza de humeante café. — debo pedir disculpas — musite antes de un trago de café, el lanzó una mirada confundida hacia mi. -—debi haberte explicado antes, o al menos darte una introducción al Bondage, no me pude contener.

—¿ bon que cosa?— dijo a penas.

entonces lo vi temeroso, lo cual me excito ; podía imaginar esa misma expresion en su rostro pero estando atado en aquella viga en mi cuarto prohibido,  mordi mi labio inferior para contenerme.

lo vi sonrojarse, y fue peor.

—¿no haz estado comiendo bien últimamente? —  le pregunté.

—creo que sí— respondió.

—¿si? ¿cuantas veces comiste ayer?— le pregunte.

—una; en el desayuno— dijo algo preocupado.

—¡por eso fue!— sentencie. — la falta de alimentos, la impresión, el uso de las pocas energías que tenías. ..por eso te desmayaste.

el me miro sin nada que decir al parecer . —¿no tiene dudas, Le Voug? —le pregunté.

—Si, muchas.

— a ver, ¿cuales?.

—¿ que somos?

— Nada.

el me miro expectante.

— te enviare el contrato de acompañante, una vez lo leas te explicare. . .—le dije. pero el aun parecía irritado y turbado.

—nada— articuló sin emitir sonido alguno.

 

—por ahora no lo entenderías, vistete, y ve a casa. nos veremos mañana — le dije. me incorpore, deje la taza en el fregadero y fui a mi habitación pero antes de entrar me detuve. —Jose te llevara a casa.

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